Memorias de un ángel. #AllInAwards

*Especial Sam*

Un grito agudo alerto a Sam. En la planta baja se escucharon varios golpes, reconoció la voz de su padre gritando, tras un par de segundos se escucho como algo caía al suelo.
El chico frunció el ceño y levanto la vista del libro que tenia delante, se levantó de la cama la sensación de que algo iba mal. Su madre era bastante torpe, al principio pensó que se le habría caído algún plato, ¿pero porque iba ha gritar su padre?
     Abrió la puerta de su habitación con cautela, no se escuchaba nada, lo único que rompía ese silencio sepulcral era el crujido de sus pies descalzos presionando el suelo de madera.
    Bajo las escaleras muy despacio mientras el terror le inundaba rápidamente al ver las luces parpadeando, al no oír ni una sola voz.
Recorrió la planta inferior de la casa, no había nada fuera de lo normal. Llego a la cocina, al acercarse a la puerta pudo ver un liquido rojo, la angustia se apodero de él, entro en la cocina y se paró en seco. Vio a sus padres en el suelo, tenían el cuello rajado y varias puñaladas en el torso y alrededor de los cadáveres un charco de sangre. Escucho unos pasos detrás suya, al girarse vio a un hombre vestido de negro que tenia una cicatriz en el ojo derecho.
- Sammy, que bien te has escondido- miro a los padres del chico- diremos que han sido daños colaterales.
El chico, miro a su alrededor rápidamente, en la mesa de la cocina vio un cuchillo, se armo de valor, lo agarro con fuerza y se lo lanzo al hombre. Se clavó en su hombro, y Sam sin esperar respuesta salió corriendo de la cocina con los ojos llenos de lagrimas, abrió la puerta de su casa, pero cuando se dispuso ha salir, algo se interpuso en su camino, un hombre de ojos azules y pelo oscuro. Este entro en la casa sin dirigirle ni tan siquiera una mirada,  Sam se quedo paralizado, sin saber que hacer, escucho algunos gritos y un golpe, y de ojos azules salió de la cocina, pero algo había cambiado, se había quitado la chaqueta, y ahora de su espalda surgían dos alas blancas.
-Me llamo Gabriel- dijo- no quiero hacerte daño.