Vivir la amistad

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Luego de un largo viaje, llegamos a nuestra casa. Lo primero que hice fue desempacar todo, y volver a colocar cada cosa en su correspondiente lugar. Habiendo realizado eso, me tomé un baño para refrescarme y relajarme un poco, por lo que me quede unos minutos más de la cuenta. Al terminar, no hice más que tirarme en mi cama un rato a escuchar música con los ojos cerrados. ¿Acaso existe algo más pacífico que eso?

Se hizo el día siguiente y lo primero que hice fue dar aviso a mis amigas de que había regresado y ya me encontraba en Rosewood, por lo que Spencer nos invitó a su casa para un reencuentro.
Rápidamente salí a fin de verlas, pero en el camino sucedió algo. ¡Lo que me faltaba! Jenna Marshall también estaba allí, cómo vigilandome. Pero decidí no darle importancia y seguir mi recorrido.
Al llegar, ya estaban las tres allí, listas para recibirme, muy contentas.
-¡Bienvenidaaaaa!- dijeron las tres al mismo tiempo-.
-¡Guys! ¡Las extrañé tanto!- y nos reunimos en un abrazo grupal.
-Nosotras también- dijo Spencer.
-¿Qué tal la has pasado?- preguntó Emily.
-Muy bien, la verdad, estoy muy feliz. Es un lugar maravilloso.
-Y sobretodo porque conoció a un chico- dijo Hanna con cara atrevida-.
-¡Hanna!
-¡Oh por Dios, ¿de verdad?!- dijo Emily, asombrada.
Pues, larga todo, chica!- dijo Spencer, con el mismo aspecto.
-Pues, nada. No quiero hablar de ello. Lo conocí, nos vimos un par de veces y listo. No volveré a verlo. ¿Felices?
-Hey, no te enojes, pequeña. Sólo queríamos que nos cuentes lo que pasa en tu vida.
-Si, lo sé, lo siento. Es solo que no quiero pensar en él. Estoy con ustedes aquí, hablemos de otra cosa... ¡A qué no saben quién me estaba "custodiando" el camino de casa a aquí!
-¡¿Quién?!- dijeron casi gritando las tres.
-Tu cuñada, Spence.
-¿Jenna te estaba persiguiendo?- se asombró Hanna.
-¿Estaba sola?- dijo Emily
-¿Te dijo algo?- preguntó Spencer
-Hey, hey. Tranquilas. No sé si estaba persiguiéndome, pero es raro que estuviese justo donde yo. Sí, estaba sola. Y no, no me dijo nada, y yo tampoco le dirigí palabra alguna dado que no tengo ganas de discutir. Pero, luego de lo que sucedió en Italia, yo desconfío de cada movimiento que ella haga.
-Es cierto, todos conocemos como es ella. Nada es casualidad.
-Debemos estar atentas.
-Sí, ante cualquier situación extraña, ya saben, SOS y la ubicación, al grupo.
-Amo contar con ustedes.
-Siempre juntas
-Y ante cualquier situación.- y nos unimos en otro abrazo grupal.

Y pasamos el resto del día escuchando música, comiendo, leyendo revistas, hablando, viendo películas.. divirtiéndonos y viviendo nuestra amistad.

El Chico de VeneziaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora