CAPÍTULO 12: HOSPITAL
Narra Emma.
Todo había sucedido a cámara lenta.
El filo del cuchillo se había clavado hasta lo más profundo de mi brazo, justamente al lado de mi hombro izquierdo. Era un corte limpio, que dolía hasta en lo más profundo de mi ser.
Además, la sangre salía a borbotones de la herida; y nadie se había atrevido a quitar la navaja de mi brazo, así que allí seguía, atravesando totalmente mi brazo.
-¡Emma!- El grito de Marcos retumbó en toda la sala. Se abalanzó sobre mí y sacó suavemente el filo de mi brazo.
El alarido de dolor que solté fue de película.
La sangre empezó a fluir más fuertemente. Noté como me empezaba a marear.
-No tendrías que haberte puesto en medio, joder. Iba para mí, no para ti. Vámonos a un hospital. Saca muy mala pinta.- Marcos se sacó la camiseta, causando el vitoreo del público, de aquella gente que no se involucraba en lo más mínimo por mi corte, aquellos que seguían gritando al son de “Pelea, pelea”.
Me envolvió el brazo con la camiseta, la cual enseguida se inundó de sangre.
-Eres una zorrita mala.- Lucas se acercó más a mí, tambaleándose, fruto de la borrachera que llevaba encima.
-¡Vámonos! ¡Ya!- Sin darse cuenta, Marcos me agarró del brazo malo, logrando que diera otro doloroso grito y que diera un salto en dirección a Lucas.
Las imágenes se cernían algo difusas ante mí, supongo que por culpa de la sangre que estaba perdiendo.
-La putita aún quiere fiesta.- Un borroso Lucas intentó tocarme el culo.
Me aparté asqueada y, como acto reflejo, saqué mi pistola y apunté hacia él. Dio un paso hacia atrás, asustado.
Un aplauso por parte del público, sorprendido y maravillado ante la idea de una muerte.
-Era broma, Emma, yo no quería hacerte nada.- Titubeó al decirlo e intentó dar otro paso hacia atrás, logrando tropezar con sus propios pies.
-¿Ya no eres tan fuerte?- Intenté que sonará fuerte y duro, pero solo salió un hilito de voz; me estaba quedando sin fuerzas por momentos. Apunté a su cabeza con mi pistola, soltando una risa malévola.
Marcos se acercó por detrás de mí y me quitó la pistola.
-Ni se te ocurra.
¿Creía que era tan cruel como para matar a una persona? Solo pretendía asustarlo, darle un poco de su propia medicina.
De repente, noté como mi vista se nublaba del todo y como me desplomaba encima de mi “hermano” por segunda vez en el día de hoy.
Así, me quedé totalmente desmayada; teniendo como último recuerdo la voz de Marcos y los gritos de un público despiadado.
Narra Marcos
No era nada agradable la situación en la que me encontraba.
Por un lado, tenía a una Emma inconsciente y herida.
Además, tenía a un Lucas que aún tenía ganas de pelea.
Añadiendo que estaba el público que no me iba a dejar salir tan fácilmente de la casa.
Para acabar, tenía a un Héctor desaparecido.
¿Qué podía hacer? La herida de Emma era lo más urgente.
Con la pistola, di un tiro al aire; consiguiendo que la mayoría de las personas huyeran despavoridas al oírlo.
Al momento, apareció el mismo chico de esta mañana corriendo. ¿Cuál era su nombre? Puede que Sergio…
-¿Qué ha pasado?- Me preguntó, asustado y cogiendo a Emma en brazos.
-Ha habido una pe- El brazo de Emma está muy mal porque le han dado un cor- Ha sido Lu-Lucas, pero todo es mi cul- Balbuceé, estaba tan nervioso que no era ni capaz de decir dos frases con sentido.
Di un puñetazo a la pared, frustrado. Y otro, y otro más.
-Cálmate chico. Lo primero es llevar a Emma a un hospital, no la puedo dejar sola ni dos minutos que se me mete en un lío.- El chico mantenía la compostura, al contrario que yo.
Mi furia, solo aumentó. Di otro puñetazo más.
Al momento, apareció mi amigo corriendo.
-Marcos, tranquilízate amigo. Explícame que ha ocurrido.
-Joder, no puedo. Vamos a llevarla a un hospital, ya.- Esta vez se la arrebaté yo de los brazos y salí corriendo de la casa, sabía que, por suerte o por casualidad, había un hospital al final de la calle.
****
Habían pasado dos horas desde que Emma había ingresado en el hospital. Aún no teníamos noticias de ellas.
-¿Conocidos de Emma Cortes?- Ni siquiera me planteé que mi “hermana” figuraba con su antiguo apellido cuando el médico apareció por la puerta.
-¡Nosotros!- Gritamos los tres a la vez.
- Por ahora, Emma está estable. La herida ha atravesado más de un músculo y es bastante profunda, por lo que la hemos inducido a un coma. Si fuera muy mal, le amputaríamos el brazo, pero lo normal es que en unas semanas este recuperada, pero la tendremos unos días en observación y en la UCI. Además, le hemos puesto la vacuna del tétanos.- Me tensé hasta tal punto que pensaba que me iba a romper en cuestión de segundos.
-De acuerdo. ¿Puedo pasar a verla?- Preguntó Sergio.
-Sí, pero solo uno de vosotros y un par de minutos.- El médico abandonó la habitación y Sergio también, en dirección a la de Emma.
Yo, en cambio, abandoné el hospital. Una ráfaga de aire frío llego a mí, congelándome por completo. Ni siquiera llevaba una camiseta.
-Soy un mierdas.- Me dije a mí mismo.
Empecé a patear todo lo que se cruzaba en mi camino, así como a darle puñetazos a las paredes.
-¡Marcos, cálmate!- Oí de fondo la voz de Héctor.
Seguí pateando cubos de basura. Si a Emma se moría o se quedaba sin brazo, no me lo perdonaría nunca.
Lágrimas surcaron mis mejillas.
-¡Tranquilízate, joder!- Volví a oír a Héctor.
Seguí golpeando todo lo que me incordiaba, hasta que llegué a mi moto, la cual recibió golpes de nuevo.
Noté una mano en mi hombro y me giré, encontrándome a mi mejor amigo.
Me giré y me abrazó. Di rienda suelta a mis lloros, como un niño pequeño que llora en el hombro de su madre.
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Espero que os haya gustado el capi :) Se que os corto, pero sino no subía hasta mañana y os tenía prometidoo un capítulo.
Votad y comentad guap@s :) Un besito
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Querida princesa, te necesito.
Teen FictionElla es huérfana desde los 10 años. Él siempre ha sabido lo que es tener una familia. Ella hace tiempo que dejó de sentirse una princesa. Él nunca ha querido ser un príncipe azul. Ella se llama Emma. Y él, se llama Marcos.