-Tsch, carajo...
Keisuke observó un momento la cortada que se había provocado en el dedo con una caja Petri y procedió a levantarla después de una rápida lamida a la sangre, la cual parecía seguir brotando de la misma. Todo el agar que había colocado en el interior del objeto se hallaba regado en el suelo y su dolor de cabeza incrementó al darse cuenta de que era el único que le quedaba. Para ser una cantidad pequeña de material, era el necesario para un cultivo que necesitaba hacer con urgencia y el sólo pensar en que tendría que comprar un frasco completo lo incomodaba pues su proveedor siempre intentaba venderle porquería que no necesitaba.
Cuando estaba por limpiar el desastre que había ocasionado, Hiroshi entraba en el laboratorio en el cual su esposo se encontraba y al verlo arrodillado en el suelo se preocupó un poco. Con sólo ver su espalda sabía lo tenso que debía estar debido al estrés así que se acercó sin hacer ruido y comenzó a masajear su espalda y hombros.
-Deberías descansar un poco, no has dormido bien en días.
-No es necesario, por ahora necesito conseguir más agar,
Hiroshi dirigió la vista hacia el pequeño charco algo gelatinoso que había en el suelo y suspiró suavemente.
-No vas a estar tranquilo hasta que analices las sepas nuevas, ¿verdad?
-Me conoces muy bien.
-Es por eso que estamos casados. Déjame ver tu dedo.
Hiroshi sentó a Keisuke en el suelo pues, si el azabache se paraba, terminaría enfrascándose en más trabajo y en verdad necesitaba descansar. Se arrodilló frente a él y tomó su mano para examinar el dedo pues había visto la sangre que brotaba del mismo. Con sumo cuidado pasó la lengua por la herida y lo metió a su boca para hacer un poco de succión y verificar que no saliera más sangre.
-Joder... he estado demasiado tiempo en abstinencia, así que si haces eso...
La voz del azabache sonaba más grave que de costumbre y su respiración estaba agitada. Hiroshi sonrió con suavidad para sentarse en su regazo.
-Admito que lo hice para molestarte. Yo también estoy por perder el control, sin embargo no quiero terminar nuevamente con vidrios enterrados en el cuerpo.
Ambos rieron al recordar la escena que habían montado meses atrás y en la que habían roto matraces y demás cosas. Hiroshi se abrazó a la cabeza de su esposo y acarició sus cabellos con suavidad.
-Duerme un poco, por favor. No quiero que algo te suceda.
-Lo haré si vienes conmigo, no quiero dormir sólo.
Keisuke alzó la mirada hacia su esposo y ambos besaron sus labios de manera tierna que poco a poco se fue convirtiendo en deseo. Las manos de Keisuke se cerraron con fuerza en la cintura del castaño mientras éste sujetaba sus cabellos. El azabache rápidamente apretó los glúteos de su esposo, logrando que un gemido se escapara de sus labios.
-Ngmm... Kei...su...
-Al demonio el trabajo.- Keisuke besó intensamente a su esposo tratando de quitarle la ropa al igual que el contrario y, mientras ambos estaban absortos en su tarea, un carraspeo proveniente de la puerta los sorprendió
-Ajaḿ... ¿todos los científicos hacen eso en los laboratorios?
-¡Waaaa! ¡Qué grosero el invitar a alguien a un lugar para verlos hacer ese tipo de cosas!
-N-nii-san...
Hiroshi se levantó como pudo para acomodarse la camisa y ponerse la bata mientras Keisuke hacía lo mismo, ya que el hermano de Hiroshi y su esposo los veían sorprendidos desde la puerta del lugar.
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Yes, I Am.
FanfictionLos humanos siempre han culpado al Diablo de las cosas que no pueden explicar, excusándose en que las aberraciones creadas por seres paganos deben eliminarse de la faz de la Tierra. Pero el Diablo no tiene nada que ver en la existencia de los doncel...