Capitulo Cuatro

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El viernes por la mañana desperté, me di una ducha y me puse un vestido de verano floreado corto, me coloque una chaqueta que hacia juego con el vestido junto con mis botines de tacón y me deje el cabello suelto con las ondas que se me hacen por si solas. Tome mi bolsa y baje a la cocina.

—Buenos días Linda —dijo Carmen sonriéndome.

—Hola buenos días nana—me acerqué y le bese la mejilla.

— ¿A dónde vas tan temprano?

—Tengo que ir a recoger mis calificaciones de los exámenes y después tengo que ir al salón a que me maquillen para el evento.

— ¿Porque no te maquillas tú? —pregunto curiosa. La misma pregunta me hacía yo.

—Mamá prefirió que me maquillara alguna persona que supiera maquillar mejor que yo... Osea un profesional.

—Bien si ella lo decidió debe ser porque conoce a la persona.

—Sí. Te veo más tarde nana.

—Espera... no conducirás sin tu licencia de conducir.

—Tranquila la tengo aquí... —dije mostrándosela.

— ¿Tu padre te levanto el castigo? —me miró alzando ambas cejas.

—Algo así... podria decirse —mire a otro lado.

—La sacaste del despacho —dijo mirándome como acusatoriamente y moviendo la cabeza de izquierda a derecha.

—Nana... tengo que ir en auto y solo voy a eso y regreso

—Bien, pero yo no sé nada

—Si no te preocupes.

Me despedí con un beso en la mejilla y Salí de la cocina. Cuando llegue a la puerta tome las llaves de mi auto.

— ¿A dónde vas tan temprano? —pregunto Carlos mirándome de arriba abajo.

—Tengo cosas que no te incumbe saber Vela.

—Vela, ¿se te olvida que también te apellidas Vela? y ¿qué clase de cosas?

—Ya te lo dije No te incumben, y si me apellido Vela pero mi primer apellido es Stevenson como mi madre ¿Se te olvida tarado?

—También que nos estábamos llevando ¿porque me odias Brianda?

—Mira Carlitos no te odio porque odiar es un sentimiento y yo por ti es obvio que no siento nada, ahora si me disculpas tengo que irme de me hace tarde.

— ¿Estas segura que no sientes nada? —dijo tomándome del mentón y su rostro quedo tan cerca que casi podía oler su aliento.

—Se... Vela tengo que irme...—le di un manotazo a su mano para que dejara d entonarme del mentón.

— ¿Porque te sonrojas? —dijo con una sonrisa en su rostro yo me solté de su agarre y camine a la puerta a paso rápido.

—Pero que mierda te pasa... —gruñí molesta, abrí la puerta y me salí dándole un portazo a la puerta.

Por dios ¿me había sonrojado? Pero que rayos me paso y ¿Que rayos le pasa a él? Me subí a mi auto y conduje hasta llegar a la preparatoria.

𝐏𝐑𝐎𝐇𝐈𝐁𝐈𝐃𝐎 𝐀𝐌𝐀𝐑𝐓𝐄  || 𝐂𝐚𝐫𝐥𝐨𝐬 𝐕𝐞𝐥𝐚 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora