Yes, I Am.

6th.- De vuelta a la realidad.

Los días se habían vuelto más brillantes desde que Kise había aparecido en su vida. Aunque no lo había notado y tampoco era consciente de ello pero su humor también había mejorado considerablemente e incluso su rendimiento físico daba más miedo que de costumbre.

Últimamente había algo que molestaba a Aomine y era el hecho de que Kise siempre estaba rodeado de chicas. Para todo el mundo era normal que Aomine fuera un tipo reservado y un tanto frío, sin embargo se mostraba más que humano al estar cerca del rubio, aunque sólo fuera para molestarlo. Aomine consideraba a Kise uno de sus más grandes amigos y esa era la única razón que le bastaba para ponerse de mal humor cada que alguien le robaba la atención del contrario.

Ambos solían salir mucho después de deportes ya que se topaban cerca de los vestidores y se encaminaban por unas bebidas y un bocadillo.

Ese día el moreno tuvo una disputa con el chico ya que éste se rehusó a reunirse con él después de clases debido a un trabajo que tenía, aunque después lo viera con unas chicas y dos sujetos molestos que no se le despegaban.

-Dai-chan, si vas a seguir ignorándome mejor me voy, hoy tengo que estudiar con Riko y me estoy retrasando por tu culpa.

-Haz lo que quieras, ambos me dejan botados como basura.

-Sólo ve allá y dile que lo amas, Ki-chan entenderá.

-Ewww, ¿de qué mierda hablas? Sólo estoy molesto porque me mintió. Si no quería salir conmigo hoy pudo decirlo y yo hubiera entendido. Hasta le habría hablado a Tetsu para dar un paseo y que lo llevara.

-Al final estaría yendo contigo... Mo, necesitas más amigos, anda, ve a conocer gente nueva.

Momoi hizo un gesto como si corriera a Aomine con la mano y este sólo chistó.

-Me da pereza, mejor me quedaré a dormir un rato y después jugaré videojuegos.

-Trata de no desvelarte al llegar a casa, recuerda que mañana tendremos entrenamiento a la primera hora. ¡Nos vemos!

La pelirrosa se despidió del chico con un movimiento de mano pues tenía que dirigirse a la biblioteca y le deseo suerte ya que ninguna de las chicas iría al entrenamiento ese día. Salió corriendo mientras Aomine se quedaba recostado debajo de un árbol.

-Tan silencioso...

-Sigues siendo igual de perdedor, haya o no haya ruido.

-¿Qué mierda quieres Haizaki?

Un chico de cabellos negros y trenzas observaba al chico con una sonrisa burlona en el rostro y pateó uno de sus pies por lo que Aomine se levantó de golpe listo para pelear.

-Déjame en paz.

-Vamos, no mojes tus pantalones, ¿o irás a llorarle a mamá que un tipo malo te molesta en la escuela?

Aomine cerró los ojos por un momento y respiró profundamente, decidido a simplemente ignorar al chico pues no valía la pena involucrarse en una disputa física.

-Di lo que quieras, no me importa. Ahora, largo de aquí, es mi árbol y quiero dormir.

-La escuela posee instalaciones muy grandes, puedo estar en donde me plazca. Suena ridículo que te adueñes de algo que no te pertenece.

El moreno se echó de espaldas nuevamente en el pasto y señaló una pequeña inscripción que se encontraba en el tronco del inmenso árbol la cual decía "Aomine Daiki". Haizaki chistó mientras daba media vuelta y se reía por lo patético que le parecía Aomine, sin embargo, el hecho de que el chico le ignorase simplemente lo aburrió y provocó que fuera a buscar otro juguete.