Capitulo Uno

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Enero de 2010

Entre a las instalaciones del instituto camine por el pasillo hasta llegar a mi casillero, saque mis libros y me di media vuelta cuando choque con alguien accidentalmente y caí al suelo de sentón. Mi carpeta, libros y mi bolsa estaban en el suelo esparcidos a mí alrededor.

—Pero que...

—Lo siento... —dije y el me miro, cambio su expresión de enojo paso a una diminuta sonrisa.

—Hola Sebastian —le decía la rubia mientras le daba un beso en los labios.

—Hola Holl... —dijo el separándose de ella y mirándome a mí.

—Por fin encontraste tu lugar B, en el suelo... —dijo Holland cuando vio a donde se dirigía la mirada de Sebastián.

Simplemente la ignore, no caería de nuevo en su estúpido juego de niñas, para ella todos a su alrededor eran basura, claro excepto Sebastian y Andrea. Ella se llevó a Sebastian del brazo mientras le hablaba acerca de sus próximas vacaciones en Paris.

— ¿Qué haces ahí Bri? —me decía mi hermano mayor viéndome desde arriba.

—Sebastian...

— ¿Sebastian? –pregunto mientras enarcaba un ceja indicándome a que le dijera más.

—Accidentalmente choque con él y caí... —frunció el ceño.

— ¿Y ni siquiera se ofreció ayudarte? —dijo chasqueando la lengua.

—Apenas y dijo "pero que..." y la Reyna de la estupidez se lo llevo arrastrando

Mi hermano rodo los ojos.

—Ven acá... —dijo poniendo su mano enfrente de mí.

—Gracias Miguel...

Ya estando de pie le dedique una sonrisa y guarde mis libros en mi bolsa. Miguel era uno de mis cuatro hermanastros mayores, él era básicamente como mi mejor amigo, me conocía incluso más que yo misma, curioso lo sé, tal vez era el hecho de que era mayor que yo un año. Él y los otros tres hermanos eran parte de este instituto antes de que se fueran a otros lados, Enrique se había ido a USA a la empresa de papa, Alejandro se había mudado aquí mismo en México pero a otra ciudad, el que le sigue Carlos se había mudado al viejo continente y Miguel se había ido a USA por un beca escolar en la universidad. Y bueno solían ser los chicos populares del instituto uno después del otro por esa razon yo aún era un intento de ser una chica popular aunque era lo que a mi menos me importaba.

Cuando estuve de pie me quedé viendo a la nada ¿qué rayos hacia aquí Miguel? Es más ni siquiera sabía que tenía pensado venir.

—Por cierto ¿que haces aquí? —pregunte viéndolo.

El soltó una carcajada.

—Si hermanita a mí también me da gusto verte...

—No me mal interpretes Miguel, te quiero y estoy feliz de que estés acá en Cancún porque bueno tengo meses sin ver alguno de ustedes tarados pero deberías estar en la universidad.

𝐏𝐑𝐎𝐇𝐈𝐁𝐈𝐃𝐎 𝐀𝐌𝐀𝐑𝐓𝐄  || 𝐂𝐚𝐫𝐥𝐨𝐬 𝐕𝐞𝐥𝐚 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora