Capitulo Catorce

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Al día siguiente comenzó a evadirme e ignorarme y aunque estaba confundida, quería verlo y hablar con él sobre el tema, pero el simplemente me ignoraba, tenía que pensar que estaba pasando conmigo ¿Qué era lo que sentía por Carlos? ¿Sentía algo por él? Lo que senti fue diferente a lo que senti cuando Sebastian me beso.

Cuando Sebastian me beso fue como si tuviera que hacerlo por corresponderle, pero cuando Carlos me beso fue como si necesitara besarlo, como si necesitara saborear sus labios. ¿Que mierda me estaba pasando? Es mi hermano, como puedo siquiera pensar en algo así con él.

El lunes por la tarde estaba demasiado perdida en mis pensamientos, así que me salí al balcón y me senté ahí a ver el atardecer muy cliché en las novelas de amor, quería comprobar que era lindo.

— ¡Hey! —dijo Miguel viéndome por su balcón. Me estremecí al momento y él se carcajeó. — ¿Que tanto piensas?

—Nada.

— ¿Nada? Si claro ¿Qué paso?

Miguel me conocía perfectamente, sabía que algo andaba rondando por mi mente y no me dejaría de insistir hasta contárselo. Se brincó del balcón al techo donde estaba.

—Cuéntame —dijo sentándose a mi lado.

— ¿Qué sientes cuando besas a Mery? —quise saber.

—Valla que pregunta... ¿A qué se debe?

—Solo contéstame.

—Siento como si una corriente eléctrica pasara por mi cuerpo, es curioso pero eso siento. —dijo viendo a la puesta de sol.

— ¿Solo eso?

—Básicamente son muchas emociones y más cuando estás enamorado pero esa es la que definiría el beso exactamente. ¿Por qué?

Me encogí. Y el me miro como diciendo "en serio"

—Bese a alguien el fin de semana.

El me miro elevando sus cejas con asombro, después me sonrió.

— ¿Quien fue? Y no me digas por favor que Sebastian porque entonces me tiro de aquí. —dijo riendo.

Bien ahora que le decía "fue nuestro hermano" entonces me daría una bofetada, me miraría con asco y después se tiraría de aquí.

—Si fue el —mentí encogiéndome de hombros.

—Argh... que asco... y ¿besa bien al menos? —dijo viéndome— digo ¿no fue tan malo besarlo?

—En realidad me tomo por sorpresa —dije sobre el beso.

—No te lo esperabas. Sabes esos son los mejores. —elevó las cejas.

— ¿Eso crees?

—Si pueden ser salvajes y bruscos pero son tiernos y suaves a la vez, lleno de emociones encontradas.

Mientras él hablaba yo estaba haciendo un breve recorrido de ese momento, imágenes de Carlos y yo besándonos en mi habitación empezaron a pasarse por mi mente y sonreí.

𝐏𝐑𝐎𝐇𝐈𝐁𝐈𝐃𝐎 𝐀𝐌𝐀𝐑𝐓𝐄  || 𝐂𝐚𝐫𝐥𝐨𝐬 𝐕𝐞𝐥𝐚 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora