Hoy me desperté temprano, algo que nunca había hecho, siempre me duermo hasta tarde, supongo que fue por ese extraño sueño, luego de esa incómoda pesadilla que tuve, no pude dormir mucho, aunque finalmente logré conciliar el sueño, pero un poco más intranquila.
Me di una ducha rápida, (sí, me gusta bañarme las noches y las mañanas, me refresca o me calienta, además de que me siento mejor) me puse la ropa que había preparado ayer y fui a tomar desayuno, olía bastante rico.
Apenas abrí la puerta me choqué con Chris.
- ¡Qué te pasa! - le grité yo, me había despeinado un poco, aparte que me había caído para atrás.
- Dímelo tú, jamás te levantas temprano, jaja. – se río un poco mientras me ayudaba a levantarme.
- Hoy sólo se me antojó irme más temprano, ¿Acaso no puedo? - le dije desafiante.
- Tranquila, no te preocupes. – me sonrío, me despeinó un poco más y se fue.
Me solté el cabello, me volví a peinar con mi colita de cabello y salí de nuevo a la sala, llegué y vi a Chris engullendo su sándwich y a Axel mirando a mamá con cara de ternero degollado, al parecer para que le sirviese otro sándwich.
- ¡Hola mamá!
- Hola cariño. – hoy estaba más cariñosa que antes, nunca me pone apodos, tal vez por lo que pasó ayer, aunque tampoco quería fastidiarla...
- Mamá, lo siento por lo que pasó ayer, pero olvidémoslo, ahora comamos tranquilas.
- Bueno, y ¿no deberías ir saliendo? A ti te gusta llegar temprano al colegio, o al menos eso creo.
- Tranquila mamá, que está demorona no odio llegar tarde, yo creo que hasta lo ama, así que no te preocupes por eso. – dijo Chris interrumpiendo nuestra conversación.
- ¡Cállate tonto! - no podía decir palabrotas en casa, puesto que tenía que decir cosas así.
- ¡Ya, tranquilícense los dos! Celeste, vete ya al colegio, que Chris y Axel tienen un horario distinto al tuyo.
- Que pesados...
Me levanté para irme, agarré mi mochila, un poco de dinero de mi alcancía en forma de gatito, (adoro los gatos y los tigres, son mis animales favoritos) y salí de casa, cerré la puerta y luego de caminar un rato escuché "¡Espera!" y vi a Logan corriendo hacia mí, y he de decir que corría bastante rápido, pero me quedé bastante extrañada ¿Por qué venía hacía mí? Llegó, respiró profundamente, me saludó con una gran sonrisa, me dio un beso en la mejilla aunque cerca del labio, algo súper incómodo, y acto seguido me dijo:
- ¿Ya nos vamos?
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Hasta el final
Novela JuvenilCeleste vivía con muchos problemas, después de todo, así es la vida: con muchos problemas. Conocer a Logan no ayudó de mucho. Pero aún así, con tantos problemas, su vida dio un cambio inesperado apenas el llegó. ¿Llegarían a estar juntos hasta el fi...