-¡Felicidades por los nuevos integrantes!
La niña de unos aproximados 9 años de edad, accionó el gatillo de la escopeta que llevaba en las manos al mismo tiempo que decía aquello y una lluvia de confeti y serpentinas caían sobre los presentes. Sus enormes ojos azules escudriñaban a todos los presentes pero no tuvo tiempo de decir nada más ya que Zoe se le lanzó encima entre sollozos y besos en cuanto reaccionó.
-¡Mi bebé está en casa!
-No estoy entendiendo lo que está sucediendo...
-Ella es Kylie.- Añadió Hanna con una enorme sonrisa mientras observaba a su hermana besuquear y apretujar entre sus brazos a la niña.- Me sorprende que no notaras el parecido entre ellas, Kazunari. Tal parece que el curso al fin ha terminado, así que tendremos más ruido en casa.
-¿Por qué no me avisaste? ¡Quería ir a buscarte!
-Fue idea de papá, queríamos darte una sorpresa.
-Demonios Kylie, tienes demasiado equipaje. Sabía que era una mala idea dejarte a cuidado de mis padres.
-¡Cariñito! ¡Creí que estabas grabando una película en China!
-Y lo estaba, lo que pasó fue...
Y así, Ren comenzó a relatar la manera en la que había conspirado para traer de vuelta a su hija. Mientras él había ido a China a grabar las escenas en las que participaría, Kylie y sus padres estaban de paseo por el país, tratando de convencer a la niña de quedarse con ellos. Ren eventualmente se topó con su hija y la llevó de vuelta a casa, así de simple. Zoe tenía los ojos rojos debido al llanto por la emoción, aun así presentó a la niña con todos. Los chicos estaban completamente sorprendidos, si bien cosas como el área cincuenta y uno, las prácticas de los Illuminati, el legado de Jesucristo y teorías conspirativas acerca del control cerebral y cosas así eran un misterio y casi inexistentes, lo cierto era que la existencia de Kylie había sido el secreto mejor guardado... Ni el pentágono se esperaba algo así.
Kylie era una niña alegre, enérgica y un poco alta para su edad, sus cabellos castaños estaban perfectamente peinados en una coleta, su flequillo perfectamente definido y sus largas pestañas enmarcaban a la perfección sus grandes ojos azules. Al igual que Zoe tenía una nariz pequeña y respingada, por consiguiente lograba lucir como una muñequita de porcelana, como su madre.
Era parlanchina, mucho, los Furihata lo notaron. Hablaba y hablaba hasta por los codos, y cada vez que se paraba frente a alguno de sus tíos les decía que los conocía por fotografías, en especial Kise, al que hizo posar para tomarse una selfie juntos. Cuando llegó a los bebés les besó las mejillas y les habló con su "voz para bebé" que si bien fue gracioso para Cedrick, Seiji lo ignoró pues estaba profundamente dormido en brazos de papá.-Vaya que has crecido desde la última vez que vimos.
-También tú, tío Akashi, aunque jamás creí que terminarías teniendo un hijo con alguno de mis tíos. Pero eso es bueno, sé que serán muy felices...
-¡Kylie!
Camille y los gemelos salieron de la nada, lanzándose hacia la niña que veía muy interesada al primer hijo de Seijūrō. De pronto los niños se convirtieron en una misma existencia compuesta de gritos y saltos de un lado a otro. Masaomi simplemente sonrió al ver a los niños para regresar su vista al Akashi menor.
Kōki abría los regalos que les habían llevado. Aomine había roto el cochinito para regalarle un asiento para bebé simulando la silla de acero de la tan afamada saga de libros Game of Chairs, Kise le regalo ropa de la marca de la lagartija, Izuki y Nijimura le obsequiaron un kit para el cuidado de la piel de bebé, Himuro y Murasakibara le dieron una suave y esponjosa frazada con estampado de dulces, Midorima le obsequió un prestigioso amuleto de la suerte, Takao por su parte le regaló una corona hecha a mano, lo cual desató las risas de todos, Kiyoshi y Hyūga le dieron un carrito para niños con el modelo de un bentley, Kuroko un set de cuentos para bebé, sin embargo, el regalo que más impresionó a los padres fue el de Kagami, una carreola de tres llantas con mando a distancia.
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Yes, I Am.
FanfictionLos humanos siempre han culpado al Diablo de las cosas que no pueden explicar, excusándose en que las aberraciones creadas por seres paganos deben eliminarse de la faz de la Tierra. Pero el Diablo no tiene nada que ver en la existencia de los doncel...