CAPÍTULO 8: EL BAILE
Blaine estaba algo preocupado porque Sam parecía evitarlo desde el día en el que le pidió que fueran juntos al baile. Empezaba a pensar que se había arrepentido y que lo dejaría plantado. Si no fuera porque su madre había insistido, ni siquiera se habría preparado para ir.
No le afectaba el hecho de no ir al baile, era algo que le daba igual. El problema era que eso ponía en peligro su amistad con Evans y no podría soportar perderlo con todo lo que estaba pasando en su vida en esos momentos.
El timbre sonó, sobresaltándolo y haciendo que Pam sonriera feliz. Ella quería ver la sonrisa que ponía su hijo cuando veía al chico que esperaba en la puerta. Estaba tan elegante vestido con su esmoquin y parecía algo nervioso.
– Hola, señora Anderson. Venía a buscar a Blaine... ¿Está listo? – El rubio preguntó algo sonrojado.
– Sí, está listo... ¿Por qué no pasas un poco y así os hacemos unas fotos antes de que os vayáis? – Ella preguntó.
– Mi padre está esperándonos en el coche. – El menor dijo tímidamente.
– Sólo será un minuto... Y estoy segura que tus padres también querrán una foto de los dos en vuestro primer baile. – La mujer estaba emocionada.
Los dos pasaron al salón y los adolescentes se quedaron sin habla al ver al otro tan elegante. El más alto extendió la mano para que el otro la agarrara. Estaba tan concentrado en su amigo que no se dio cuenta de la expresión de auténtica felicidad que tenía Pam al ver a su hijo en esa situación.
Fiel a su palabra, los adultos hicieron varias fotos de los menores lo más rápido posible para que pudieran marcharse. La señora Anderson besó la mejilla de su hijo antes de desearles que se divirtieran.
– Parece que nuestro hijo tiene su primer amor. – James comentó casi tan orgulloso como su esposa.
– ¿No son adorables? – Pam preguntó.
– Lo son... Sólo espero que, con el paso de los años, sean tan felices como somos nosotros. – El hombre exclamó agarrando de la cintura a su esposa y besándola con el amor que aun sentía a pesar de llevar 35 años casados y más de 40 de relación.
– ¿Por qué crees que van a acabar juntos? – Ella quiso saber sin apartarse de su marido.
– Mientras Cooper es más como tú, puedo decir orgullosamente que Blaine es como yo en ese sentido. Ya sabes que yo sólo he estado enamorado una vez, sólo he besado a una mujer... Y algo me dice que nuestro pequeño está destinado a amar y besar a un sólo hombre... – James explicó.
– Bueno... Nunca negaré eso porque es verdad... Salvo una diferencia, cuando te conocí, dejé de salir con otros chicos mientras que Cooper no ha sentado la cabeza todavía. – Pam añadió sabiendo que su hijo seguía sin encontrar al amor de su vida.
– No pierdo la esperanza de que un día encuentre a la persona adecuada. – El hombre comentó.
– ¿Persona? ¿Crees que puede ser gay? – Ella frunció el ceño.
– ¿Recuerdas todo lo que leímos cuando supimos que Blaine era gay para saber como se sentía, para entender todo y que así no tuviéramos problemas para aconsejarlo y ayudarlo? – El marido preguntó y su esposa asintió. – Una de las cosas que leímos eran hombres y mujeres que ya no eran adolescentes y que se habían sentido atraídos por personas de su mismo sexo después de años creyendo que eran heterosexuales. ¿Y si Cooper no ha encontrado al amor de su vida porque está mirando en el género equivocado? Al final, no ha estado enamorado y todo lo que ha sentido es más reacciones físicas que sentimientos.
– Sabía que me casé contigo por algo, eres un hombre excepcional.
El matrimonio volvió a besarse, felices porque sus hijos, a su manera, también eran felices.
Blaine y Sam estaban disfrutando del baile sin que nadie les molestara. Realmente era una sorpresa para ambos, pero la verdad era que, a parte de bailar, no habían hecho nada que indicara que eran más que amigos. Incluso el rubio le había presentado a su amigo a un compañero del equipo de fútbol y la chica que iba con él se había puesto a hablar con ellos con normalidad. Evans pensaba que Anderson y ella podrían llegar a ser amigos.
Aun faltaba para que el baile acabara pero Sam sólo tenía ganas de hacer una cosa, besar a Blaine. Sabía que era algo que tal vez podría cambiar su amistad pero sentía una urgencia dentro de él que empezaba a no poder controlar.
Comenzó una canción lenta y, como en las que ya habían sonado con anterioridad, todas las parejas a su alrededor comenzaron a bailar abrazados. Ellos no lo habían hecho y, como en las otras ocasiones, salieron de la pista para sentarse en una silla. Sin embargo, Blaine notaba los nervios del otro.
– ¿Estás bien? – El moreno preguntó.
– Sí, es sólo que... ¿Y si vamos a un sitio más tranquilo? – Sam preguntó y su amigo asintió.
Cuando salieron del baile y comenzaron a caminar por el pasillo desierto hasta el aula de arte, el rubio agarró con suavidad la mano del otro. El ojimiel sintió que un escalofrío le recorría el cuerpo. Sólo esperaba que su mano no estuviera muy húmeda por culpa del sudor.
Evans se dio cuenta de que sus manos encajaban perfectamente, como si fueran dos piezas que están destinadas a estar juntas en un puzzle. Eso parecía reafirmar su decisión.
Cuando entraron en el aula, Sam se acercó al otro y fue bajando lentamente para que Blaine supiera lo que iba a hacer y, en caso de que no quisiera, tuviera tiempo para apartarse. Sin embargo, notó las manos del otro sobre sus hombros y vio como se ponía de puntillas para eliminar la distancia entre ellos.
Cuando sus labios se tocaron, ambos sintieron como si fuera el cuatro de julio en el momento de los fuegos artificiales, habían soltado millones de mariposas en sus estómagos, estaban seguros de que habían subido la calefacción del lugar y sus corazones latían a gran velocidad. El beso era tímido, suave, algo torpe y muy inocente, algo normal dado que era el primer beso para el moreno y para el rubio era el segundo.
Se separaron y se miraron mientras intentaban normalizar su respiración. Ambos estaban nerviosos porque no sabían si el otro había sentido lo mismo que ellos. Sin embargo, ninguno encontraba palabras para expresarse en ese momento. Finalmente, Evans se decidió y volvió a besar al otro, que respondió el beso nuevamente.
Perdieron la noción del tiempo mientras compartían besos. Unos más dulces y otros más pasionales, unos más cortos y otros más profundos, unos simples caricias de labios y otros con lenguas explorando la boca ajena. Parecía que el resto del universo se había detenido y sólo ellos dos eran dueños del tiempo y el espacio.
– Blaine... – Sam susurró. – ¿Te gustaría ser mi novio?
– ¡Claro! – El moreno sonrió y lo volvió a besar. – Pero... Tengo una duda.
– ¿Cuál? – El rubio lo miró mientras acariciaba su cara.
– ¿Vas a salir del armario en el instituto? No van a creer que seas demisexual, si es que alguno sabe lo que es eso, ni siquiera aceptarán que seas bisexual. Van a tratarte como me han estado tratando... – El ojimiel explicó su preocupación.
– Creo que lo mejor será que seamos discretos pero, si llegado el momento alguien me pregunta, no lo voy a negar. – Evans explicó.
– Me parece bien.
Volvieron a besarse para sellar ese "acuerdo" con el que comenzaban su relación y dejaban claras sus intenciones desde un principio.
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Amor Adolescente (Blam boyxboy)
FanfictionBlaine y Sam... Sam y Blaine... ¿Será posible que su relación sea algo más que el primer amor, un Amor Adolescente?