Empresas Wayne

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Lucius Fox condujo un largo trecho, hacía unos minutos que no decía ni una sola palabra. Su penetrante mirada se concentraba absolutamente en la ruta que debía seguir. Por su parte, Batman no desconfiaba, con haber escuchado el nombre de Alfred Pennyworth se sentía conforme; no llegaba a contar con sus dedos a la gente que conocía al viejo mayordomo de su familia.

El murciélago se acomodó en su asiento y observó fuera de la ventanilla. Reconocía todas las calles, todos los lugares, conocía cada rincón y cada oscuridad de aquella ciudad, su ciudad, la cual había decidido proteger a costa de lo que fuese necesario. Pero aún así no comprendía hacia a donde se dirigían. Se habían alejado lo suficiente de la jefatura y ya estaban fuera de peligro; el humo y el terror habían quedado atrás, sólo esperaba que Gordon, Bárbara y Vicky hayan podido salir de allí a salvo.

El tiempo corría, y la frase estimaba que el tiempo era oro, y Batman lo sabía muy bien. Los planes de Maroni habían funcionado a la perfección, y no los había podido detener. La situación se le escapaba de las manos. Debía regresar cuánto antes, no había tiempo que perder, ya no más. Miró fijamente a la figura del señor Fox a través del espejo retrovisor, él no pareció notarlo puesto que no levantó la vista. Pero, sin embargo, el caballero oscuro decidió romper el silencio. Entonces, en el momento en que las palabras abandonaban su boca, todo enmudeció. Allí, en lo más alto del cielo, con sus perfectos e iluminados ventanales azules, y la "W" en medio, se hallaba la torre mas importante de Gótica. Su herencia, su vida, una de las pocas cosas que aún continuaban teniendo la esencia de su padre, se encontraba justo al final de la calle.

-No puede ser posible -alcanzó a esbozar Batman.

-Señor Wayne, ésta es su segunda casa, debería venir más seguido por aquí.

-Me trae recuerdos que me afectan.

-Pero recuerdos al fin, peor es olvidar sus raíces, quienes fueron sus antecesores, sus padres. -Detuvo el vehículo y volteó para verlo-. Bienvenido a casa, señor Wayne. Bienvenido a Empresas Wayne.

Puso primera nuevamente, y de forma muy despacio, permitiendo que el joven Bruce observase cada detalle, se internó en la torre.

Subieron por el elevador hasta el piso doce. Bruce, desde luego, no tenía idea de lo que se hallaba en cada piso, peor aún, no tenía idea de nada referido con la empresa que sus padres muy bien supieron manejar, no desde que dejó la ciudad, y eso había sido hace muchos años.

La puerta se abrió de derecha a izquierda, y ante ellos apareció un enorme galpón con una fuerte iluminación, la cual provocó una ceguera temporal en el señor Wayne. Luego de descubrirse los ojos, siguió a Fox fuera del elevador. Pero algo no andaba bien allí.

El galpón debía medir aproximadamente cincuenta metros de largo y cuarenta de ancho, y tenía una gran particularidad: estaba vacío, a excepción de columnas de color negro.

-¿Es el piso correcto? -preguntó irónicamente.

-Así es, señor Wayne. Sígame y verá.

Caminaron juntos a paso acelerado pasando entre las columnas que, ahora que se podían apreciar mejor, eran de forma circulares. Avanzaron hasta la mitad y se detuvieron junto a una de éstas. Lucius miró a Batman detenidamente y comenzó a hablar, aunque notaba la impaciencia en el rostro del murciélago.

-Su padre fue un gran hombre. Él fundó esta empresa con sus propias manos, lo sé, la plata no era su problema, sin embargo, no requirió de ayuda. Seguramente no sabía usted que la marca la heredó de varias generaciones Wayne, pero fue Thomas quién levantó esta enorme estructura en medio de Ciudad Gótica.

"Al principio, Empresas Wayne, bajo el nombre de "Envíos Wayne", se dedicaba a las importaciones y exportaciones. Luego, fue creciendo hasta terminar siendo lo que es hoy en día. Thomas Wayne, tuvo una gran idea, creyó que su empresa familiar podría hacer más por su ciudad, no solamente mercadería. Fue así que creo varias ramas."

-¿Y cuáles serían? -Bruce se notaba frío.

-WayneTech, Embarcaciones, Metal, Químicos, Medicina, Industrias, Electrónica, Entretenimiento y el Instituto Wayne.

-Fium... son varias ramas.

-Y lo mejor de todo es que es todo suyo -dijo sonriendo-. Y creo que varias le servirían demasiado -habló haciendo un escaneo al traje-. Adivine en qué área estamos.

-Mire, señor Fox, no quiero ofenderlo. Pero quisiera saber qué hacemos aquí. Afuera hay vidas en riesgo, y Maroni no les tendrá piedad alguna. Tengo que detenerlo antes de que se haga con el control absoluto de esta ciudad.

-En WayneTech, señor Wayne -se contestó haciendo caso omiso de las palabras de Bruce-. Y tengo una entrega especial para usted a pedido del señor Pennyworth.

-Aquí no hay nada más que pérdida de tiempo.

Fox suspiró fuertemente y volteó hacia la columna circular que tenía a su espalda. Rebuscó con su mano algo que Bruce no llegó a detectar. Pero de pronto y sin previo aviso, del suelo emergió una especie de caja metálica de un tamaño gigante, el ascenso se detuvo a la altura del ombligo del murciélago. Fox se acercó a ésta, y lo miró a los ojos.

-Señor Wayne, Alfred me llamó temiendo por su vida, me contó del enfrentamiento con los monstruos, y hoy fui testigo de a lo que se enfrenta, y dentro de esta caja está la solución.

Batman lo escuchó atentamente, quizás debía dejar de lado la impaciencia y ver qué era lo que realmente tenía para ofrecerle Fox, su empresa, su padre.

La caja fue abierta por las morenas manos de Lucius, y, finalmente, Bruce pudo ver lo que allí había.

-Éste es un traje de metal, pero ligero como una pluma, diseñado para soportar cualquier embestida mortal.

Lo sacó de la caja, y el caballero oscuro pudo ver un traje de color gris. Era una coraza impenetrable. Pero había más, Fox sacó una máscara muy similar a la de Batman, hecha del mismo material.

-¿Por qué tienen esto aquí? -preguntó un poco sorprendido, aunque una mueca de esperanza de asomaba en su rostro.

-El ejército nos pidió que construyéramos estos artefactos. Pero finalmente dieron marcha atrás, no lo creyeron necesario, y además, dijeron que era una pérdida de plata.

-¿Cuál es su puesto en esta empresa, señor Fox?

Aquella pregunta descolocó Lucius, tragó saliva y respondió.

-Ya no trabajó aquí. Cuando su padre fue asesinado, otros tomaron el control, y esta empresa dejó de funcionar para el bien de la ciudad, y sintieron que yo era una amenaza.

-¿Y cómo logró entrar aquí? --Bruce estaba desencajado.

-Eso no es de su incumbencia, a menos que decida volver y ocupar su lugar.

-Gracias por el traje. -Lo tomó y comenzó a alejarse hacia el ascensor.

-Salve a Ciudad Gótica, Batman. Demuestre quién realmente es. La gente lo necesita.

Batman: El Lado Oscuro De La JusticiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora