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Me pase toda la noche llorando, pensado en como pude haber echo eso a mi mejor a miga, con la que llevaba junto a ella desde pequeñita. Ella no se merecía lo que yo la había echo, pero yo si que me merecía que ella a mi me hiciera algo.

-Soy demasiado mala para estar en este mundo.- Me dije a mi misma.

Desde esa noche decidí no ir mas con ellos, pensé que era lo mejor, para mi y para ellos.

La gente ya se empezaba a ir a Madrid, ya que dentro de quince días ya empezaban de nuevo las clases.

Paso una semana en la que no salí del apartamento y no vi a nadie. Hasta que hoy la ultima semana de estar en este sitio que ya no me gustaba, oí a alguien llamarme. En ese momento no sabia que hacer, lo único que se me ocurrió era asomarme, con lo cual era lo normal. Al asomarme vi a Sara, Marta y a Carlos.

-¡HEY!, Alaska, ¿por qué no te bienes esta noche a la playa con nosotros?.-Me dijo Marta gritando.

Me quede unos segundo meditando, algo normal, en ese momento estaba en shock, lo único que pensé era ¿por qué no Alaska?

-Eee... bueno vale, ¿a que hora quedamos y en donde?-La dije.

-¿A las 22:30, en el parque de la urbanización?

-vale, ahí estaré.

Ahora estoy bastante nerviosa, solo me faltaban 2 horas para ir al parque.

No sabia que ponerme si un vestido blanco, largo de Ibiza que me trajo mi hermana cuando fue o ponerme una falda larga blanca con un top blanco de encaje. Al final me termine decantando por el vestido de Ibiza, después de a verme tirado media hora probando mil veces lo mismo y mirándome al espejo. Deje el vestido en la cama y me fui a meterme a la ducha. Estaba tan cansada que lo único que ice fue lavarme el pelo y el cuerpo deprisa para tener un rato para mi. Deje que recorriera el agua por mi cuerpo unos minutos para relajarme. Cuando salí de la ducha me eche aceite corporal, me puse mi ropa interior, luego el vestido, las sandalias y después me fui al baño a peinarme, me eche espuma para que se me rizara el pelo, después me puse una cinta marrón con forma de una trenza, que recorría mi cabeza. Me maquille con una linea muy finita sobre el parpado y me puse rimel. Solo faltaban dos minutos para que fuera la hora, así que decidí ir para el parque.

Os voy a contar quien es Marta y quien es Carlos.

Marta es una chica que es mayor que yo tiene 19 años, es lesbiana, y la verdad es que esta un poco como una puta cabra, pero es muy maja, yo con ella me rió mucho y nos contamos bastantes cosas.

Carlos es un chico que tiene mi misma edad 17 años, es gay, bastante tímido, pero en cuanto lo conoces coges confianza con el y te lo pasas bastante bien.

Cuando llegue al parque ya estaban allí los tres, parecían bastante contentos, estaban riendo. Cuando me acerque se pararon de reír y me miraron de airaba abajo, en ese momento me sentía un poco observada.

-¡OMG! Alaska, pero que pibon te as puesto.-Me dijo Marta.

Al decirme eso yo claramente me puse mas roja imposible de la vergüenza. Lo único que ice fue sonreír.

Al llegar a la playa nos quitamos todos los zapatos y fuimos por la orilla del mar dando un paseo y riéndonos.

-Alaska creo que deberíamos olvidar lo que a pasado y estar como ahora, es lo mejor.-Me dijo Sara.

-Yo creo que también deberíamos olvidar lo.

Desde ese momento me quede más tranquila, más aliviada y todo siguió como al principio.

Nos quedamos Marta y yo solas, ellos se fueron a comprar unos helados.

Decidimos tumbarnos en la arena para ver las estrellas, ella empezó hacer chistes y bromas, algo normal de ella, no reímos bastante, hasta que hubo un momento en el que se apreciaba el silencio, solo se oía la marea del mar. Nos miramos durante unos segundos, asta que nuestros labios se juntaron.

No Me Entiendo Yo Ni Nadie [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora