Al amanecer ||Ortollins||

15

–¡No quiero verlo! ¡Dile que se vaya!

–Lo siento mucho, Colby. Pero él insiste en quedarse. 

–Entonces que se congele el maldito culo allá afuera– Exclamó nuevamente como un niño chiquito, cubriéndose hasta la cabeza con las colchas y dándole la espalda a la castaña con su desayuno en una bandeja– Porque no quiero verlo aquí. 

Los caprichos de Colby sacaban un poco de quicio a Brianna, pero ella trataba de entenderlo todo como podía. 

–¿Te contó sobre tu enfermedad?

La pregunta de la fémina casi congeló el cuerpo del bicolor, pero este solo se quedó en silencio, como si no hubiese escuchado la pregunta. 

¡El problema es que no le cuenta!

–O puede que estés actuando de esta manera porque nadie quiere contarte...

Colby escuchó al débil sonido de la bandeja al ser dejada en la mesilla de la habitación, para acto seguido sentir un suspiro saliendo de los labios de la castaña. 

–Lo que tu tienes es algo llamado Esclerosis múltiple– Empezó a explicar Brie, sin ser interrumpida por el callado bicolor– No es una enfermedad muy común en los hombres, pero fuiste una anomalía desde hace un par de meses. Recuerdo que ese tipo que está afuera te traía a rastras a las terapias y a que te inyectaran algunas dosis de medicamento para controlar los ataques que tenías...

¿Randal y yo nos conocíamos después de todo?

Colby solo se quitó las colchas de la cabeza, pero sin moverse más que para abrir sus paralizados labios. 

–¿Eso me hizo perder la memoria?

Hubo una pausa por parte de la enfermera, en la que solo soltó una suave respiración que hizo apretar la mandíbula al muchacho. 

–No exactamente...Perdiste la memoria por lo que la enfermedad te provocó.

La enfermedad se estaba apoderando de mí, y necesitaba saber más.