El viento despeinaba suavemente los cabellos de Kuroko, lo que le brindaba un aura de ensueño al chico debido en gran medida a la luz del sol y el reflejo que ésta tenía sobre la blanca piel del chico. Las chicas que presenciaban la escena no dejaban de gritar con emoción y alegría pues su tan amado príncipe de granate llevaba en brazos a quien había nombrado "la princesa fantasma."
Mientras el pelirrojo ignoraba los comentarios, Kuroko estaba hecho un manojo de nervios. Jugaba con sus temblorosos dedos sobre su regazo y desviaba la mirada ligeramente luego de dirigir miradas furtivas a Kagami, que no soltó su agarre. Kuroko claramente podía sentir su firme y marcado abdomen y el hecho de que sus fuertes brazos se cerraran con fuerza a su alrededor provocó que el menor tuviese que reunir toda su voluntad para no enterrar el rostro en el cuello del chico y abrazarse a él mientras inspiraba su tan peculiar aroma que comenzaba a embriagarlo.
-K-Kagami-kun, insisto en que no es necesario que me cargues, estoy bi...
-No lo estás y es muy necesario, Kuroko. Deja que la gente hable, al final de cuentas los únicos que viven nuestra realidad somos nosotros. No importa nadie más.
-Aunque digas eso no puedo hacerlo tan fácilmente.
-Sólo tienes que mantener la mirada fija en mí, en nadie más.
Kagami miró al chico de manera diferente a como solía hacer y Kuroko se sorprendió y sonrojó un poco, sin embargo no protestó pues lo cierto era que llevaba demasiado tiempo observando al chico como para desaprovechar aquella oportunidad.
Al llegar a la enfermería lo primero que hizo Kagami fue recostar al chico en la camilla de la enfermería. El pelirrojo había notado un poco de sangre emanando de la pierna izquierda ya que se raspó la misma al caer por el golpe que Akashi le había dado.
-Espera aquí, iré a buscar a la enfermera.
-De acuerdo.
Kagami salió de prisa de la habitación, dejando a Kuroko sólo con sus pensamientos. No podía entender las acciones del mayor pues había momentos en los que aparentaba preocuparse por él, sin embargo, también habían ocasiones en las que el chico parecía aborrecerlo. A pesar de eso no podía culparlo pues, de encontrarse en la misma situación que Kagami, también odiaría al sujeto que lo despreciara a él o a sus hermanos.
Kuroko observó tranquilamente la habitación, la cual era sumamente cálida para ser una enfermería, aunque a Kuroko no le gustaban los lugares relacionados con los hospitales. Entonces se le vinieron a la mente recuerdos no tan gratos de cuando estuvo en un lugar como ese. Había sido tres años atrás, cuando tenía quince años. Él se había resfriado y había empeorado cuando ocurrió cierto hecho que terminó con Kise en el hospital, y hecho que hizo que Kuroko terminara desmayándose en plena sala de espera.
Por suerte para él, Kagami estaba esta vez a su lado y se llevó una gran desilusión al ver que la persona que entraba a la habitación no era otro más que Mayuzumi Chihiro, estudiante de segundo año en la facultad de humanidades, aunque nunca se había enterado de qué estudiaba.
-Lo siento, si busca a la enfermera ella no está aquí por el momento.
-Está bien, no vengo por ella de todos modos. Escuché que te habías lastimado. ¿Te importaría que me siente?
Kuroko no contestó pues muchos rumores corrían en torno a él, incluso lo había visto cerca de Nash y ciertamente ese sujeto no era de confiar. Al no obtener respuesta del menor, Mayuzumi simplemente tomó asiento en la camilla y observó su raspadura.
-Se ve mejor de lo que dijeron. Hay muchas versiones de lo que pasó, una de ella incluye a Kagami golpeando a medio mundo y cargándote hasta aquí.
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Yes, I Am.
FanficLos humanos siempre han culpado al Diablo de las cosas que no pueden explicar, excusándose en que las aberraciones creadas por seres paganos deben eliminarse de la faz de la Tierra. Pero el Diablo no tiene nada que ver en la existencia de los doncel...