Parte 22

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Pov Alicia

No lo creo se durmió, bueno es su primera vez de a poco, ya sabrá como desenvolverse. Me acosté a su lado para descansar oliendo su cabello. A sido el mejor momento de mi vida hacer mía a la rubia me hace la mujer más feliz del mundo.

Media hora fantaseando me asusto el sonido del teléfono satelital corrí abajo.

-ninja 1-

-dime-

-cambio de planes en una hora llegaran a tu muelle dentro de una caja de madera, sufrimos un ataque nadie sabe cómo encontraron tu casa en Luisiana-

-salgo a buscarlos inmediatamente-

Corto el teléfono y veo bajar corriendo a Eliza con un short y mi polera puesta, se detiene y veo como muerde su labio mirándome de pies a cabeza.

-¿Qué vez princesa?- le pregunto abriendo mis brazos dejando ver mi desnudes

- veo a mi novia bella- me besa suavemente –disculpa por dormirme y no recompensarte por lo bien que me hiciste el amor- mi cuerpo se estremece al sentir su boca en mi cuello y su mano en mi nalga

-no te preocupes, iremos explorando de a poco, ahora tengo que ir por tu hermana y mama- se aparta rápidamente y me acaricia el abdomen – no se supone que llegaban pasado mañana-

-resulta que los atacaron en mi casa en Luisiana y todo se hizo rápido- veo su rostro el horror de la situación

-he princesa están todos bien- camino a la habitación para ponerme mis pantalones de trabajo, Eliza me ayuda a buscar mis zapatos estaba abotonando mi camisa de trabajo y veo como Eliza queda pegada en la parte alta de mi abdomen - ¿Qué te paso?- siento como acaricia la mancha de nacimiento que tengo –es una marca de nacimiento- le da un besito y veo sus ojos vidriosos – parece una cicatriz de un disparo- termino de vestirme colocándome un gorro de los bulls

En el living me puse mi arma, y unas cuantas escondidas bajo mis pantalones

-amor me voy, prepara algo caliente para cenar, ya que no vienen en buenas condiciones viajando- le doy un beso

-cuídate mucho, te quiero de vuelta- me voy a la puerta sin antes despedirme de mis hijas – hijas, cuiden a mama mientras me voy de misión y háganle caso en todo- veo como mi rubia me sonríe despidiéndose con las manos.

Conducía mi auto, por la calle llena de nieve por primera vez en mucho tiempo tenia esta sensación de terminar luego una misión por volver a casa con el amor de mi vida, saber que estará esperándome hace que esa sea la real misión volverla a ver.

Llegue a mi muelle después de una hora conduciendo, vi a lo lejos un barco navegando hacia el continente, busque por el piso y no encontré la maldita caja, vi que habían pisadas en mi barco y la caja la pusieron como siempre sobre él. Me acerque lentamente y la golpee nadie contesto

-¿Danielle, Abby?- sentí como algo se movía dentro, -

¿Alicia Lex?- ciento una voz temblorosa.

-si la sacare- hice una palanca con un martillo y saque la tapa las dos mujeres estaban en posición fetal muy asustadas.

-tranquilas ya estas a salvo- Danielle me abrazo y corrían lagrimas por sus ojos

-necesito un baño- fue lo único que dijo Abby

-pasen al barco, si quieres ducharse-

-solo utilizaremos el baño, el resto lo hacemos en el refugio- me dice la mujer mayor

-estamos a hora y media de distancia-

-nos bañaremos, apestamos mama- dejo a las dos mujeres en los camarotes y subí a esperarlas

Nos subimos al auto y para mi sorpresa Danielle tiene la misma manía de cambiar la música a cada momento que su hermana.

-¿Cómo está la idiota de mi hermanita?- la chica seguía hurgueteando mis cd

-está muy bien-

-¿en qué lugar nos encontramos?- esta vez la mujer hablo

-Alaska-

-estamos lejos, moriremos de frio- dramatiza la rubia pequeña

-la cabaña es bastante agradable- esta chica es una típica adolecente quejona

-joder, aburrición máxima en una cabaña en medio del bosque, debo reconocer que la parcela en Luisiana me gusto bastante, ¿es del gobierno?- cruza sus pies sentándose de lado mirándome de frente, al parecer me tocaba interrogatorio

-no creo que te aburras, tu hermana no lo ha hecho, y claro el gobierno es dueño de la parcela-

-¿de verdad fuiste capaz de matar a cincuenta hombres sin arma alguna, que tenían secuestrado al embajador de Usa en corea de norte?- la chica es bastante impertinente

-¿Quién te dijo eso?- le pregunto seria, su mama la reto y le dijo que dejara de molestarme

-Anderson y dijo que te demoraste cuarenta minutos-

-fueron cincuenta hombres y diez mujeres rebeldes y me demore veinte minutos, y si tenía un arma mis espadas- veo que abre la boca asombrada

-flipo, mama vez que no tenemos nada de qué preocuparnos- se sienta y se pone el cinturón de seguridad mirando el frente sus hombros se relajaron

-¿de mi marido has sabido algo?- notaba tristeza en los ojos de la mujer

-nada, llegando a casa llamaremos a Anderson y consultaremos- noto como me sonríe y agradece

Estaciones el auto y ayude a bajar a Abby que se notaba débil, Eliza salió corriendo y abrazo a su hermana y luego a su madre las lágrimas corrían por sus mejillas

-¿están bien?- Eliza revisaba por todos lados a parte de su familia

-todo bien, terminator nos trajo a salvo- me sonrojo por lo que dijo Danielle

-adelante pónganse cómodas- las chicas seguían abrazándose, Danielle se fue corriendo adelante Abby permanecía abrazada a Eliza caminando al interior de la casa. Yo camine al galpón para traer la ropa de las dos mujeres que traje.

Ingrese a la casa y las vi sentadas enfrente de la chimenea Danielle jugaba con Heda divertida, Abby tomaba un café riendo por la escena, mi rubia estaba regañando a Wanda –no debes gruñir a mi mama y hermana-

-Abby, Danielle acá tienen ropa nueva y lo que necesiten-

-gracias terminator- yo sonrió es una adolecente muy divertida

-hermanita mira heda se está comiendo las nueces de nuestros platos-

Reí al ver como Heda saltaba de plato en plato robando y guardando la comida en su mansión ya con todas las ampliaciones, y Wanda seguía desconfiando y seguía gruñendo a las nuevas invitadas.

Desde la cocina Eliza me lanza un grito – en vezde reír deberías controlar a las hijas- me cuadro como si fuera mi general –las veo de inmediato cariño- veo la cara seria de Eliza mostrando una sonrisanerviosa.     

    Lasdos mujeres que estaban sentadas se nos quedaron viendo con los ojos bienabiertos.    

Otra oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora