La bienvenida II

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Henry POV:

Oí que este año vendrán unos chicos de intercambio.

¿Desde dónde?

No estoy segura.

Seguro de Europa...

Mi madre conoce a su madre, dice que es un poco rara.

Dicen que los días soleados ni siquiera salen de casa.

¿Es verdad que visten solo de negro?

¿Que clase de pregunta es esa, Xavier?

Era ridículamente divertido oírlos hablar de nosotros, en cada nuevo sitio tenían nuevas ideas y nuevas teorías, la imaginación humana no tenía limites, pero al final, siempre coincidían en algo: “raros”, los Cavanaugh eran raros... vaya que éramos mucho mas raros de lo que podrían llegar a imaginarse.

El carro se detuvo y retiré la frente del vidrio en el que la había apoyado desde que salimos. Abrí la puerta sin esperar por nada, pero Agatha me detuvo tomándome del brazo en cuanto me paré derecho.

- Eviten la clase de ciencias, va a haber mogollón de sangre – mi ceño se frunció un poco… ¿cómo hacía tan bien su tarea?... estaba seguro de que ni los propios profesores sabían que clases dar, pero ella si.

-Entendido – murmuró Edmund, volteando luego hacia un par de chicas que giraron la cabeza enseguida, medio complacidas y medio espantadas ante los ojos azul eléctrico que mi hermano había posado en ellas. Sonreí apenas y me volteé.

- Henry… ¿me has escuchado? – la voz de por si aguda de esa rubia que apenas me llegaba al hombro se alzó en una octava perforándome los oídos, ¿es que era su pasatiempo molestarse conmigo?

- Te oí. Pasaré desapercibido, ¿si? – los miré a ambos por sobre mi hombro y cuando Agatha bajó las manos que había apoyado en sus caderas seguí caminando hacia el terreno de la escuela.

¿Escuchaste lo que dijo esa chica?

Es oficial. Son unos raros.

¿Esta mal que me den un poco de miedo?

¡Que gallina eres Kevin!

No pude evitar sonreír, bajé el rostro al piso buscando que nadie lo notara y descubrir mi propia sombra me sorprendió, busqué el sol en el cielo mientras subía los escalones hacia la puerta, y giré inconscientemente el anillo en mi dedo buscando recordar el numero de mi taquilla.

El mismo sabor en cualquier vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora