Así pasaron dos meses, poco a poco fuimos cerrando portales, y cuando hubimos terminado con los primeros veinte decidimos reunirnos de nuevo.
Cuando llegamos a Kansas fuimos al hotel que nos había indicado Gabriel, llamamos a la puerta y escuche como el ángel nos daba permiso para entrar.
Al abrir la puerta lo primero que vi fue a Sam, él se levanto de la cama y vino ha abrazarme, pasé los brazos alrededor de su cuello y sentí como él me levantaba del suelo, al mirarle a los ojos me sentí feliz, nada había cambiado. Me giré y pegué un respingo al ver a un demonio atado a una silla con cadenas. Miré a Gabriel levantando las cejas.
- ¿El mejor sitio para encadenar y torturar a alguien es un hotelucho sin insonorización en las paredes, al lado de la ventana en un primer piso?- mi hermano no pudo evitar soltar una carcajada.
- Mucho ángel y lo que tú quieras, pero me parece que muy inteligente no eres- entonces mi hermano miró a Sam- Y a ti ya te vale... Podrías haberle dicho algo.
- Vale- los interrumpió Gabriel- Ya lo hemos interrogado.
- A mi me parece que lo hemos torturado.- El ángel lanzo una mirada asesina a Sam. Tras un suspiro continuo hablando- No sé si habéis oído hablar de Lucifer...
- El ángel caído al que la avaricia lo llevo ha ser Satanás, el rey del infierno- en ese momento todos me miraron-¿Que?
- Enciclopedia con patas- dijo por lo bajo mi hermano, a lo que le respondí con una pequeña bola de energía en su pecho- ¡Ah!, vale, vale pequeña...
- ¡Queréis parar!- todos nos pusimos firmes- Yo me desharé del demonio, y tú- me señaló-tienes que practicar.
- Eeeh...- fruncí el ceño y me puse ha jugar con una pequeña bola de energía roja- Creo que controlo.
- El control mental.- fruncí el ceño- Ven conmigo, vosotros dos- se giró hacia los chicos- Intentad sobrevivir hasta que volvamos.
El ángel soltó al demonio y lo sacó de la habitación indicándome que le siguiera-Dos minutos.
Me acerque a mi hermano y le di un beso en la mejilla me intente alejar para despedirme de Sam, pero mi hermano me agarro y me dio un ultimo beso en la frente, no pude evitar sonreír. Me acerque a Sam y le di un suave beso en los labios.
Al salir de la habitación pude ver al demonio revolviéndose en un intento desesperado por escapar, rápidamente le di la mano a Gabriel, no quería que nadie viese que llevamos a un hombre con heridas atado con cadenas. Cuando abrí los ojos estábamos en un apartamento, me asome por una ventana, era un cuarto o quinto piso.
- Vale, ¿que quieres que haga?
Él sin responderme, me llevo a una habitación, en ella habia tres hombres y dos mujeres vestidos de negro, tenian algunas heridas en la cara y brazos, al contrario de lo que pensaba, en sus ojos no había miedo y al adentrarme en sus mentes un progundo dolor, sin embargo me dio tiempo ha ver colo me retaban ha hacerles sufrir, que ellos no dirian nada. Gabriel me miró y me advirtió.- Al principio te dolerá leer la mente a un demonio, pero cuanto más practiques más fácil sera, no te preocupes.
- No... No diremos nada- una voz ronca detrás de mi nos interrumpió- Torturarnos si queréis.
-Oh- fruncí un poco el ceño y sonreí- Tranquilos ya lo ha hecho vuestro amigo.
Miré a Gabriel, estaba dibujando un círculo con un líquido azulado, puso al demonio en el centro de este y lo amordazo ante mi atenta mirada.
- ¿Porque no usan sus poderes para escapar?- el ángel se incorporó y me miró fijamente.
- Mira atentamente en las cadenas- me indicó a uno de los demonios que estaba medio inconsciente, debia de llevar bastantes días atados. Levante su mano con miedo, pero él no reaccionó, inspeccioné los grilletes y pude ver dibujados en el metal una estrella de cinco puntas.- ¿Es una trampa para demonios?-él asintió con la cabeza y saco un mechero, lo acerco al liquido azulado y este inmediatamente se prendió, el demonio empezó ha gritar de tal manera que me aparté del susto.
- Tranquila- un par de segunfos después, el demonio estaba hecho cenizas y no habia rastro del fuego.
-El fuego no le estaba tocando...¿Como?- Gabriel me interrumpió.
-Es un hechizo, ahora vamos ha practicar- me señaló con la cabeza a los demonios.
- ¿No es un poco cruel? Usarlos como conejillos de indias...
Él pareció indignado, miró a los demonios y fruncí el ceño.
- Créeme, Katherine, se lo merecen.
- Gabriel ya se que son demonios...
-Estos seres, han matado cada uno a una familia entera, intente salvarles, pero no llegue a tiempo, por suerte ha Sam y a ti si pude.
-¿Como que ha vosotros?- apreté los puños y la mandíbula.
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Memorias de un ángel. #AllInAwards
Viễn tưởngQue luche desde el principio es cuestionable. ¿Gané o perdí? Sigo sin respuesta. ¿Mereció la pena? No lo sé. Los salvé y los perdí. Mi vida siempre estuvo cubierta por un hermoso velo de mentiras, jamás me imaginé lo dolorosa y perfecta que podía se...