CAPÍTULO 18: MORATONES.

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CAPÍTULO 18:

CAPÍTULO 18: MORATONES.

Narra Emma.

Eso no era verdad. Eso no había pasado. Yo no era capaz de aquello. Ni aunque estuviera borracha.

Notaba como mis mejillas ardían, seguramente deberían tener un fuerte color rojizo. Negué con la cabeza continuas y repetidas veces, en vanos intentos de recordar lo sucedido anoche.

Pero nada, decididamente no volvería a tomar nunca alcohol. Nunca jamás.

Observé la perfecta y picarona sonrisa que él llevaba pintada en la cara, la cual era un contraste perfecto con mis muecas tristes. No pude evitar comparar también ambas vidas, la suya sin complicaciones, la mía con demasiadas. Al instante, me vino a la mente una pregunta que me dejó aturdida. 

¿Habría visto Marcos todas las moraduras de mi espalda y mi abdomen, así como aquella fea cicatriz  que se encontraba debajo de mi pecho derecho. Inconscientemente, mis dedos fueron hasta ella y la delinearon por encima de la fina tela del pijama. Me estremecí ante ello y me tensé, intentando que una pequeña lágrima no saliera de mis ojos al recordar la peor noche de mi vida.

-Emma, ¿sabes que no estaba hablando enserio, verdad?¿Sabes que era solo una broma, no?- Marcos me sacó de mi ensimismamiento. Me observó embelesado, sin entender muy bien lo que me sucedía.

-¿Cómo?- Pregunté sin saber ni siquiera de lo que me estaba hablando, ya que mi mente se encontraba en otro lugar, tanto a kilómetros como a años de distancia. Intenté esbozar una sonrisa al ver su cara de preocupación, aunque el resultado no fue demasiado maravlloso y se parecía más bien a una mueca. 

Narra Marcos

Esto estaba empezando a preocuparme. Yo solo quería gastarle una pequeña broma en venganza, no pretendía que se entristeciera, que, realmente, no tenía ningún sentido que lo hiciera. Su semblante era triste y parecía estar a kilómetros de mí. ¿Tendría algo que ver con los moratones que había visto en su espalda? Yo había supuesto que serían de algún golpe que se hubiera dado, pero nose. Igual era algo más fuerte. Algo más doloroso. 

-Que era una broma.- Empecé a hablar.- Lo único que hice fue bajarte la cremallera de detrás. Luego, desapareciste en tu cuarto y te pusiste tú el pijama. En serio, que yo no vi nada. Minutos después apareciste en mi cuarto y.... ¿Emma? ¿Me estás escuchando?

Su mirada seguía fija y ausente, ahora sí que me estaba empezando a asustar.

- Tierra llamando a Emma.- Intenté bromear. Pero nada, me ignoró.

-Nino nino. Marcianito Marcos llamando a Marcianita Emma.- Volví a decir, pero seguía sin tener resultado alguno.

-¿Emma?- Esta vez dejé los jueguecitos de lado. Nada, ni caso.

-Emmi me estás empezando a asustar.- La zarandée suavemente por los hombres y entonces, reaccionó. Pero no de la manera que yo me esperaba. No dándome un puñetazo o gritándome o algo. No, no. Se aferró a mi pecho fuertemente.

La abracé por detrás y le empecé a acariciar el pelo, intentando que se calmase. Mis pulmones se inundaron de un olor a champú de rosas que emanaba de su pelo castaño claro, tan claro, que se asemejaba a rubio.

Noté como empezaba a temblar entre mis brazos e, inconscientemente, la apreté más hacia mí.

Fuera lo que fuera lo que le ocurriese, ya me lo contaría cuando se calmase, ¿no?

Narra Emma

Flashback

Me revolví incómoda y dolorida en el suelo. Me dolía cada parte de mi cuerpo y todo por culpa de las palizas que, ya fuera Jonathan o Jenny, me caían cada días.

¿Y sabeis por qué me las daban? Solamente porque la regla no me había bajado aún en toda mi vida. ¿Qué culpa tenía yo de que no me llegara?

Fue entonces, cuando vi que a Jonathan se le había caído un mechero antes de salir del trastero en el que me encontraba.

En un momento de desesperación lo cogí del suelo y, sin darle muchas vueltas a la cabeza, lo encendí y empecé a hacer el tonto con él, hasta que, sin darme cuenta, había prendido un libro que se encontraba a mi derecha. Y después de este, el fuego se corrió a otro libro y a otro. Y así fue como vi que una llama centelleante roja se encontraba en todas las estanterías y se expandía hacia mi alrededor.

Asustada, solté el mechero y grité, mientras empezaba a aporrear la puerta con la intención de que alguien me oyera y me salvaba. Empecé a toser al inhalar el humo, con una sensación enorme de ahogo.

Fin del flashback

Mi cuerpo empezó a temblar y los recuerdos de aquella noche impactaron en mí como cuchillos. Había pasado más de un año y aún me estremecía al recordarlo. Aún no había superado mi miedo al fuego. Aún no entendía como había sido tan sumamente idiota para provocar un incendio. Aún me sentía culpable. Aún seguía pensando que el perder a mis hermanos era culpa mía. Solo mi culpa.

Inconscientemente, apreté mi agarre a Marcos y empecé a sollozar algo más fuerte. Y es que era incapaz de superar todo lo sucedido.

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No me mateis! Sé que es corto y triste, pero es que hoy mi humor está algo por los suelos, ¿vale? Como dice el dicho:

"Hay que tener días malos, para apreciar los buenos"

Lo siento, pero me ha salido así el capi. El próximo será más alegre y largo. Prometido.

Y eso, que si tardo más en subir es por los exámenes, que hasta el puente de Diciembre estoy llena de ellos.

Por último, votad y COMENTAD! Sí, con mayúsculas, porque con 100 votos y 500 leídas en el capi anterior, solo hay 13 comentarios. Así que por favor, os cuesta un minuto poner un "síguela". Y eso, gracias a los que leeis la historia y votáis y comentáis. Os amo nenis :)

Un besito guapis

Querida princesa, te necesito.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora