Capitulo Seis

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Me quede parada afuera del salón furiosa y a punto de llorar al mismo tiempo.

— ¿B?

— ¿Qué quieres Miguel?

— ¿Que paso adentro? —dijo con su novia al lado.

— ¡Papa arruino mi vida! Eso es lo que paso... —se quedó sin entender así que me vi obligada a explicar— ya se enteró de que voy a Stanford —dije seria.

— ¿El programa de Becas? ¿Vas a ir Bri? —dijo Mery sorprendida y con una tierna sonrisa.

—No, al parecer mi padre tiene mejores planes.

—Pero ¿cómo decirle no a Stanford? Es una de las mejores universidades de USA —dijo totalmente emocionada— yo he enviado cartas desde hace años y nunca me respondieron. Es un privilegio que te aceptaran en el programa felicidades Brianda.

En este momento que Mery me felicitara no hacia bien en mí, tome aire y después me solté llorando. Miguel me abrazo, después de eso vi como Mery caminaba detrás de él entrando al salón.

— ¿Que te dijo papa exactamente? —quiso saber.

—Lo usual que se iba a ir con mamá y que nosotros nos quedábamos a cargo de la empresa.

—Tranquila yo tratare de hablar con mi papa de eso... —dijo calmándome.

Nos quedamos así por un minuto cuando llego él.

—Bri...

— ¿QUE? déjame sola si —dije soltándome de Miguel y caminando en el jardín.

—Papá déjala ir ¿Porque no la dejas ir?

—Miguel. Ella tiene que entender que no siempre se hace lo que ella quiere —dijo viéndome.

—No te has dado cuenta de ¿qué es el sueño de ella ir a Stanford? —dijo mi hermano tratando de convencer a mi padre.

—Ahora no Miguel...

—Ahora es el momento perfecto Papa, el único apoyo que tiene es el de nosotros, su familia... y tú ¿qué haces? Le quitas esta oportunidad

—Miguel...

—Papa, es un honor para nosotros que Stanford le haya contestado la carta, no todos tienen la oportunidad de ir... mira yo fui solo por dinero ella entró por sus propias calificaciones y... solo te pido que lo pienses... —dijo y se retiró dejándome con el.

—Lo siento Bri...

—Déjalo así...

—Bri entiende... no es que no quiera que vallas...

—Déjalo... siempre es más importante la empresa... ¿te importa si me voy? —Me reí irónica— Que tonta... no deberia de importarte... —dije y camine adentro del salón. Me acerque a la mesa y ahí estaba Carlos con Nella y Alejandro.

— ¿Me das las llaves de mi auto Carlos?

— ¿Para qué?

𝐏𝐑𝐎𝐇𝐈𝐁𝐈𝐃𝐎 𝐀𝐌𝐀𝐑𝐓𝐄  || 𝐂𝐚𝐫𝐥𝐨𝐬 𝐕𝐞𝐥𝐚 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora