Capítulo 15

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Los planes avanzaron a un ritmo muy lento y Nadine tuvo que hacer un esfuerzo sobre humano para no comerse las uñas hasta las cutículas. Había vuelto a su mala costumbre de antaño, por lo que ahora no solo tenía su rostro lavado y su cabello sin brillo o suavidad, sino que también tenía sus manos destrozadas al punto que ninguna manicura podría recuperarla. Cuanto más pensaba en su aspecto físico, más ansiedad por salir de las instalaciones del proyecto NOVA le generaba.

El disfraz había tenido éxito y casi todos asumían la nueva, pero ficticia, relación ente Nadine y Brian con una mezcla de incredulidad y asombro. El chico simplemente seguía la corriente sin entender mucho lo que estaba ocurriendo pero prefiriendo no preguntar. Kaoru se burlaba de ellos todas las tardes luego de los entrenamientos cuando se separaban del grupo para tener un poco de intimidad, mientras que Signe la miraba de forma reprobadora.

—Nadine, ¿estás segura de lo que estás haciendo? Una relación amorosa con Brian no será cosa sencilla para pasar el rato. Brian necesita... —le había repetido hasta el cansancio durante días en una catarata de consejos.

—¡Brian es especial pero no discapacitado, Signe! ¡Deja de tratarlo como tal! —finalmente respondió Nadine de forma brusca cuando llegó a su límite.

La mujer no había vuelto a mencionar el tema, pero cada vez que se iban juntos fruncía los labios y alejaba la mirada tragándose las palabras y advertencias. Solo una persona desconfiaba de las intenciones de Nadine, mirando con los ojos entrecerrados cada intercambio de palabras o actitud entre ellos: Cécile.

La chica había retornado luego de un par de semanas de recuperación acelerada gracias al nuevo tratamiento que había recibido de forma exitosa. Cada tanto se quejaba de una molestia en el abdomen, pero esa era la única señal de su problema médico junto a una pequeña cicatriz.

—¡Casi muero del aburrimiento! No me daban nada para hacer excepto tareas y estudios sobre NOVA —anunció Cécile luego de varios abrazos de bienvenida.

—¡No importa! ¡No importa! Hay noticias —interrumpió Kaoru con entusiasmo pícaro llevando la mirada a Nadine de forma sugestiva—. ¡Brian y Nadine son un ítem!

—¿Qué quieres decir con "ítem"? Kaoru, no te entiendo. ¡Para ya! —exclamó Cécile ahuyentando la mano del chico de su hombro que había empezado a sacudirla presa del entusiasmo.

—No sé por qué todo el mundo hace un escándalo al respecto, está dejando de ser gracioso. Lo que Kaoru quiere decir es que Brian y yo somos pareja —explicó Nadíne restándole importancia y sintiendo que la penetradora mirada de Cécile atravesaba su alma.

—¿Tú y Brian? —preguntó Cécile frunciendo su ceño.

—Sí, Brian y yo. ¿Cuál es el gran problema? Él es dulce —se defendió Nadine y Cécile entrecerró sus ojos inquisitivamente.

A partir de entonces, Cécile la sometió a diario a preguntas aleatorias respecto a su supuesta atracción a Brian con el evidente propósito de atraparla desprevenida. La chica simplemente olía el engaño por instinto.

—¿Qué estás tramando, Nadine? —preguntaba frustrada al no poder sonsacarle información.

Ante la total falta de sinceridad por parte de Nadine, Cécile hervía en su enojo tomándose como una ofensa personal que su amiga le guardara secretos. Con cada discusión que tenían, Nadine sentía una punzada de arrepentimiento en la boca del estómago, pero no cambiaba de opinión.

No era por egoísmo que no les contaba a sus amigos el plan de escapar, sino por cobardía. Durante la operación de Cécile había descubierto su fuerte vínculo con las personas a las que ahora llamaba amigos, especialmente con Cécile, algo que nunca había sentido antes fuera del círculo familiar más cercano. El solo hecho de pensar en que algo les pasara llevando a cabo su loco plan le sacaba el aire de sus pulmones y la sofocaba.

Prefería perder su amistad a tener que afrontar toda una vida con las consecuencias atormentándola de forma permanente. Quizás este vínculo que sentía era solo una ilusión fomentada por las circunstancias límite que estaban viviendo juntos, y en unos meses todos tomarían caminos diferentes. No lo sabía y por lo tanto, mantuvo sus maquinaciones en silencio.

Por más que eran extremadamente cautelosos en sus investigaciones, una persona logró descifrar lo que tramaban. Ariel había vuelto y no estaba contento con lo que había descubierto.

Princesa,

Con cada mensaje que te mando paso horas borrando cada una de las huellas que deja en el sistema. ¡No puedes mandarme mensajes! Se enterarán tarde o temprano y te eliminarán del proyecto NOVA. ¡Intenta pasar desapercibida y estarás a salvo! Incluso tu amigo no tiene el tiempo necesario para evitar que alguien note que tu usuario tiene permisos privilegiados...

Sé lo que están tramando ustedes dos. ¡DEJEN DE HACERLO! Ponen en riesgo a mucha gente; no tienen idea de las consecuencias. No puedo siquiera cambiar las credenciales del usuario que robaron sin levantar sospechas.

Ten paciencia y confía en mí, lograré que hables con tus padres.

Tu amigo virtual.

Nadine no respondió. Estaba cansada de jugar a los secretos con este hombre que no conocía y que no había hecho nada para ayudarle más que mandarle mensajes con falsas esperanzas. Ariel, al notar que las infiltraciones al sistema continuaban, repitió sus advertencias subiendo de tono con cada uno de los mensajes.

Princesa,

¡No seas inmadura! ¡Terminarás en alguno de los horribles experimentos! ¡Déjense de meterse en la boca del lobo! Tus padres no querrían que te pusieras en peligro.

Tu amigo virtual

Nadine,

¡Ya no te encuentras bajo la sombra del ala de tus padres! Nadie podrá ayudarte si todo esto estalla. ¡Baja ya de tu nube de pedos!

Cuanto mayor era el tono del mensaje, más le pegaba en el orgullo a Nadine y más determinada se volvía. Trabajaron durante más de un mes en obtener la mayor cantidad de información de las áreas y pisos que conformaban las instalaciones, los empleados, los visitantes y la arquitectura del sistema. Como las advertencias hacia Nadine no estaban logrando su cometido, Ariel enfocó toda su energía en asustar a Brian.

Si Nadine resulta herida por tu culpa iré tras de ti. Deja de influenciarla a que cometa el mayor error de su vida.

Poco sabía Ariel que Brian no le daba importancia a nada que viniera de alguien a quién no conocía. Prácticamente todo mensaje que no era de su interés era movido a un cajón dentro de su cerebro que catalogaba todo el contenido como "SPAM" y no volvía a pensar en ello. La única razón por la cual Nadine sabía de las amenazas de Ariel era porque había pedido prestada su Tablet para estudiar unos documentos que el chico había conseguido y había recibido uno justo entonces de casualidad.

Cuando al fin llegó el día en el que todo se pondría en marcha, Nadine sintió que su corazón iba a estallar dentro de su pecho. Tanto su mañana como su tarde transcurrieron dentro de una niebla, realizando las actividades por inercia e intentando no cuestionarse si lo que harían terminaría con ella cortada por bisturís quirúrgicos. Evitó a sus amigos para que no notaran el temblor de sus manos o de su voz al hablar, y cuando faltaban minutos para la hora pactada tuvo que hacer fuerzas para no orinarse.

Durante la cena, Nadine no comió. Se mantuvo inmóvil observando un punto fijo en la inmensidad de la cafetería esperando que pasaran los minutos. Solo una vez se atrevió a llevar la mirada hacia Brian, quien tampoco había probado bocado y tecleaba apurado en su Tablet. La fina capa brillosa en su frente era el único indicio de sus nervios. Nadine respiró agitadamente y comió lo poco que quedaba de sus uñas para luego formar firmes puños con sus manos.

Durante la hora más agitada de la cena, entre ruidos de risas, conversaciones, cubiertos y pasos; las luces se apagaron dejando la cafetería en total oscuridad. Las puertas automáticas se abrieron en silencio y los reclutas enmudecieron.

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