CAPÍTULO 24: UNA NOCHE ALGO MOVIDA
Narra Emma
-Hasta pronto feo.- Me despedí de mi primo dándole un sonoro beso en la mejilla, tras notar como me abrazaba cogiéndome en volandas. No pude evitar sonreír, ni tampoco soltar un bostezo. Estaba cansada, muy cansada, y es que no había sido una noche fácil.
-Buenas noches enana.- Me susurró al oído Sergio, dejándome en el suelo.- Por cierto, ya me explicarás por qué tu hermano me está echando dagas y puñales con la mirada.
Mis mejillas se sonrojaron y volví a notar esas características cosquillas en el estómago que llevaban molestándome desde el beso con Marcos.
-¡Tato! ¡Suelta a Emma ya, que yo también me quiero despedir de ella!- Dijo Chloe apartándose de mí y dándome un conocido abrazo de oso.
-Te echaré de menos primita.- Dije revolviéndole el pelo y soltándome de su agarre.- Y ahora si me disculpais, me voy a dormir que no puedo con mi alma.
Empecé a subir las escaleras cuando una conocida voz hizo que mi corazón diera un vuelco y que desacelerara el paso.
-Yo también me iré a la cama. Un placer haberos conocido a los dos, Sergio y Chloe.- Habló Marcos. Pasaron unos segundos en los que supongo que se despidieron, cuando noté una mano en mi cintura.
-¿Te he asustado?- Me susurró un sonriente Marcos. Mi corazón dio el vigésimo octavo vuelco de la noche.
-Sabes que a mí no me asusta nada.- Guiñándole un ojo en respuesta, mientras seguíamos andando hasta llegar a las habitaciones. - Por cierto, debería darte las gracias, ya sabes, por lo de antes.
-¿Por el beso? Veo que te ha gustado eh.- Noté como el calor subía a mis mejillas, dándoles un fuerte tono rojizo. ¿Cómo podía tomar el tema con tanta naturalidad? Para mí no había sido solo un beso, sino mi primer beso. Ese que nunca se olvida. Además, lo importante que era para mí conseguir estar cerca de algún chico sin temblar de miedo o sin mi pistola encima, no lo sabía nadie.
-¿No me vas a contestar?- No me salían las palabras; era incapaz de soltar una frase, y menos lo fui cuando noté como se empezó a acercar lentamente hacia a mí. Su mano acarició mi sonrojada mejilla. Noté como mi piel se erizó con el toque y no pude evitar soltar un suspiro que no sabía que había estado conteniendo. Apartó un mechón de pelo de mi cara y sus labios se aproximaron a los míos para depositar un suave beso.
-Que duermas bien, princesa.- Susurró. Se aproximó de nuevo hacia mis labios y esta vez, intensificó el beso. No pude evitar cerrar los ojos. Su lengua se adentró en mi boca, para separarse segundos más tarde.- Espero que te haya gustado el beso de buenas noches.
Acto seguido, me guiñó el ojo y se adentró en su habitación; dejándome sola en el pasillo. Con una sonrisa, pero no una cualquiera, sino con una de esas que llegan a los ojos y hacen que te sientas la persona más afortunada del mundo.
Narra Marcos
¿La había llamado princesa? ¿Yo, Marcos Evans? Y no solo eso, había llamado princesa a mi "supuesta hermana", a aquella que en un principio había llamado rara.
"Pero es que tiene una sonrisa preciosa" Pensó mi subconsciente. "Y unos ojos que hipnotizaban", "Y unos espectaculares labios" , "Y no nos olvidemos de su impresionante trasero"
Una sonrisa adornó mi cara. Uf, parecía que seguía siendo el Marcos de siempre; aunque esto era nuevo para mí, por primera vez en mucho tiempo, diría que desde parvulitos, no quería que una chica fuese un lío más. Quería algo más, quería a Emma como novia. Quería conocerlo todo sobre ella, memorizar cada parte de su cuerpo, ayudarla en todo lo que me fuera posible, llamarla "princesa", "pequeña" y de mil maneras más. Definitivamente, había pasado lo imposible, me había enamorado de una chica, y ella era Emma Cortes. Fuera como fuese, iba a conseguir que Emma saliera conmigo. Y así, con ese último pensamiento, quedé sumido en los brazos de Morfeo.
Narra Emma
Estaba en un campo rodeada de flores. Todo parecía perfecto. Cogí una margarita y empecé a quitarle los pétalos al son de "Marcos me quiere" o "Marcos no me quiere". Una sonrisa quedó pintada en mi cara al ver que el resultado era "Me quiere" . De repente, vi como una silueta que creí reconocer como Marcos, se acercaba lentamente hacia mí. A medida que se acercaba, pude darme cuenta de que no era él, sino mi pequeño hermano Javi.
-¡Javi! ¡Nene!-Grité.- Estoy aquí.
Mi hermano se plantó delante mío con las dos manos tras la espalda. EL paisaje cambió completo, el cielo se nubló y el campo dejó de ser verde. Ahora me daba miedo, esto me daba muy-muy mala espina.
-¿Así que ahora te acuerdas de mí? ¿Ahora soy tu hermano?- Una sonrisa diabólica inundaba su rostro, consiguiendo ponerme los pelos de punta.- Pensaba que te habías olvidado de mí desde que conoces a ese otro hermano tuyo, a Marcos.
Una lágrima salió de mis ojos.
-¡Eso no es verdad! ¿Y Nora? ¿Dónde está ella?- Espeté yo con solamente un hilo de voz.- Estoy segura de que no eres mi hermano, él nunca me hablaría así.
-No-ra es-tá muer-ta.- Dijo vocalizando cada una de las sílabas lentamente. Una carcajada irónica salió de su boca.- Pero claro, tú eres feliz ahora, y ya no te acuerdas de nosotros, ¿no? Que estamos sufriendo y pasándolo mal por tu culpa.
-No-no, no pu-puede ser.- Dije notando mis ojos llenos de lágrimas.
-Claro que sí.- Afirmó él, mientras su figura iba haciéndose más grande.- Lo que resulta irónico es que tú vas a morir igual que lo hizo Nora.
De repente se acercó a mí y sacó de su espalda dos cuchillos que clavó en mí sin compasión alguna.
Me desperté sobresaltada. Todo había sido un sueño, pero un sueño muy real que estaba cambiando toda la visión de la noche anterior. Lágrimas inundaron mis ojos sin poder evitarlo. No podía ser feliz, no así, sabiendo que por mi culpa mis hermanos estaban sufriendo y ni siquiera sabía si seguían vivos.
Tiré una almohada, soltando toda mi rabia, notando como mis lloros y lamentos aumentaban; cuando de repente, noté como la puerta se abría y un Marcos sobresaltado entraba en mi habitación.
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¡Hola! ¡Hola! ¡Hola! Sí, yo tampoco me lo creo; pero después de meses sin subir aquí estoy. Se qué prometí subir hace un mes, pero he estado muy líada con exámenes y hasta ahora no he podido escribir. Muchas gracias a los que seguís aquí conmigo, deciros que sois muy importantes y que ahora que se acerca el verano empezaré a escribir más a menudo.
Votar y comentar el capi si os ha gustado. Sobretodo comentar, que me hace mucha ilusión siempre, aunque sea un simple "síquela"
Me despido,
ANNA
PD: os recomiendo pasaros por la historia de la persona a la que le he dedicado el capi ;)
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Querida princesa, te necesito.
Ficção AdolescenteElla es huérfana desde los 10 años. Él siempre ha sabido lo que es tener una familia. Ella hace tiempo que dejó de sentirse una princesa. Él nunca ha querido ser un príncipe azul. Ella se llama Emma. Y él, se llama Marcos.