¿y esa cara?

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Llegué a la habitación,  cerré la puerta y me quede apoyada en ella unos segundos pensando. ¿Newt acababa de besarme? ¿y luego solo se fue?. No podia creerlo. Quedé atónita, mi mente producia una y otra vez la escena del beso, como un reproductor de DVD rebobinando y poniendo play. Debí estar mucho tiempo con el efecto de shock ya que Emma lo notó.
-qué ocurre, Juliet?- preguntó.
-tengo un problema.- dije saliendo del efecto shockeante.
-¿cual? ¿tu cara?- preguntó Scarlet bromista.
-no- respondí.
-ah! Tu cara-
-no-
-ah! Ya sé!  Tu cara- preguntó por ultima vez, yo solo reí y les conté lo que realmente pasaba.
-oh, linda, no estés triste, él va a estar bien y, en cuanto a Josh, ya me encargaré yo misma de él - dijo Emma luego de que terminara de contarle lo sucedido.
-no hace falta, Emma. No quiero que te haga lo mismo que a mi.- le respondió preocupada por si ese maldito le hiciera algo. "Juro que lo mataría con mis propias manos y ...uno que otro palo" me causó gracia lo que habia pensado y sonreí un poco.
Los días seguían pasando, pero a esta altura ya me parecían solo horas. Estaba volviendo a mi habitacion después de toda una mañana batallando para que un joven no se resistiera a realizar una prueba. Él no tenía idea de que lo único que debia hacer era correr en una maquina para medir el pulso, pobre, era nuevo en esto.
Al entrar en la habitación me acomode en mi camilla, intentando conciliar el sueño, pero un ruido me impidió concentrarme. Era Emma que entró casi azotando la puerta, parecía enojada por algo.
-oye, Emma, tranquila ¿qué ocurrió? -
-deberias saberlo, es lo mismo que te pasó a ti- dijo agachando la cabeza, evitando que una lagrima saliera.
-dime que el maldito de Josh no te golpeó! - le exijí, molesta con ese estupido hombre.
-no, no, tranquila, no me hizo nada, solo que...- se detuvo, tratando de aguantar sus ganas de llorar.- mandaron a Minho al laberinto.- cerró los ojos. Sabia lo duro que era encariñarte con una persona y que luego te la arrebaten. Fui corriendo a su camilla y de un salto me senté a su lado. La abrace fuerte y ella me devolvió el abrazo.
-es devastador, él era como mi mejor amigo aquí. Dije amigo, no amiga.- dijo defendiéndose,  sabia que la iba a recriminar por eso. Sí que me conoce esta chica.
-estas segura que era tu "mejor amigo"- le pregunté giñandole el ojo.
-ya calla!- me codeó. -es que, pues... no lo sé, era buen amigo y me entendía, tu sabes lo que me costó encontrar a alguien asi, Juliet, creo que me gustaba enserio- y tenia razón. Yo mas que nadie sabia lo mucho que ella sufrió por culpa de tantos idiotas. La abracé,  conteniendo sus pesares. No queria verla así,  la adoraba demaciado, era especial para mí, ella y Scarlet son mis mejores amigas, casi como hermanas y nunca dejaría que algo les pasara.
-ve a dormir, Emma, ya mañana estarás mejor, y no te preocupes que él va a estar bien.- dije levantandome de su cama y yendo hacia la mia. -gracias, bebé.- dijo despidiendose como siempre, llamandome "bebe", era un apodo cariñoso que teniamos entre nosotras.
Al día siguiente me levanté, fuí al baño y luego a buscar la lista para saber que próximo torpe tendría que someterse a estas estúpidas pruebas para luego verlos fallar una y otra vez con estas cosas del demonio que son mas sencillas que la tabla del 1. "3 años en este maldito lugar y ya estoy pensando como ellos, que imbécil " pensé mientras tomaba mi libreta.
Definitivamente mi humor ese día no era el mejor, pero cambió al notar dos cosas que me alegraron. Hoy era mi día libre, sin ratas de laboratorio que vigilar y, para mi suerte, Larry volvió a tomar su lugar, no volvería a ver la maldita cara de Josh nunca más.
-Juliet, estas bien. Me enteré de lo que pasó con Josh, lo siento, nunca debi haberme ido.- dijo Larry mientras me abrazaba. Me sorprendí por su gesto pero de todos modos le devolví el abrazo. Creo que estoy empezando a confiar en él.
-te prometo que las voy a cuidar, no las voy a dejar solas ni un minuto. Ya siento como que son mis hijas- "ay, Larry, que dulce" pensé.  Definitivamente ya no desconfiaba de él.

Una FallaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora