El Chico de Venezia

Ezra

-Yo pago- dije con una sonrisa. El joven se volteó con mirada extrañada, y pareció haberse quedado en una especie de shock. No pude evitar reír ante esto. -Y un capuccino también-por ser una zona turística, todos los comerciantes sabían hablar otros idiomas, además del italiano, cosa que agradecía.
Esperando por ambos cafés, al fin me habló, se limitó a decir

-Gracias-algo tímido

-Oye, te lo debía. Mi deuda contigo está saldada ahora- Sonreí.

-Creo que es cierto- dijo riendo- por cierto, soy Ezra- sonrió y me tendió la mano

-Soy Aria, un gusto- dije, y acepté su saludo.

Era verdaderamente hermoso. Mucho. Aunque era notoria la diferencia de edad entre nosotros, por lo que de seguro no se fijaría en mi.

-Que coincidencia el encontrarnos aquí, no?- dije, quería sonar simpática.

-El destino..-dijo dedicándome una media sonrisa. Dios mio, esa sonrisa me tiene embobada. Esperen... De verdad dijo lo que creo que dijo? Acaso es eso una especie de cursilería? No pude evitar sonreír.

-Crees en esas cosas? Digo.. En el destino?

-No en realidad, pero sonaba bonito-dijo e instantáneamente reímos- Aria, quizás suene loco.. Pero me gustaría volver a...- y el sonido de mi celular lo calló.

-Disculpa-dije- Un segundo.

Atendí

-Hola?

-Aria, hija, dónde estás?

-Fui a dar un paseo

-Ya debes venir de regreso, se acerca la hora de cenar. Te esperamos acá. Date prisa. Te quiero.

-Disculpa Ezra.. Tengo que irme. Me lo pasé bien. Me agradó verte. Adiós - dije rápido y me fui apurada.