Parte 13

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Llegamos a la cocina ayude a guardar las cosas en los muebles estábamos bien surtidas.

-bueno Eliza estás en tu casa, puedes hacer lo que te dé la gana, menos tratar de comunicarte con alguien ni salir lejos sin mí-

-no hay problemas general- me cuadro a lo militar

-¿estas chistosa?, y no es general, era comandante- me sonríe y comienza a preparar espaguetis era realmente hábil en la cocina.

-¿crees que más tarde pueda preparar un pastel?-

-dije que podías hacer lo que quisieras y otra cosa en este lugar no soy tu empleada- me comenta apuntándome con un cuchillo

-¿a qué te refieres?- me asusta se supone que ella es mi guardaespaldas acaso dejara de serlo

-al ver tu rostro parece que te asustaste, mira yo sigo siendo tu guardaespaldas, solamente que no seré tu empleada, tendremos que dividirnos las tareas de la casa, limpieza, cocina, conseguir leña etc- suelta una carcajada

-uff- el alma me volvió al cuerpo, ella ha sido la única que me ha hecho estar tranquila sentirme realmente segura no imagino a otra u otro en su lugar

-la comida estará en diez minutos, pon la mesa- me lanza un paño para que vuelva a la realidad

Coloque la mesa en silencio, por mi mente sigue rondando el que haría sin Alicia la conozco hace pocos días y desde el primer momento me siento a salvo, me niego a perderla.

Pov Alicia

Esto sí que es raro, Eliza lleva rato sin emitir sonido alguno y esta con la vista perdida quizás me excedí con el tema que tenga que cooperar con la casa.

Me acerque silenciosamente espere a que volteara, cuando lo hizo le lance una frase- mil dólares por tus pensamientos- se sobre salto ya que el tono que use fue algo chillón

-eres mala- me pego puñetazos en el pecho y la espalda

-calma rocky, solo quería saber que te ocurre- me sobo el hombro

-podrías haber preguntado cómo una persona normal- me dice tomando asiento con los brazos cruzados. Le coloco su plato en frente, ni siquiera lo miro

-vamos Eli era una broma estabas en el país de nunca jamás, no pude evitarlo- le apretó una mejilla, ella no pudo evitar sonreír, me aparto la mano.

-no me vuelvas asustar- sonríe nuevamente y me aprieta la mano y la acaricia –están deliciosos los espaguetis-

-gracias, tu tendrás que cocinar mañana- le digo apuntando con mi tenedor

-oye tienes una fascinación apuntando a la gente con cubiertos-

-jajajaj es solo un pasatiempo- al parecer bromear le aparto de los pensamientos de hace un rato.

-¿Qué se supone que hagamos ahora?- vuelve a mirar el plato con la mirada apagada

Le levanto la barbilla para que me mire a los ojos, eso ojos azules que me hipnotizan –descansar, tratar de divertirnos y olvidar un tiempo, y me darás más tiempo para descubrir quiénes son los sujetos- ella asiente y las lágrimas comenzaron a caer. Me levanto de mi silla y la abrazo ella se pega en mi hombro y me moja con sus lágrimas

-llora pequeña- se pega más a mi sin dejar de llorar trataba de balbucear cosas pero le era imposible –no hables, bota todo, fui muy desconsiderar te saque sin decir nada te aparte de tu familia, amigos, casa y ni siquiera te he preguntado si estás bien lo siento tanto- se levantó de la silla y cruzo sus brazos por mis hombros abrazándome el cuello, eso hizo que nuevamente mi cuerpo reaccionara de una forma abrumadora mi corazón está por salir disparado, tengo su perfume grabado en mi nariz es un momento dulce, quiero estar para siempre así con esta rubia. Acaricio suavemente su espalda y su cabello, estuvimos así por un buen rato, poco a poco fue decayendo el llanto sentí las piernas de Eli temblar, sin pensarlo la tome en mis brazos y recosté en el sillón la cubrí con una manta.

Me agache a la altura de su rostro, que marcaba los ojos hinchados de tanto llanto, acaricie su frente por un momento hasta que se durmió, la tape bien y recogí todo lo de la mesa.

Mientras fregaba los platos, no podía dejar de pensar todo lo que ha vivido esta chica, tiroteos, acoso por internet, fotos y una madre que al parecer es complicada, tener que hacer todo lo que te digan y estar vigilada las veinticuatro horas del día, yo no podría, al juzgar por el llanto solo eran emociones guardadas desde hace mucho tiempo está muy dañada y no creo que le hayan permitido ser vulnerable. La vida de un actor y de cualquier persona famosa se trata de vivir de las apariencias.

Se ve realmente bella descansando, tranquila, mierda Lex sácate esos pensamientos ella es tu jefa, tu responsabilidad de mantenerla a salvo y ahora mismo necesitas tener la casa calefaccionada así que a partir leña se ha dicho.

Salí junto a Wanda y como siempre se distrajo con cualquier cosa, aun no creo que reconozca todo, la traje acá de meses, ocho si no me equivoco a penas se veía en la nieve, nunca imagine que esta vez me costara menos entrar a esta casa, siempre me trae malos recuerdos me desconozco porque ni siquiera dude en traer a Eliza, mi corazón quizás ya está superando este gran dolor, y además Eliza me trajo de vuelta a ser guardaespaldas cosa que millones de veces rechace, ella está rompiendo con muchas de mis barreras, debería estar molesta pero no puedo, tengo claro además que cualquier sentimiento inapropiado debo desecharlo trabajo para ella.

Tengo ya mucha leña comencé a ordenarla de a poco en el leñero lo replete acomode en orden el resto fuera en la entrada de la casa creando una gran torre, estaba ya oscureciendo, continúe sentada en el tronco con el cual me apoyo para cortar la madera, era fascinante no escuchar, sonidos de ciudad, ni siquiera el ruido de los autos a lo lejos como podemos notarlo en el campo, este lugar está realmente apartado lo divertido es que ni los satélites pueden detectar la casa solo ven bosque y más bosque un pequeño truco que aprendí en mis tiempos de Hacker, si supieran que tengo cada satélite hackeado sin duda me detendrían.

Iba a entrar pero a mi espalda sentí unas manos tocarme suavemente –te traje un café- su voz sonaba ronca apagada me di vuelta y vi sus ojos hinchados y sus mejillas coloradas, le recibí el café y me puse de pie sin dejar de mirarla a los ojos –gracias princesa, no debiste molestarte- acaricie su mejilla, pensé que ella apartaría mi mano, pero al contrario se acomodó más a mi mano.

-partiste mucha leña te lo mereces- me dice sonriendo y esta vez ella me acaricia la mejilla y acomoda un mechón que tenía suelto, es tan dulce, maldición creo que me está atrapando cada día más. Me separe rápidamente –princesa debo encender la chimenea y la calefacción de la casa- le sonrió y entramos a la casa.

El resto del día comimos, ayude a Eliza a preparar un pastel para mañana y nos fuimos a dormir...

 

Otra oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora