CAPÍTULO 16: FIESTA.
Narra Emma.
Tras un par de Martini-Limonada, opté por ir al baño cuando oí un silbido a mis espaldas.
Me giré, algo amedentrada, encóntrandome a un grupo de unos seis hombres de unos 30 años, obsérvandome de arriba a abajo, sin ningún disimulo.
"Estúpidos babosos, si podría ser su hija" Pensé, mirándoles con una cara que no ocultaba para nada, mi asco hacia ellos.
-Bellís-sima.- Gritó uno de ellos, con voz de borracho, dirigiéndose a mí.- ¿Dónde has estado toda mi vida?
Mi cara de repugnancia se hizo más notable, si eso era posible.
-Donde estaré siempre, en tus sueños.- Contesté de vuelta, con una enorme e irónica sonrisa.-
-Oh, oh. La putilla saca las uñas.- Gritó otro, esta vez.
-Gilipollas.- Mascullé, enviándoles mi dedo corazón en respuesta.
Las risas de los babosos borrachos no tardaron en oírse.
"Espera, espera" Pensé "¿No has venido aquí a por Jonathan y Jenny?"
Decidida, me di la vuelta y me dirigí hacia ellos.
-¿Has decidido unirte a nosotros?- Uno me guiñó un ojo, provocando que una mueca de desagrado apareciera en mis labios.
-Quizás podría... Pero primero debería buscar a mi "amigo"- Hice comillas con mis dedos, mordiendo mi labio inferior de forma inocente.- Jonathan. ¿Lo habéis visto por algún lado?
-Puede que sí... Pero lo recordaría mejor si tú y yo tuviéramos algo de diversión. Ya sabes.- Se lamió los labios.
-¿Diversión?- Me dije haciéndome la ingenua.
"No vomites del asco, no, Emma, porfavor"
-Sí. Vámonos a los baños un ratito.- Se levantó y tiró de mis brazos fuertemente.
-No no, suéltame.- Grité asustada. Intenté soltarme de su agarre, pero tenía mucha más fuerza que yo.
"Joder" Pensé, ni siquiera podía llegar a mi pistola, ya que me había inmovilizado.
-Aléjate de ella.- Marcos entró en escena. Suspiré más aliviada.
-Chico no te metas, que esta es mía. Si quieres luego te la dejo un rato.- Contestó el baboso.
-Puto machista de mierda. Yo no soy de nadie, estúpido.- No pude evitar dar rienda suelta a mi boca.
-A mi no me hables así, puta.- Me dio una bofetada, girándome la cara.
"Espera, ¿un viejo verde me acababa de cruzar la cara" Solté una sacástica risa.
En ese mismo instante, dejé de notar la presión del hombre sobre mi muñeca y vi como Marcos empotraba al hombre contra la pared, dándole un puñetazo en la nariz.
-Póngale un solo dedo encima y seré la peor de sus pesadillas.- El desplomado hombre cayó al suelo ante la amenaza de Marcos.
Me cogió del brazo suavemente. Nadie se había dado cuenta de lo que había sucedido, esto era increíble, totalmente increíble.
-¿Estás bien?- Me susurro al oído, aún con el ceño fruncido.
Y no pude evitar echarme a reír a carcajada limpia. Algunos me llamarían loca, otros bipolar; pero a mí, después de los varios cubatas que llevaba encima, todo lo sucedido me parecía bastante cómico.
Narra Marcos.
Me dirigía hacia mis amigos con Emma de la mano, la cual seguía partiéndose de risa.
-Cariño, ¡Marcos! Estoy aquí.- Una cantarina voz sonó a mis espaldas.
"No por favor" Pensé, girándome y encontrándome a mi gran amiga.
-Hombre, Alicia no te había visto.- Una falsa sonrisa apareció en mis labios.
-Y aho-hora.- Dijo Emma entre risas.- Apa-parece la furcia, la que fal-faltaba.
Me mordí el labio, conteniendo la risa yo.
-Pero si es la rarita- Contratacó Alicia, mirando a Emma con cara de asco.- ¿No deberías estar estudiando?
-Espera.- Dijo intentando autocalmarse.- ¿Tú no deberías estar en el prostíbulo de al lado?
Estallé en risas junto a ella.
-Marcos, defiéndeme. Me acaba de llamar puta.- Se intentó colgar de mi brazo.
-Es que ese vestido no deja demasiado a la imaginación.- Contesté, logrando que ella volviera con sus perritos falderos.
-Muy buena.- Me dijo Emma sin dejar de reír, colocando la mano de forma que le chocara los cinco,
-Lo sé.- Contesté chocándole.- Tú tampoco has estado nada mal.
No pude evitar estallar en risas yo también.
Narra Emma.
Tras un cubata y medio más, Marcos se acercó a mí.
-Vamos a bailar.- Me agarró de la mano, llevándome al medio de la pista de baile.
"Niña swing" Resonaba en mis oídos.
-No sé bailar.- Le confesé medio-borracha.- Nunca he bailado antes.
-¿Nunca? ¿En qué orfanato estabas, en el del terror?- Soltó una risa.
-Peor que eso.- Respondí con una triste sonrisa.
La música cambió de ritmo en ese preciso instante. Pasando a sonar "Mi reina".
Todas las parejas que se encontraban a mi alrededo empezarorn a bailar pegadas y, más de una, a besarse apasionadamente.
-¿Me concede este baile, señorita?- Marcos me tendió su mano.
-Oh, no no.- Trastabillé hacia atrás.
-Es solo un baile.
-Solo una canción.- Le amenacé con mi dedo.
Apoyé mis manos en sus hombros, mientras que él apoyaba sus manos cuidadosamente en mi cintura. Noté como unas cosquillas empezaban a subirme por mi estómago.
No sé si pasaron segundos o minutos, solo sé que me quedé embobada mirando esos bonitos ojos azules, mientras mis pies se movían al mismo compás que los suyos.
Pero, siendo sincera, todo no podía ser perfecto.
Levanté la cabeza, más allá de los ojos de Marcos, y me encontré con esa sombría mirada que tanto me asustaba en sus días.
Me solté de mi acompañante y corrí detrás de aquel hombre, esquivando a todos aquellos que se ponían en medio.
-Mierda.- Mascullé al levantar la vista y no verlo por ninguna parte. Seguí corriendo, pero no lo veía por ningún lado, para el colmo, por culpa del alcohol mi vista se estaba empezando a nublar y me estaba empezando a marear.
-Mierda. Mierda. Y más mieda.- Me senté en el suelo, apoyando la cabeza entre mis pierna. Acababa de perder a Jonathan.
Flashback
-Levántate del suelo de una puñetera vez; estas hartando toda mi paciencia.- Jonathan me echó una mirada que me asustó hasta en lo más profundo de mi ser.
-No-no puedo.- Tartamudée aterrada, realmente no podía.
-¿Por qué coño no puedes?
-Me duele mucho-cho el tobillo-llo.- Tartamudée con la cara llena de lágrimas.- Me has hecho mucho daño.
-¿Yo daño? El daño te lo has hecho tú misma, sabías perfectamente que si desobedecías mis órdenes te daría una paliza. Y eso es exactamente lo que has hecho.- Me contestó sin pizca de piedad.
-Perdón.- Bajé la cabeza.
-Ni perdón ni leches, más te vale levantarte o el siguiente al que pegaré será a tu hermanito Javi; ¿y no querrás que eso suceda por tu culpa, verdad?
-¡No!- Negué con la cabeza repetidamente, poniendo todo mi esfuerzo en ponerme en pie, aún sintiendo como me iba a venir abajo en cualquier momento.
Fin del flashback
-¡Emma! ¿Qué ha pasado?- Marcos irrumpió mis pensamientos.
-Nada.- Dije con los ojos llorosos.
-¿Te han hecho daño? ¿Te encuentras bien?- Me preguntó preocupado.
-No es nada de eso... Solo déjame tranquila, por favor.- Contesté, notando como mi vista se empezaba a nublar por culpa de las lágrimas.
-¡Joder, no te voy a dejar sola!- Me acarició el pelo.- Explícame que te pasa.
-Solo me pasa que mi vida es una mierda, mis padres están muertos y mis hermanos desaparecidos.- Confesé echándome a llorar, en un momento de bajón, supongo que por culpa del alcohol.
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¡Tachán! Las cosas se van a poner interesantes a partir de ahora! Espero que os haya gustado y, os prometo, que subiré pronto.
Por cierto, ¿os podríais pasar por mi otra nove, aunque solo esté la sinopsis?
Y, por otro lado, ¿podríais comentar y votar, lectores fantasma? Es que es algo deprimente que en un capítulo haya más de 300 leídas, unos 70 votos y solo 10 comentarios... Por favor, comentad aunque sea solo para decir un "Síguela" o yo qué se.
Para acabar, ¿que tal os fue Halloween? Donde yo vivo hubo una fiesta y me lo pasé genial, bebiendo y bailando hasta las 5 de la mañana, ojalá volviera a ser jueves...
En fin, me despido,
UN BESITO GUAPIS, SE OS QUIERE
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Querida princesa, te necesito.
Novela JuvenilElla es huérfana desde los 10 años. Él siempre ha sabido lo que es tener una familia. Ella hace tiempo que dejó de sentirse una princesa. Él nunca ha querido ser un príncipe azul. Ella se llama Emma. Y él, se llama Marcos.