Llevábamos bastante tiempo caminando, tenia los dedos de las manos entumecidos y la cara roja por el frío, Sam tampoco estaba mucho mejor, pero se esforzaba por darse prisa y llegar al pueblo cuanto antes.
Lo alcanzamos cuando la luz dorada del sol ya se vislumbraba por encima de las colinas. Por suerte no nos costo mucho encontrar un motel, una vez estuvimos en la habitación, comenzamos ha hablar sobre lo que había pasado.
- No se, Gabriel es fuerte, seguro que podrá con ellos.- Le mire a los ojos y comprendí que dolo estaba diciendo eso para intentar tranquilizarme.
-Sam, no necesito que me protejas, así que deja de mentir.- Me senté al lado suya y giré la cabeza.- Crees que no volverá ¿Verdad?
Suspiro y aparto la mirada.- Si lo que dices es cierto...- Ni siquiera consiguió terminar la frase, se le quebro la voz, tras eso se pado las manos por la cara, coloqué mi mano en su hombro para tranquilizarle. Él y Gabriel estaban muy unidos, al parecer le había salvado la vida hace cinco años, y desde entonces había cuidado de él, algunas veces tuve envidia del trato de favor que le daba, mientras qué conmigo se mostraba bastante más distante.Pasamos algunos minutos sin decir nada, apoye la cabeza en su hombro y cerré los ojos, pude leer su mente, un sentimiento de amargura le inundaba, lo estaba pasando verdaderamente mal.
Aparte sus manos de su rostro y las sostuve entre las mías, me miró y esbozó una sonrisa, sabía perfectamente que lo hacía para reconfortarme, pero agradecí ese gesto.
De repente vi como se inclinaba hacia mí, me agarro suavemente de la nuca y me acerqué hacia él, nuestros labios se tocaron, apenas fue un roce, pero yo lo consideré un beso, un beso cálido y dulce, cerré los ojos y me deje llevar, aunque ese momento no duró mucho.
Nos interrumpió el sonido de la puerta abriéndose, me levante rápidamente lista para atacar a lo que fuera, también pude ver cómo Sam agarraba su pistola, sin embargo nos llevamos una gran sorpresa cuando le vimos.
- ¡Gabriel!- grite y corrí ha ayudarle, apenas podía sostenerse en pie, tenia el cuerpo cubierto de sangre y heridas.
Le tumbamos en la cama, no paraba de susurrar unas palabras indescifrables por lo que las ignoré.
- Sam, bloquea las puertas.-desabroche la camisa del ángel, había múltiples arañazos en su pecho, además de una gran herida.-¡Gabriel, tienes que decirnos que son!- acerque mi oído a su boca, pude distinguir la palabra "entes" con eso me bastaba, me empece ha estresar, jamás me había enfrentado a ninguna, decidí dejar eso a parte y concentrarme en ayudar a Gabriel.
- Voy a usar mi magia para curarte, te dolerá un poco- pero justo antes de empezar a curarle me agarro de la muñeca.
- No- apenas podía alzar la voz- Debes pararlas- soltó mi muñeca, me quedé paralizada, yo no podría con ellas, no era tan fuerte. Aún así decidí intentarlo, sabia que Sam cuidaría bien de Gabriel, ademas, tampoco tenia nada que perder, y la recompensa era grande.
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Memorias de un ángel. #AllInAwards
FantasyQue luche desde el principio es cuestionable. ¿Gané o perdí? Sigo sin respuesta. ¿Mereció la pena? No lo sé. Los salvé y los perdí. Mi vida siempre estuvo cubierta por un hermoso velo de mentiras, jamás me imaginé lo dolorosa y perfecta que podía se...