Parte 16

1.3K 103 3
                                    

Alicia estuvo casi una hora tratando de que le abriera la puerta, ni siquiera me moleste en contestarle a la tercera hora vuelve a insistir –de verdad perdón Eliza, soy una verdadera idiota, tengo una explica....- siento como su voz se rompe y solloza me senté en la cama –me dolió el alma verte llorar por mi culpa, por tontos fantasmas que ya no están, soy una tonta- con la última palabra me percate que Alicia estaba borracha

-Ali, ¿estas borracha?- siento como una botella cae al suelo

-princesa por fin, perdón nunca te tratare mal, no lo mereces-

-contéstame lo que te pregunte- le insisto

-solo bebí una o dos botellas de whisky- me doy cuenta que se tambaleaba fuera de la puerta y me preocupe

-ósea estas borracha- abro la puerta y veo como me da una sonrisa de medio lado

-lo siento, por lo de antes y por estar borracha- hago que se siente en mi cama

-no me gusto la manera en que me trataste, tú no eres así de agresiva, bueno conmigo jamás- ella me mira con los ojos llorosos

-debí explicarte mejor porque no quiero que los utilices, pero los fantasmas no me lo permiten- llora como una niña pequeña abrazada a mi almohada, pienso que el alcohol le está afectando

-creo que yo no debí insistir, si vi tu rostro de incomodidad perdóname tú también a mí- la abrazo mientras llora

-no tu perdóname, por todo- me da ternura verla como una niña con pataleta

-¿Qué es todo?- le susurró al oído

-por tratarte mal, por emborracharme, por dejarte desprotegida por mi irresponsabilidad y por no dejar que nos amemos, yo te amo y sé que tú también sientes algo por mí y por tener estos putos fantasmas que no me dejan en paz-

Esto sí que no me lo esperaba, acaba de decir que me ama, Alicia me ama y no quiere reconocerlo, pero a que fantasmas se refiere.

-te perdono por todo eso y yo también te amo- la vuelvo abrazar ella se arrodilla en mi cama y me toma de las manos

-princesa, tu sabes que no podemos, eres mi jefa yo debo protegerte no está permitido y a..- no la dejo continuar y le doy una beso suave, ella no lo responde estaba a punto de darme por vencida pero siento como su mano acaricia mi nuca y me acerca más dándome un beso más profundo lleno de ternura, cargado de sentimiento. Nos separamos y quede apoyándonos en nuestra frente sonriendo.

-creo que soy tu jefa, debería despedirte para que podamos estar juntas- bromeo con ella

-no, me gusta lo que hago- baja la mirada

-entonces podemos mantenerlo en secreto ¿te parece?- ella levanta la mirada sus ojos brillaban

-¿tu estas dispuesta a estar de esa forma?-

-lo que sea por estar a tu lado- la abrazo con todas mis fuerzas

-pero Eli aún quedan los fantasmas- me suelta y se esconde en mi almohada

-cariño quizás si me cuentas cuales son los fantasma, se vayan-

-te contare mi historia- me recuesto a su lado para poder escuchar mejor, pero solo llegaron a mis oídos ronquidos, tiernos debo reconocer pero quede con la intriga, tape a mi comandante y baje a apagar a las velas, dejar salir un rato a Wanda, la espere cargue la chimenea para que mis dos hijas no pasen frió y regrese a mi habitación me acosté, acaricie su rostro que aún tenía el rastro de las lágrimas.

Pov Alicia

Maldición, me siento fatal, mi cabeza va a explotar necesito agua urgente, me muevo a la derecha y siento un brazo en mi abdomen, joder ¿Qué hice anoche?. Abrí mis ojos y estaba en la cama con Eliza, mi cabeza da vueltas comienzan a llegar imágenes, y bese a Eliza recordé todo.

Me quede mirando el techo sin poder moverme, tengo dos opciones, niego todo o asumo, no me di cuenta cuando tuve dos ojos azules sobre mi rostro

-buenos días amor- me beso, era un beso mágico, sentí en mi estómago mariposas, se separó

-levantémonos- me dice saltando de la cama. Creo que asumiré todo, ¿Por qué? negar que la amo y si voy a tener caricias y besos que mejor, pero antes debo sacar todos mis fantasmas.

-Espera, princesa te debo una historia- le suelto suavemente

-y si me la cuentas después de desayuno muero de hambre ayer no cene- me regala una sonrisa y un beso rápido y desaparece. No me quedaba más remedio que bajar y desayunar.

Lo mejor del desayuno fue prepararlo, entre besos y abrazos, sentía que mi cuerpo no podía contener tanta felicidad.

Mientras comíamos no dejábamos de mirarnos y reír, me tomaba la mano

-te amo tanto Alicia- me soltó de repente

-yo igual, ¿Cuándo te diste cuenta?- la interrogo

-sentí cositas desde el día que te vi en tu departamento y tengo la convicción que te conozco desde antes- me deja helada

-yo también tengo la sensación que ya nos conocíamos, y cuando me lance a salvarte ese día que nos conocimos, una energía extraña me impulso- ella me miro con ternura y me dio un besito corto y recogió la mesa y lavo la loza.

Otra oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora