Louis es un alfa de una extraña especie, descendiente de los primeros alfas en poblar la tierra, su fuerza es descomunal y durante su celo pierde el control de sus instintos, haciéndolo potencialmente peligroso para los demás.
Harry, es un omega des...
- ¿Entonces dejó de hablarte sin razón alguna? – Louis asintió con su mirada perdida en algún punto de la pantalla de su computador.
- No se que hice mal, he tratado de acercarme, pero huye de mí – Liam suspiro al ver al mayor han decaído, las últimas semanas había llegado con una sonrisa impregnada en su rostro, y ahora volvía a estar como antes. Sin ninguna expresión.
- ¿Tuvieron alguna pelea la última vez? – El ojiazul negó, recordando a la perfección la última noche en la que Harry había estado bien con el.
Habían salido a comer algunas hamburguesas, casi a la media noche, escabulléndose como niños por los pasillos de la casa y luchando por no hacer ningún ruido al cerrar la puerta. Harry sonreía genuinamente y Louis rememoraba la carcajada que se había escapado de sus regordetes labios a penas el auto se había puesto en marcha. Le encantaba escuchar al rizado reír, era de esos placeres de la vida que no eran materiales, pero que lo llenaban más que cualquier otra cosa.
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En su mente se repetían una y otra vez todos los besos que se habían dado sentados en el andén de aquella solitaria calle. A esa hora solo pudieron conseguir un carrito de todo tipo de comidas rápidas, así que sin nadie a su alrededor se habían demostrado todo el cariño. Recuerda cómo le dio mucha propina a la mujer que preparaba las comidas, pues esta dijo que hacían bonita pareja. Y a Louis en realidad le gustó mucho oír eso. Pareja. Qué lindo sonaba eso.
Aún se le salía la sonrisa boba cuando se acordaba de cómo Harry jugaba entre los charcos que se habían formado producto de la lluvia de la tarde, nunca lo había visto más radiante, sus rizos balanceándose de un lado a otro, mientras sus zapatos quedaban empapados y el ojiverde solo reía divertido. El pensamiento de que así quería pasar el resto de su vida, atravesó su mente cientos de veces, no había tiempo para preocupaciones. Su cita nocturna estaba siendo estúpidamente cliché y romántica. Y a ambos les encantaba.
Nunca en su vida había sentido ese bienestar que le producía la compañía de alguien, esa paz y tranquilidad que Harry lograba con tan solo dirigir su mirada hacia el. Habían perdido la noción del tiempo y solo estaban allí en la parte trasera del auto, besándose sin prisa alguna, compartiendo su calor corporal, iluminados bajo las tenues luces de las solitarias calles, ahuyentando al frío de la madrugada.
Sus manos todavía picaban emocionadas al recordar cómo esa noche había sentido un poco más del omega. Su cálida y tibia piel, estaba marcada con sus caricias, o así lo sentía el alfa, quisiera volver el tiempo atrás para palpar de nuevo la fina figura del ojiverde, sin ninguna tela de por medio. Se había tomado el atrevimiento de hurgar más allá, con miedo de asustar al omega, pero demasiado entregado a sus besos como para retroceder. De su cabeza nunca se borraría el pequeño gemido que escapó de su boca cuando el alfa había deslizado sus manos dentro del fino pantalón del ojiverde.
