Los siguientes días transcurrieron a través de una niebla, no porque Nadine estuviese en shock, sino porque al intentar escapar cuando llegaron al centro local de NOVA un hombre de bata blanca le había inyectado con algo. Casi lo había logrado, Nadine era esbelta pero fuerte por su intensivo entrenamiento y necesitaron cuatro oficiales para lograr alcanzarla y abatirla contra el piso.
El inyectable le había hecho perder el habla y el control sobre su cuerpo, pero cada tanto notaba lo que estaba pasando a su alrededor de la misma forma que lo hacía cuando había bebido demasiado con sus amigos.
Recordaba, por ejemplo, como la habían acostado en una camilla fría dentro de una habitación blanca con luces brillantes. Cómo le habían removido sus pendientes, sus anillos y cualquier cosa personal que tuviese en los bolsillos. La examinaron con un estetoscopio, con scanners y le colgaron una vía en la muñeca, conectada a una bolsa con un líquido transparente sostenida por algo que parecía un perchero de pie.
Y en todo este tiempo, Nadine no pudo imponerse ni defenderse más que lanzando un par de gemidos y palabras incoherentes.
Recordaba también que la habían transportado en una camilla a un nuevo camión o ambulancia y que la habían subido a un avión. Sintió como cambiaba de medio de transporte varias veces, pero no recordaba en qué orden.
Nadie sabía exactamente dónde estaba localizada la base central del proyecto NOVA, a dónde supuestamente todos los seleccionados por El Loto eran llevados. Existían rumores de que se encontraba en la antigua prisión de Guantánamo, en los áridos desiertos del medio oriente o en el Área 51. Aficionados intentaban usar imágenes satelitales para localizar el lugar, reportando varios puntos alrededor del mundo dónde aparecían huecos negros o actividades sospechosas. Grupos de hackers incluso habían intentado buscar alguna puerta trasera en las distintas instituciones del gobierno o encontrar a alguien dispuesto a filtrar información. Pero todo parecía estar escrito con humo, puesto que nunca se había podido confirmar nada.
Nadine supo que había llegado a la base central del proyecto cuando tuvo la lucidez para distinguir que se encontraba en un enorme ascensor con varias personas alrededor bajando en lugar de subiendo pisos. La base estaba enterrada, pero no había logrado ver qué era lo que escondía la entrada en la superficie.
La condujeron por varios pasillos que olían a lejía y desinfectantes hasta llegar a una habitación con un montón de instrumentos que salían de sus peores pesadillas. Por suerte, no recordaba que los hubieran usado, y cuando despertó notó que el control sobre sus músculos volvía.
—Buen día, Nadine Ruetter, y bienvenida al proyecto NOVA –dijo una mujer de bata blanca con el pelo recogido en un moño y lentes de armazón ancha.
Nadine no se dignó a responder. A la mierda con su bienvenida, pensó. Se incorporó en la camilla y comenzó a mirar alrededor, la niebla de su mente levantándose de a poco, hasta que notó que vestía una bata de hospital y se encontraba desnuda debajo. Sintió que se ruborizaba de humillación y miró a la mujer como si pudiese incinerarla con su mente en el lugar.
—A los pies de la camilla tienes ropa para cambiarte. En cinco minutos el efecto de los sedantes se terminará por completo y te explicaré un par de cosas —continuó la mujer ignorándola y escribiendo en una gran Tablet con un lápiz.
Ni disculpas, ni explicaciones sobre cómo la habían examinado. Nadine pensó en usar el nombre de su padre para exigir explicaciones y amenazar con represalias, pero aunque había sido mimada toda su vida no era tonta. Es verdad que estaba acostumbrada a los caprichos, pero también había sido educada por los mejores y tutorada en el arte de la política y manejo de las personas por sus padres.
Este era el momento para callar y aprender.
En silencio cogió los pantalones y camiseta de algodón de un lúgubre gris y miró a la mujer expectante.
—¿Me darías unos segundos de privacidad o incluso eso me han arrebatado? —espetó.
—Querida, he visto cada rincón de tu cuerpo y lo continuaré haciendo hasta que sea tu momento de partir —dijo la mujer aun escribiendo en su Tablet con un suspiro de fastidio.
Nadine se cambió lo más rápido que pudo intentando mostrar la menor cantidad de piel posible. Cuando hubo terminado la mujer guardó por fin su Tablet y la encaminó hacia la puerta.
—Mi nombre es Dra. Loven, no es necesario que sepas mi nombre de pila, y soy la encargada de tu evaluación física y psicológica. Te verás conmigo una vez al día durante dos horas para ser examinada en profundidad —dijo caminando con sus zapatos de punta y taco alto como si estuviese en una pasarela.
—Tendrás clases durante seis horas, entrenamiento físico durante otras tres. Una hora para almorzar y dos recreos, uno en la mañana y otro en la tarde, de media hora para descansar. Las jornadas comienzan a las 7:30am, tienes media hora para desayunar y luego ir a tu primer estudio. Toda la información la podrás encontrar en la Tablet que se encuentra en tu cama. —continuó sin dirigirle una mirada hablando rápido, claramente fastidiada con la tarea.
Luego de un montón de vueltas por pasillos semejantes a un hospital, pasaron a través de un par de puertas grandes hacia una cafetería. Lo primero que llamó su atención fueron las enorme pantallas que rodeaban el gran ambiente donde lo que parecía ser un documental sobre el famoso planeta NOVA se estaba transmitiendo. Varias personas con rostros resplandecientes estaban siendo entrevistadas sobre las posibilidades de un viaje espacial hacia la conquista del nuevo mundo.
Colgando sobre las mesas, un gran letrero leía: ¡Bienvenidos ganadores de El Loto! ¡NOVA los espera!
Asco le daba ver tanta falsedad. Lo que no entendía era por qué no la habían despachado ya, por qué la mantenían aún con vida. Nadine se estremeció al pensar en los experimentos que tendrían pensado hacerle.
En las mesas, varias personas de diferentes edades y nacionalidades se encontraban comiendo de unas bandejas de plástico algo que parecía puré de diferentes colores y olía a podrido.
—Los cuarteles se encuentran por aquella puerta —dijo la Dra. Loven señalando hacia la pared opuesta de la cafetería. —Por allí te sirven la comida —continuó, señalando lo que parecía una máquina expendedora. —Todo aquí funciona con controles de acceso biométricos, solo posa tu mano sobre el panel y listo. Almuerza algo, luego vete a los cuarteles e investiga un poco tu Tablet. Tienes el día libre, aprovéchalo porque no tendrás otro. Tu cuartel es el número 4 y tu litera la número 49. Mañana continuaremos.
Sin más, la doctora la dejó enfrentada a una cafetería repleta de personas para que se manejase como pudiese en un mundo que no conocía.
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NOVA
Science FictionEn un futuro cercano, la superpoblación amenaza con arruinar la economía mundial. En respuesta, los gobiernos mundiales crean El Loto, una lotería a escala global que pretende reclutar conejillos de indias para un experimento radical, suicida y obli...