Parte 3

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Veo mi reloj que comenzó a parpadear indicándome que había una conexión pinchada miro al comedor y veo a Eliza con su celular se lo quite y tire al suelo destrozándolo

-pero ¿Qué haces?- me dice alejándose con miedo

-tranquila, te devolveré un teléfono nuevo, los sujetos que te quieren han pinchado tu celular, tenemos que irnos lo más probable es que ya te hayan rastreado- tomo las llaves de mi moto, le paso ropa de cuero para que no le dé frio y le paso un casco

-prefiero que te vistas acá- ella me mira riendo

-¿me llevaras a casa en su noble corcel?-

-claro princesa, no tengo carruaje soy una simple caballera plebeya- voy a mi cuarto para ducharme rápidamente y me vestí con mi traje de cuero negro, llegue al comedor ella estaba ya lista con mi traje azul marino se veía realmente preciosa, me repetía una y otra vez que sacara ese pensamiento, saque un cuadro de la muralla, abrí mi caja fuerte y saque mi arma de servicio más mi cuchillo regalón.

-¿lista princesa?- le extiendo la mano, ella la toma y salimos fuera del departamento

-debo dejar a Wanda con mi vecina- golpeo la puerta y le pido a Sisi que me cuide a mi perrita ella feliz se queda siempre con ella, me despido salimos a los estacionamiento y veo bajarse de una furgoneta negra a 6 sujetos armados eran los mismos que estaban en la azotea del café. Cojo de la mano a Eliza quien se abraza a mi pecho yo continuo con el abrazo por suerte ambas llevábamos el casco uno de los sujetos nos miró con asco –par de lesbianas, salgan de mi presencia- rápidamente tome a Eliza que temblaba nos subimos a la moto y Salí del lugar, me estacione en una bencinera a diez kilómetros de mi departamento.

-Eliza ¿Dónde vives?- ella me da la dirección y claro si era alguien importante obvio vivía en el sector más acomodado. Llegamos a la casa y vimos patrullas del FBI, camionetas de la agencia de guardaespaldas, muchos periodistas y gente a la entrada

-Eliza ¿Quién eres?-

-soy actriz, ¿de verdad no me reconociste?- por su tono supuse que estaba sorprendida

-no soy amante de la tv, cine, lo siento, buscare otra manera de entrar-

-la única opción que tienes es la puerta principal la seguridad es óptima- me dice

-¿quieres ver como burlo a la seguridad de tu castillo?- la desafío

-ok, pero deberás dejarme en mi habitación sin que nadie se dé cuenta-

-me parece justo- le contesto tranquila

-si no logras dejarme en mi habitación sin ser descubiertas deberás trabajar para mí- eso no me parecía para nada justo, pero como estaba segura de poder hacerlo

-y si lo consigo, no deberé pagarte el celular que te rompí- estiro la mano para sellar el trato

-adelante- me dice bajándose de la moto que la estacione en la casa trasera del terreno de Eliza

-princesa, tendrás que hacerme caso en todo, y no influir en que nos pillen- ella movió la cabeza asintiendo, tire la moto al suelo y corte un par de cables y apreté un botón que yo le instale para que no parta más, nos sentamos en la solera a mirar ella me abrazo yo me aparte.

-no te arranques solo estoy actuando para no parecer sospechosas- me vuelve abrazar, esta vez no me aparto. Miro con atención veo pasar un auto de seguridad, comencé a contar y el mismo auto paso a los tres minutos, me subo al árbol de la casa de enfrente pude ver todo el pateo, los gorilas completaban rutas de a uno, me bajo y vuelvo a sentar junto a Eliza a los segundos apareció el auto, paso y yo corrí buscando otra vista y vi la entrada trasera de la casa y a dos gorilas más apoyados, se veía un grupo grande en la casa se movían mucho, supongo que están preocupados por la rubia.

Corro para llegar a sentarme junto a Eliza y el auto ya venía. Se detiene frente a nosotras

-señoritas ¿necesitan ayuda?- yo me levanto y me quito el casco

-no se preocupen ya llame a mi mecánico, la moto no quiere partir- se la señalo él se baja del auto y la levanta trata de echarla andar pero esta no responde

-¿si quieren las llevamos? A donde quieran- el hombre comenzó a coquetear conmigo

-no es necesario, gracias- le sonrió

-preciosa, vamos- me toma del brazo

-pero al juzgar por su ropa, ustedes están trabajando- le digo soltándome de agarre

-si debemos hacer guardias continuas alrededor de esta casa, pero siempre nos arrancamos-

Lo miro alzando la ceja, vaya seguridad pensé

-tranquilo ya llame a mi mecánico solo debo esperar- el sujeto se dio por vencido se subió al auto y salió.

-linda seguridad tienes princesa, se supone que ellos son los cocodrilos que están custodiando el poso el cual evita a los intrusos- ella bufo se había molestado con los sujetos

-ahora que- suelta enojada

-no te enfades conmigo, yo no tengo la culpa que tus cocodrilos sean unos tontos, ahora debo inutilizar a tus centinelas y a los arqueros- tomo mi celular y reviso el sistema de seguridad de la casa. Ella se acerca y se apoya en mi hombro para ver que hacía.

-¿Qué haces?-

-estoy pasando a revisar tus cámaras y otro sistemas de seguridad- reí burlescamente ya que me demore menos de un minutos en saber las contraseñas, a los segundos podía ver las cámaras, alarmas incluso la domótica de la casa se controlaba desde mi celular

-es increíble ¿Dónde aprendiste a hacer esto?- me pregunta contenta parecía una niña chica

-tengo mis truquillos-

-enséñamelos- sus ojos brillaban yo asentí sonrojada ella volvió a bajar los lentes del casco

Otra oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora