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Colby despertó alarmado en medio de la cama, tratando de recuperar el aire que aquella extraña y retorcida pesadilla le había quitado. 

No quería recordarla más, por lo que solo se sentó sobre el colchón y abrazó sus rodillas en lo que intentaba calmar su acelerado ritmo cardíaco. 

Esperaba que su mamá no hubiese escuchado nada, ya que, siendo sincero consigo mismo, no quería preocupar a nadie más. Pero aquel pensamiento fue nulo al momento en que estiró su mano hacia el celular cerca de su cama y buscó rápidamente el número del tatuado. 

Sabía que era un error molestarlo a semejantes horas de la noche. Pero si es que había una cosa que lo calmaba, eso era escuchar la voz de Randy. 

Dos tonos hasta que el chico de voz carraspoza respondió la llamada. 

¿Colby? ¿Qué ocurre? ¿Estás bien? ¿Te sientes mal? ¿Necesitas algo?

El bicolor sonrió nerviosamente ante el tono alarmado del tatuado al otro lado de la línea, sin saber claramente el por qué lo hacía. 

No...Estoy perfectamente, Randy...– Murmuró casi perdiendo el aliento, viéndose obligado a tomar otra bocanada de aire antes de continuar hablando Es solo que...Tuve un sueño y...Mierda, olvídalo. Estoy diciendo tonterías. 

Claro que no, niño bonito. Dime qué soñaste.

No tiene importancia– Habló nuevamente el bicolor, sintiendo que su pulso por fin volvía un poco a la normalidad Solo...Quería escuchar tu voz.

Hubo un silencio entre ambos, a lo que Colby no pudo evitar sentirse algo avergonzado. 

Había llamado a un chico que no hace mucho era un completo desconocido para él, pero lo que más le dolía en el alma era que no sabía cómo contener esos deseos de gritar a los cuatro vientos que gustaba de él. 

Porque así era. Se había enamorado de ese tatuado que prometió acompañarlo todos los días al amanecer en el hospital. 

Sin importarle el no recuperar por completo sus recuerdos...

¿Randy? ¿Sigues ahí?– Comentó el bicolor después de ese largo silencio entre la comunicación. 

Lo estoy.

Pareció soltar una respiración cansada por alguna razón, a lo que Colby solo pudo fruncir las cejas con notable perplejidad.

Voy en camino, así que baja en cuanto puedas. 

Espera ¿Qué...?

Pero no escuchó respuesta antes de que la llamada fuera cortada por su parte y le dejara con las palabras en la boca. 

A pesar de la confusión repentina en la cabeza del muchacho, este se apresuró a salir de la cama y ponerse una sudadera sobre su pecho desnudo antes de abandonar el dormitorio. Con cuidado de no despertar a su mamá, bajó suavemente las escaleras tratando de no hacer rechinar estas bajo sus pies. 

Su pecho se relajó cuando logró llegar victorioso a la planta baja de la casa, abriendo suavemente la puerta principal y asomando ligeramente la cabeza por la abertura. 

La noche era cálida, dejando que un aire relajante soplara cerca del bicolor que se mantenía expectante en la calle frente a él. 

Pero no pudo evitar soltar un chillido cuando el tatuado apareció frente a él con un burlesco "¡Buh!"

Dios...Eres adorable, Col ¿Te lo han dicho?– Murmuró el mayor entre carcajadas, mientras que Colby solo podía fruncir sus labios con algo de molestia y vergüenza. 

Sin palabras, simplemente lo agarró del brazo y lo metió a la casa antes de cerrar la puerta lo más rápido que sus temblorosos movimientos le permitieron. 

Sin más que una amenazante mirada hacia el chico de cabeza rapada, comenzó a jalar de su mano para que le siguiera por las escaleras hasta llegar a su cuarto, donde aseguró bien la puerta una vez que supo que no había hecho el escándalo del siglo en casa. 

Diablos...– Murmuró entre dientes casi para sí, apoyando brevemente su cabeza contra la puerta antes de volver a dirigirse al ojiazul ¿Qué mierda haces aquí? No era necesario que vinieras, Randy. 

Lo era, Col– Dio un par de pasos hacia él con las manos en sus bolsillos, incapaz de apartar sus ojos de aquel castaño que le parecía tan adorable.

Colby solo gruñó entre dientes, echándose el cabello atrás con exasperación y un fruncir de labios. 

¿Sabes? A veces creo que no piensas en lo absoluto...

Se vio interrumpido cuando Randal abrazó su cintura con algo de brusquedad, o al menos la suficiente como para que sus pechos terminaran juntos. Colby podía sentir los latidos de su corazón chocando con el pecho del tatuado, mientras que Randy sentía el cálido aliento del menor acariciando sus labios. 

Ese es el punto, Colby– Acercó delicadamente su mano a la frente de él, quitando un mechón de cabello que cubría su rostro Cuando se trata de ti, no pienso. 

Bastó aquello para que el chico de cabeza rapada asaltara los labios del bicolor, sintiendo que la calidez en su pecho aumentaba de forma placentera. Sus brazos dejaron de tensarse al sentir los labios de su niño bonito comenzar a moverse a su ritmo, correspondiéndole el beso como tantas veces en las que lo imaginó. 

Por fin tenía a Colby entre sus brazos, y no podía sentirse más feliz desde el momento en que lo vio despertar en ese hospital. 

Se separaron por la falta de aire en el otro, mirándose con cierto nerviosismo pero alegría en los ojos del otro. 

Entonces...– Comenzó a decir Colby, deleitando al tatuado con sus mejillas sonrojadas bajo la poca luz del dormitorio ¿Qué somos ahora?

Hm...Depende...

El menor arqueó una ceja, manteniéndose cerca del pecho del mayor que fingía verse pensativo frente a sus ojos confundidos. 

Si me dejas tomar una siestita a tu lado y mañana salimos a algún sitio puedo preguntarte oficialmente si quieres ser mi novio– Se encogió de hombros–  Es tu decisión, niño bonito. 

Pero Colby solo sonrió, volviendo a estampar sus labios en los de su "casi" novio. 



Me siento como la bola :c Pero les dejé cuatro capítulos porque sí :(

Supe que cierta personita está de cumpleaños, lamento mis ánimos pero este capítulo es para ti <3

Feliz cumpleaños, -lunxtixady <3

Espero que tengas un gran día, te envío un gran abrazo y un trocito de pastel <3 Mil besitos para ti!

Al amanecer ||Ortollins||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora