CAPÍTULO 8: LA CAÍDA.

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CAPÍTULO 8: LA CAÍDA

Narra Emma

El coche paró en frente de mi casa.

-Toma.- Sergio me entregó un móvil blanco precioso cuando estaba a punto de salir del coche.

-¡No, no! No me vas a dar un móvil nuevo.- Fruncí el ceño y saqué mi viejo Nokia del bolsillo.- Mi teléfone aún funciona y estoy segura que ese chisme demasiado caro.

-Pero tu Nokia ni siquiera tiene Whats App…

-¿Guats qué?- Sergio dio un bufido.

Digamos que me había quedado estancada en los SMS.

-Whats App es una aplicación que permite enviar mensajes gratis a través de Internet.- Me explicó.

Asentí con la cabeza

-Además… ¡No te puedes negar a un IPHONE 5!

-¿Aifon 5? ¿Qué se supone que es eso?

No, las nuevas tecnologías no eran lo mío.

-I.P.H.O.N.E. 5.- Se llevó una mano por el pelo, frustrado ante mis negativas.- ¿Cómo no sabes lo que es un IPHONE 5? ¡Cualquier persona en su sano juicio sabe lo que es un IPHONE 5!

-¿Te recuerdo los últimos años de mi vida?- Le contesté calmada, frunciendo el ceño.- Orfanato, familia de “psicópatas”, orfanato. –Puse una mueca al recordarlos.

- Vale, vale, lo siento. Pero te quedas este “chisme”- Dio un resoplido, señalando mi nuevo móvil. -Tómatelo si quieres por un regalo de cumpleaños adelantado.- Alcé una ceja, divertida ante su frustración.

-¿Enserio? ¡Si aún quedan 5 meses para que cumpla los 17!

- ¡Me da igual! ¡Te lo vas a quedas junto a estos 250 euros!

- ¿Dinero también?

-Sí, es solo para un caso de emergencia. Lo hemos estado ahorrando Yaya, Chloe y yo. ¡Y no me repliques, que te lo vas a quedar.

-Vale.- Suspiré resignada, metiéndome en el bolsillo de mi sudadera mi nuevo móvil y mi dinero. -¿Y dónde están mis paquetes de cigarrillos y mi pistola?

Sí, tengo un arma. ¿Algún problema con ello?

-Aquí tienes tu “querido tabaco”– Sacó tres paquetes Camel y me los entregó. –Y aquí tu pistolita.- Dudó al dármela, pero se la quité de las manos y me la puse en el bolsillo trasero de mis tejanos, de forma que quedara tapada por mi ancha y larga sudadera.

-Está sin cargar.- Me dio una caja llena de balas. –Emma, ni se te ocurra usarla; sabes que es solo para el caso de que hubiera una emergencia y…

-Sí, sí. Muchas gracias.- Lo interrumpí, saliendo del coche. Me dirigía hacia la casa, cuando unos fuertes y conocidos brazos me agarraron por detrás  y me levantaron en el aire.

-¿No te ibas a despedir de mí?- Me reí.

Y… ¡Zas! Como por la mañana, volvía a ser un saco de patatas.

-¡Bájame!-Imploré.

-Bueno, te bajo porque se me hace tarde; pero otro día no te librarás de mí- Me dijo entre risas.

Le abracé y me colgué encima de él.

-¡Venidme a ver pronto, por favor!- Le llené de besos toda la cara.

-Sí, te prometo que vendré a verte y hablaremos por Whats App todos los días.- Me abrazó más fuerte y me bajó, dándome un beso en la frente.-Te quiero fea.- Se despidió.

Querida princesa, te necesito.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora