Capitulo Veinticinco

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Agosto 2015

Habían pasado ya más de nueve meses ya tenía en mis brazos al pequeño bebé. Me mudé a Alemania sin decirle a nadie fue como si hubiera desaparecido de la fas de la tierra, hablaba con mis familia pero mi línea era privada así que no sabían dónde estaba solo les llamaba para decirles que estaba bien. No les había dicho que estaba embarazada porque si no comenzarán con sus preguntas y no sabría cómo mentir siempre había sido mala mintiendo así que ya diría yo cuando estuviera lista.

Estaba en la habitación con Vicky que me había recibido en su pequeño departamento, mientras ella cargaba al pequeño, un niño. Vicky estaba encantada con el bebe.

—¿Como piensas llamarlo? —me pregunto Irene que había llegado el fin de semana. Después del torneo de la CONCACAF donde los chicos habían sido campeones, ambos habían viajado para estar con Vicky antes de volver a su rutina.

—Aún no lo sé... —dije mirando a Irene quien estaba mirando al pequeño.

—Yo sugiero que le pongas Enrique como tú papá —me dijo ella sonriéndole al bebe y haciéndole caras.

—No ponle Héctor o Alfredo —dijo Héctor riéndose.

—Si a eso vamos pues ponle Miguel, Alejandro o como debería llamarse Carlos —dijo Vicky.

Todos nos reímos ante los comentarios de los tres.

—Aun no se como se llamara... —dije seria— no se, me gustaría ponerle Alberto o Carlos, pero no se aun...

—Oye Brianda ¿Carlos ya sabe que ya lo tuviste? —pregunto Irene viéndome.

—No lo se ustedes díganme, tú trabajas con el.—me refería a Héctor.

—Ya sabe... —dijo Héctor respondiendo a la pregunta de su novia. Lo mire y el continuo hablando—Vicky me envió una foto del bebé el día del parto y se la envié, el me lo pidió.

—Entonces ya sabe Irene... —nos quedamos en silencio hasta que Vicky miro el reloj.

—Cielos perderemos tu avión a México si no nos apuramos Brianda.

El avión despegó hacia la Ciudad de Cancún y haría escala en la ciudad d electivo para después tomar otro a Cancún. Después de unas cuantas horas llegamos a Cancún, extrañaba tanto todo. El avión aterrizo y mientras yo cargaba al pequeño en mis brazos un joven amable que viajaba solo me ayudó con mi maleta, yo traía la pañalera cruzada. Le agradecí y después tome un taxi y este me dejo en el hotel donde me hospedaría, ya que eran las Díez de la noche como para llegar con mis padres primero llamaría y ya veremos después.

Extrañaba tanto estar aquí, era simplemente uno de los lugares mas acogedores que tenia. Deje al pequeño acostado en la cama para que siguiera durmiendo, el pobre se había quedado dormido durante todo el viaje solo despertó cuando tenía hambre y en lo que se dormía. Para ser un Vela era muy tranquilo. Tome el teléfono para marcar a mi madre y decirle que estaba de vuelta.

—Hija querida —mi madre emocionada del otro lado de la línea.

—Hola mamá ¿como estas?

—Bien cariño tu padre y yo tenemos muchas ganas de verte pero dime ¿tú como estás?

—Bien mamá, solamente te hablaba para saber si me recibirías en la casa, es que estoy en un hotel y como es muy tarde creí que estarían dormidos y... pero me siento muy sola y me gustaría quedarme con ustedes.

𝐏𝐑𝐎𝐇𝐈𝐁𝐈𝐃𝐎 𝐀𝐌𝐀𝐑𝐓𝐄  || 𝐂𝐚𝐫𝐥𝐨𝐬 𝐕𝐞𝐥𝐚 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora