Hasta pronto

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Cansada y habiendo dormido unas pocas horas, desperté pensando en la llamada que debía realizarle a Ezra.
Esta noche partiríamos rumbo a Austria, por lo cual es preciso este momento para marcarle.

Busqué su número en mi teléfono celular y lo llamé.
-¿Hola?
-Hey, hola, Ezra. Mm, soy Aria.
-¡Aria! Perdón, estoy un poco dormido. ¿Cómo estás?
-Bien, estoy bien, ¿y tu?
-Ahora que escucho tu voz mucho mejor.
Y otra vez lo oí sonreír. Y yo también sonreí inevitablemente.
-Oye.. llamaba para decirte que esta noche nos iremos de viaje a Austria.. me pareció correcto darte aviso.
-Oh.. está bien.. ¿Sabes cuándo volverás?
-De hecho, no. En tanto lo sepa, te diré, sin duda alguna.
-Está bien, no tienes por qué preocuparte.
Se escucha un silencio un poco triste
Entonces.. te dejo, seguramente tienes cosas que empacar.
-De hecho.. ya he terminado de preparar todo lo necesario. Y me preguntaba, si quizás quisieras verme un rato
-¡¿De verdad?! Digo.. ¡sí, claro!
-Bien, nos vemos a la brevedad entonces, ¿en el Starbucks del centro te parece bien? ¿Como en una hora?
-Me parece perfecto, allí te veré.
-Nos vemos pronto, Ezra.
-Nos vemos pronto, Aria.

Pasada la hora, llegué al lugar que había acordado con Ezra, y comienzo a buscarlo con la mirada hasta encontrarlo sentado en una de las mesas del fondo. Me acerco a él.

-Hola..
Dije, sonriendo un poco tímida
-Aria
Soltó él esbozando una gran sonrisa. Esa sonrisa..
Toma asiento, por favor.
-¿Ordenamos algo para tomar?
-De hecho, ya lo hice..
-¿Ezra?
Se escucha el grito del encargado de las entregas de los productos en el bar.
-Descafeinado, ¿verdad?
Dijo entregándome uno de los vasos
-Wow, sí, gracias. Me sorprende que lo recuerdes.
-Recuerdo lo que tiene importancia para mí..
Okey, ¿Está tratando de decirme algo?
Suspiro, y suelto lo que sentí que debía decir.
-Mira, Ezra, lamento haberte sorprendido con la noticia de este repentino viaje mío, aunque la verdad es que yo tambien me enteré de golpe, y no hay nada que pudiese hacer para evitarlo porque yo..
-Shh, Aria. No hace falta que me aclares ni expliques nada. Estoy feliz de que hayas querido pasar tus últimas horas antes de partir, junto a mí. En verdad me alegra.
Sonríe levemente.
Lo siento, no puedo resistirme a esa sonrisa por nada del mundo. Le doy un suave beso en los labios.
-A mi me alegra que estés aquí conmigo.
Digo sonriendo. Ahora es él quien se acerca para depositar un beso en mis labios.

Se fue pasando el tiempo muy velozmente y se hizo hora de volver a la casa para partir viaje rumbo a Austria, por lo que debí despedirme de Ezra, aunque sin intención alguna de hacerlo.

-Ya es hora, Ezra, debo irme.
-Oh.. está bien. Uhm, bueno, no soy bueno para las despedidas, pero de verdad deseo que tengas un muy buen  viaje y que lo disfrutes.
-Muchas gracias, Ezra, de verdad.

Se crea un silencio entre los dos. Silencio que ambos sabíamos cómo debía acabar. Silencio que tuvo fin al fundirse nuestros labios, en un beso que no debía terminar, no quería terminar, no queríamos que terminara.
Al fin nos separamos, por poco sin aliento.

-Adios, Ezra.
-No es un adiós, es un hasta pronto.

Y nos juntamos en otro beso que deseaba que no nos separamos.

El Chico de VeneziaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora