Olympus en Hogwarts

Capítulo 12

DULCE NAVIDAD I (NÓTESE EL SARCASMO)

A lo lejos, magos y semidioses observaban el intercambio. Algunos se encontraban muy felices por lo sucedido, pero otros estaban verdaderamente devastados. Las chicas de Beauxbatons querían morir al recordar todo el coqueteo previo.

Algunos de Durmstrang y de Hogwarts, se sentían celosos porque era sabido y aceptado que los transferidos eran las personas más bellas que habían visto. Quizás no querían admitirlo, pero de que lo sabían, lo sabían.

Para los búlgaros, Nico era todo lo que pedían. Ellos siempre fueron más apegados a las artes oscuras y ese chico de Slytherin representaba todo lo que deseaban en su totalidad. Lleno de poder, autoridad, tinieblas y belleza. Percy, por su parte, era el chico que cualquiera desearía, con el cabello enmarañado y ojos verde mar. Pero lo único captaba su mirada, era la de Nico.

Jason quería saltar de alegría. Él, más que nadie, sabía las complicaciones que tenía su bro y Nico; el sufrimiento en la guerra. El hijo de Júpiter podía ver aquel brillo de alegría en los ojos de su bro, cosa que nunca pensó volver a ver. Jason pensó que luego de la caída al Tártaro y la pérdida de Annabeth, su amigo, su bro, se había perdido para siempre. Pero al verlo tan enamorado y feliz...

El rubio sentía satisfacción al ver a Nico alegre. Él sabía que al venir de una época donde su inclinación sexual era una aberración, le provocaba un malestar emocional y físico constante. Y el hijo de Júpiter sabía cuánto había sufrido Nico por su enamoramiento en Percy. La visita al palacio de Diocleciano y Cupido solo había mermado las pocas fuerzas que le quedaban.

Percy
No aguanté más y lo besé. No soporté estar tan cerca de él y a la vez tan lejos. Necesitaba sentirlo parte de mí y cuando confirmó sus sentimientos, mi mundo se iluminó. No lo pude evitar.

La sensación de los labios de Nico fue algo inefable. Algo que me gustaría repetir en toda ocasión. Nico me quería, lo podía sentir en su beso. Estaba algo tenso y su mano en la mía. Supuse que no había besado antes, pero no era de importancia. Solo interesaba que ya era parte de mí.

Al besarlo, sentí algo no había sentido desde hace tiempo. Ni el beso submarino podría compararse con el hermoso y satisfactorio que Nico me estaba dando.

Sus labios tan suaves e inocentes me llenaban el pecho de una sensación cálida que se extendía por todo mi cuerpo y me hacía desfallecer. Me sentí tan pleno...

¡Al carajo los dioses si Nico me besaba! ¡Al carajo todo si podía sentir los labios de quien amaba sobre los míos!

Al cabo de unos segundos tuvimos que separarnos. La molesta falta de aire se hizo presente. Quería patearme por aguantar tanto tiempo bajo el agua y no poder besar a Nico el tiempo que deseaba, pero ya podría besarlo nuevamente.

—Nico... —Llamé. Él tenía la mirada baja, así que lo sostuve por la barbilla para que me mirara—. Nico.

Pasaron unos minutos antes de que mirara y algo en mi interior me decía que quería despertar cada mañana viendo esos hermosos ojos junto a mí.

—¿Qué quieres, Percy? —preguntó con voz ronca. Sonó tan varonil y...

"¡Dioses!"

—Yo... Bueno, tú...

—¿Por qué me besaste? —inquirió y casi parecía herido.

—¿De qué hablas? Pensé que eso había quedado claro —respondí, extrañado. ¿De qué estaba hablando?