Capitulo 3: Lagrimas de ángel.

492 26 0
                                    

Recuerdo ese día como el más trágico y doloroso de toda mi vida. Jamás he derramado tantas lagrimas, jamás he tenido ganas de romper todo lo que estaba a mi alrededor.
Al colgar el teléfono las lagrimas recorrían mis mejillas, el miedo y la desesperación de verme por primera vez sola me oprimía el pecho.
Dijeron que no había sufrido, que tras el golpe con el coche murió instantáneamente sin ningún dolor, ni siquiera se quien estaba al otro lado del teléfono, creo que era un policía o algo parecido, ¿pero de verdad esperaban que diciéndole a una chica de catorce años que su madre había muerto sin dolor, esta sonriese como si nada hubiera pasado?
Yo no tenia a nadie, solo a ella, mi padre desaparecido, ni abuelos ni tíos, nada, estaba sola, completamente sola.
Entonces él me toco el hombro, no le había escuchado llegar, así que sobresaltada me sequé las lagrimas y me gire hacia él.
- No creo que este en condiciones de luchar, así que ni se te ocurra preguntarlo.- el ángel había estado visitándome cada noche durante esos dos años, siempre me hacia la misma pregunta, y siempre obtenía un no por respuesta. Esas eran todas las palabras que habíamos intercambiado, más de una vez intente preguntarle algo, pero siempre me ignoraba y desaparecía, no sabia nada de él, por no saber, no sabia ni su nombre.
-Ya lo se, pero voy ha intentar convencerte una vez más. Katherine, antes no querías venir conmigo por que tenias mucho que perder, ahora puedes luchar- le mire con cara de enfado, ya sabia que no tenia a nadie, pero no entendía por que se tenia que meter él.
-Katia, no te enfades, te he leído la mente, y creo que es mejor luchar por tu mundo antes que quedarte sin hacer nada útil en un centro de adopción. Tu madre era una buena persona, y ahora esta en otro sitio, no voy ha decirte si es mejor o peor, pero si es mejor que el infierno. Y si no luchas con nosotros, tu madre acabará irremediablemente en el infierno, junto von muchas otras almas inocentes-le mire con lagrimas en los ojos y le abracé, lo necesitaba, él no supo muy bien como responderme, era un ángel, probablemente nunca lo habían abrazado.
Me siento fatal y muy egoísta ahora mismo, tuvo que morir alguien querido para que decidiese luchar.
   No se que pasaría cuando los policías llegasen a mi casa para interrogarme, me fui al instante, apenas metí un par de trapos en una bolsa y mi móvil, nos fuimos, nos transportamos a Estados Unidos. Y allí empezó mi lucha.

Memorias de un ángel. #AllInAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora