No estaba para nada contenta de volver ha ver a Sam, seguía enfadada con él, y con Gabriel, pero por suerte también venia mi recién descubierto hermano.
Apenas llevábamos un par de horas juntos, y ya le conocía a la perfección, me contó todo lo que recordaba sobre nosotros antes de que nos separasen.
Todo iba bien hasta que la puerta de la habitación se abrió, entro Gabriel.
- Adam- miro a mi hermano- ven conmigo.
Al decir eso entro Sam, aparte la vista y me negué a mirarle, apreté los puños, sentí la mirada preocupada de mi hermano sobre mi, alcé la vista y asentí con la cabeza indicándole que no se preocupara, él se dirigió a la puerta y justo antes de salir le echaba una mirada recelosa a Sam, no se como, él sabia que me había hecho daño, y quería hacérselo pagar, sus venas se tornaron azules, sin embargo apretó los puños para contenerse.
Cuando escuche el sonido de la puerta cerrarse levante la cabeza y vi sus ojos verdes, esos ojos que tanto daño me habían hecho, que amaba y odiaba a la vez. Estaba pálido, y me pareció que un poco más delgado, habían pasado cuatro semanas desde que me fui, y se notaba que lo había pasado mal.
- Kath...- Bajó la vista- Katherine- ha decir verdad, eso me dolió, no se porque, se suponía que le odiaba, que me había hecho daño- Lo... Lo siento y sé que no debería habértelo ocultado- parecía bastante nervioso, como si estuviese pensando cada palabra que decir para no volver ha dañarme- Supongo que si tú me hubieses ocultado algo parecido, también me habría enfadado pero, te quiero y necesito que me perdones.
No sabia que responder, me quede quieta, aparentando levemente los labios, me costaba respirar. De repente bajó la cabeza y abrió mucho los ojos, fruncí el ceño confundida. Cuando levanto la mirada sus ojos se habían vuelto rojos, no rojos como los míos, los suyos no emanaban luz, era un rojo oscuro como la sangre, me asusté ya que comprendí lo que ocurría, lo había poseído un demonio.
- Hola, bruja- normalmente él decía esa palabra con cariño, sin embargo, su voz emanaba desprecio, además de que se había vuelto mucho más grave no era mi Sam el que hablaba.
No me lo pensé dos veces, agarre el cuchillo que escondía en mi bota y se lo clavé en el hombro, sus ojos se volvieron verdes y el verdadero Sam gritó de dolor.
-No puedes hacerme daño, yo solo he poseído este cuerpo.
Movió su mano y sentí como si me hubiesen dado un puñetazo en el estomago. Intente darle varias veces, tanto con bolas de energía como mi cuchillo, pero nunca hacía daño al demonio, solo a Sam.
Entonces recordé, para sacar a un demonio de un cuerpo había que exorcizarlo, usé mis poderes para dejar al demonio inmovilizado contra la pared mientras buscaba en uno de mis cuadernos el papel donde tenia escrito el hechizo.
En el momento en el que empece ha recitar el hechizo, entraron mi hermano y Gabriel, que estaban asombrados por lo que estaba ocurriendo, pero que al ver que lo tenia bajo control, no hicieron nada.EXORCISAMUS TE OMNIS INMUNDUS SPIRITUS, OMNIS SATANICA POTESTAS,
OMNIS INCURSIO INFERNALIS ADVERSARII,
OMNIS CONGREGATIO ET SECTA DIABOLICA.
ERGO, DRACO MALEDICTE,
UT ECCLESIAM,
TUAM SECURA TIBI FACIAS LIBERTATE, SERVIRE TE ROGAMUS AUDI NOS.Recité el texto en voz alta, y deje caer el cuerpo de Sam, él abrió los ojos desconcertado y dolorido por los cortes y golpes que le había hecho yo al intentar sacar al demonio de su cuerpo.
Le explicamos lo que había pasado, ya que él no recordaba nada, y por un momento olvidamos nuestras diferencias, me senté al lado suya e intente reconfortarle ya que decía que tenia un horrible dolor de cabeza.
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Memorias de un ángel. #AllInAwards
FantasyQue luche desde el principio es cuestionable. ¿Gané o perdí? Sigo sin respuesta. ¿Mereció la pena? No lo sé. Los salvé y los perdí. Mi vida siempre estuvo cubierta por un hermoso velo de mentiras, jamás me imaginé lo dolorosa y perfecta que podía se...