Capitulo Nueve

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Habían pasado ya tres días y cada día había tratado de hablar con mi padre sobre lo de Stanford, pero aun así seguía diciendo "No, Brianda", no sé qué era lo que pasaba por la mente de mi padre, la universidad era lo más importante para mí y el me lo había dejado muy claro desde que era un niña y ahora me obligaba a quedarme aquí.

Había ido al insntituto ese día y como mi permiso de ir a Stanford aún estaba vigente, me devolví tal vez me tomaría los días, digo ellos creen que me fui. Me senté en el balcón de mi habitación y me coloque los audífonos del iPod, puse play a la lista de reproducción, "All This Time" de One Republic comenzó a escucharse. Estaba sola en la casa. Miguel se había ido a su viaje de tres días a playa del Carmen antes de que se regresará a USA. Enrique y Alejandro ya se habían ido. Enrique por la empresa y Alejandro tenía que comenzar a entrenar con su equipo y Carlos tenía vacaciones así que iba a pasar el mayor tiempo en Cancún antes de volver a Londres, además según había dicho estaban haciendo negocios sobre con qué equipo iba a estar. Y mamá y papá estaban muy ocupados con m lo de su viaje.

Mamá había viajado a Tabasco ya que había recibido llamadas de la abuela. Me hubiera ido con ella pero como para ellos estaba castigada prefirieron dejarme aquí encerrada. Todos salían fuera y se divertían menos yo y todo por haberme ido de copas con El Niño bonito de la selección, por una parte lamentaba haberlo hecho pero por otra no me arrepentía. Carlos podria ser egocéntrico, idiota y se siente superior a los demás pero era mi hermano y tal vez no era de mi misma sangre, tal vez no nos soportamos juntos, tal vez peleamos la mayor parte de tiempo, pero eso no significara que lo odiara, aunque quisiera odiarlo no podía algo en mi me decía que no podria odiarlo, cada vez que lo veía era como si un montón de emociones apareciera en mí.

Pero que mierda estoy diciendo.

Su personalidad era algo que odiaba de el pero que a la vez me hacía querer ser como él. De hecho todos me conocían antes como reina del instituto una de las chicas más populares gracias a ellos, pero todo se vino abajo cuando Sebastian apareció en nuestro mundo. Holland y yo éramos las amigas inseparables antes de que el viniera a estudiar aquí. Las dos nos enamoramos de él y ninguna quiso sacrificarse por conservar la amistad que teníamos. Naturalmente lo hubiera hecho yo, pero jamás había querido tanto algo en mi vida como a Sebastian, lo sé no era un objeto pero, el me intereso desde el momento en que lo vimos llegar al aula. Recuerdo que Holland y yo nos miramos y entonces supimos que habría problemas. Y desde ese momento dejamos de hablarnos y por ende todas incluyendo a Vicky una de mis otras amigas se alejaron de mí y me excluyeron.

Un mensaje entro a mi teléfono celular, era Sebastian que me invitaba a cenar con su familia. Quería ir no había duda, pero el problema es que mi padre no era muy accesible con él, digamos que Sebastian no es de sus personas favoritas después de lo que sucedió en una fiesta de cumpleaños de Miguel, obviamente la familia Millar estaba invitada, por ser accionistas de la empresa. Sebastian llego como siempre acompañado de su madre Daniela, cuando terminamos de cenar él y yo comenzamos hablar y mientras estábamos en la sala algo hubo en nosotros que de un momento a otro ya nos estábamos besando y bueno mis padres desafortunadamente nos vieron cosa que hizo que tanto mi padre cómo todos los hombres de mi familia le sintieran algo de rencor. Y desde ese momento no fue un gran partido para mi, no lo odian pero no es santo de su devoción. Si por mi familia fuera yo me quedaba sola de por vida, aunque es algo normal en los padres y hermanos mayores tener celos o dejar a sus hijas/hermanas en manos de algún tipo que apenas y conocen, porque saben que no las van a cuidar como ellos lo hacen, mi padre y mis hermanos no entienden aun, que ya crecí, porque me siguen tratando como una niña.

𝐏𝐑𝐎𝐇𝐈𝐁𝐈𝐃𝐎 𝐀𝐌𝐀𝐑𝐓𝐄  || 𝐂𝐚𝐫𝐥𝐨𝐬 𝐕𝐞𝐥𝐚 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora