26. Frustrada

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Luego de ese discurso tan "conmovedor" por parte de papá, mamá lo perdonó instantáneamente, se nota que estaba cegada por el "amor".

- Tranquilo cariño, sé que a tus hijos les costará un poco perdonarte, pero por mí ya estás perdonado, y espero que las cosas vuelvan a ser como antes. – le dijo ella mientras lo abrazaba.

- Muchas gracias... Naomi. – dijo él a la vez que le correspondía el abrazo.

No quise decírselo porque es mi mamá después de todo, pero de verdad que mamá era tonta. ¿Por qué perdonarlo? ¿Acaso no recordaba lo maldito que fue papá con nosotros? Sí que estaba ciega de amor por él, seguro que lo estuvo esperando tiempo después de que se fue, hasta parece que depende de él... Pobre de ella, lo que papá le ha hecho a su mente...

Bueno, después de que mamá perdonase a papá, Axel, Cristian y yo nos regresamos a nuestras habitaciones algo aburridos, puesto que no teníamos ningún interés en perdonar a papá, o al menos eso por mi parte.

Estuve revisando mis redes sociales algo distraída, aunque siempre terminando por divertirme, y más tarde vi que Cris entraba a mi habitación.

- Hola... – se le veía bastante serio.

- Hola, ¿Cómo estás?

- Pues más o menos, ¿Y tú? ¿Cómo te sientes con papá en casa?

- ¡Muy frustrada! ¿Cómo se atreve a venir? ¿Es que no tiene vergüenza por todo lo que nos hizo?

- Sí... Y quedarse aquí - no era capaz de mirarme – es demasiado. Él sabe que nosotros no queremos perdonarlo, y aún así planea quedarse. ¿Qué quiere?

- No lo sé... Pero no debería estar aquí.

- Exacto.

Hubo un silencio algo incómodo antes de que Cris volviese a tomar la palabra.

- Bueno. En cualquier caso, Axel está un poco asustado, ya bien sabes que él era un poco pequeño cuando sucedió todo esto.

- Sí, el pobre debe sufrir. – le dije yo preocupada.

- Sí, bueno. Entre los dos hemos decidido que aunque parezca que ha cambiado y eso, pues no queremos perdonarlo, y queríamos saber si tu planeas perdonarlo.

Apenas terminó de hablar me miró, esperando mi respuesta.

- Siéndote sincera, no pienso perdonarlo.

- Me alegro de que pienses igual a nosotros.

Por último, me sonrío y se fue a su habitación. Yo cerré la puerta de mi cuarto y respiré aliviada. Por fin un lugar donde podía estar sola, y segura de que no llegaría ninguna sorpresa inesperada (literal).

Terminé de revisar mis redes sociales dónde no había mucha novedad, apagué la laptop, me puse mi pijama, y me acosté para dormir en paz y tranquilidad...

Hasta el finalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora