Capitulo Dieciseis

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Tome mi bolsa, mi teléfono y me salí de la habitación con Carlos ignorándome completamente, tenía el ceño fruncido cuando lo mire por ultima vez. Iba bajando las escaleras cuando recordé que Carlos siempre se lleva las llaves del auto con el así que no me quedaba más remedio que ir por ellas. Subí las escaleras nuevamente y camine hasta la habitación de él.

— ¡Bri! —Dijo Miguel que al parecer se había metido a la habitación cuando yo había salido— Yo me voy para que platiquen. —Mi hermano mayor se levantó de donde estaba.

—Tranquilo yo no tengo nada de qué hablar con él solo vine por las llaves de mi auto... ¿Dónde están?

Lo mire segura de mí.

— ¿A dónde vas a ir? —pregunto mi hermano preocupado.

—Voy a salir con mis viejas amigas...  ¿Por qué Mierda te estoy dando explicaciones?

—Somos tus hermanos... —replicó Vela jugando con él play.

Bufé. Me iba acercar a su cómoda para verificar si ahí las tenía y el solo me siguió con la vista.

— ¿Dame las malditas llaves Vela? —bufé cuando lo vi mirándome.

—No me hables así Brianda... no me conoces enojado.

—Y tú a mi si así que no te metas conmigo, ¿Las llaves?

—Se te olvida que yo no las tengo

—Carlos...

—Yo no maneje de regreso del hospital, fuiste tú...

—Cierto. Gracias, adiós...

Me di media vuelta para salir de ahí. Busque las llaves de mi auto y no las encontré. Fui a la cocina, la sala, la estancia y de nuevo a la entrada donde poníamos las llaves y entonces.

—Buscas esto... —dijo Miguel en las escaleras. Lo mire y sonreí.

—Gracias... —camine en su dirección para tomarlas entonces el las levanto donde no las alcanzaba. —Que mierda te pasa

— ¿Que vas hacer?

—Voy a ir a casa de Vicky.

— ¿Vicky? creí que tú y ella ya no eran amigas.

—¿Quieres darme las llaves?

—No...

— ¿Porque no? Son mis llaves Miguel, te recuerdo la letra "B" en la llave.

—Te recuerdo que suenas como una perra superficial nuevamente.

—Si tal vez esta soy yo.

— ¿Te estas escuchando?

—Perfectamente y no sabes lo bien que se siente ser de nuevo así.

—Sabes que es lo más estúpido—lo mire esperando respuesta y levantando mis cejas. —Que pensé que no eras así... Eres una perra egoísta y manipuladora, igual que todas las malditas de instituto... jamás van a cambiar, ni aunque volvieran a nacer.

𝐏𝐑𝐎𝐇𝐈𝐁𝐈𝐃𝐎 𝐀𝐌𝐀𝐑𝐓𝐄  || 𝐂𝐚𝐫𝐥𝐨𝐬 𝐕𝐞𝐥𝐚 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora