Su nueva obsesión [Jikook]

[19]

[Jimin Pov]

- Jungkook.

Lo llamé de nuevo. Parecía perdido.

- Jimin... Llévame a casa.

En verdad... No quiero.

- Jungkook sólo necesito hablar contigo. Aclararte las cosas.

- ¿Y qué me vas a aclarar? ¿Ah?

Me miraba pero en sus ojos no había más que escepticismo. Me dolía que me viera así, sin creer en mi. Me dolía, pero era mi culpa.

- Todo.

- Sólo... estoy cansado -suspiró viendo hacia el cielo, en momentos como ese me gustaría que sintiese algo por mi- ya no se cómo pelear contra ti Jimin. Trato de huir de ti con todas mis fuerzas pero tú, no me dejas. Y yo no te odio.

Que me dijiese eso me desencajo. No podía sentirme feliz. Tal vez mi intención era que él me odiase. Así estaría a salvo de mi aunque yo no lo dejase escapar. Porque simplemente no puedo dejarlo escapar.

No dije nada. No tenía argumento válido para él.

- Si acepto ir contigo estaría cayendo en el masoquismo, pero creo que ya no me importa. Solo tengo miedo... miedo de caer contigo en este maldito Estocolmo. Tengo miedo de todo. De no querer escapar de ti con el tiempo, ¿entiendes lo que digo?.

Me miró. Era tan lindo. Por algún motivo me sentí desarmado, él era tan él. Tan único.

Aun así. No debía.

- Te dejaré en libertad. Sólo si me concedes este tiempo... ya no tendrás que preocuparte por mi. Sólo seguiré mi camino como si nunca te hubieras cruzado ante mis ojos. Lo prometo.

No tenía validez. Mi promesa no la tenía. Pero al menos quería creer que era así.

El me miró y después tomó mi mano. La mano con la que lo sostenía firmemente y la quitó. Yo simplemente no reaccioné, solo lo dejé hacerlo.

- Iré contigo. Pero esta vez Jimin... -se quedó un momento en silencio, me miraba y yo quice saber lo que pasaba por su mente- Sólo esta vez.

Terminó de decir y se dirigió al coche para subir en él.

Lo seguí sintiendo más miedo por revivir mis recuerdos. De volver a ver el daño que cause. Pero en cierto modo era como un vicio. Aunque no quiciera hacerlo siempre buscaba el modo de lograrlo.

- El coche está muerto, tenemos que seguir y encontrar ayuda.

- No pienso moverme de aquí. Jimin sólo tienes que subir e ignorar todo lo demás.

Tenía razón pero, ese no era mi plan desde el principio.

Terminé subiendo junto a él. La noche estaba fría pero no lo suficiente.

Me sentí como un estúpido sin saber que hacer. Por primera vez no sabía que hacer.

Jungkook miraba por la ventana sin decir nada hasta que me atreví a acercarme, tomé su rostro y lo obligue a mirarme.

Se quedó quieto, me miró y no pude evitar pensar en besarlo, saborear sus dulces labios aunque se negra. Me contuve al ver su herida, la sangre roja bajaba lentamente por su frente. Ese hermoso rostro ya no debía ser maltratado, ya no.

- Sigues sangrando.

- Estoy bien, fue más el susto que me llevé.

- Tú tuviste la culpa Jungkook, -le recriminé- no puedes quedarte quieto por un momento.

- Jimin basta, no intentes hacerte el lindo conmigo. No caeré en ese juego.

Es que no lo intento.

Simplemente tienes que ser tan tú ¿no?

- Ok, solo déjame curarte.

En la guantera tenía un pequeño botiquín de primeros auxilios. Tomé algunas gasas y vendas con un poco de anticeptico y algo de alcohol.

Se quejaba, lo hacía a cada rose de mis dedos en la herida pero debía remediarlo.

Coloqué la venda al rededor de su cabeza y cuando terminé no pude evitar querer reír al observarlo y lo hice, reí tanto que mi estómago dolió.

- ¿Qué es tan gracioso?

Preguntó molesto, realmente jamás había visto algo tan adorable. Jungkook era lo más perfecto que podían ver mis ojos.

- Te ves tan lindo.

No pude evitar revolver su cabello negro.

- Basta Jimin, no hagas eso.

Seguía rechazandome, que lo hiciera tan constantemente me molestaba un tanto, ¿era tan difícil que me mirara como a Taehyung?

- Jungkook sabes. No puedo evitar querer llevarte conmigo.

- Jimin.

- Cuando te saque de tu casa sólo eso rondaba en mi cabeza, llevarte lejos de todo y de todos, tenerte cerca de mi pero veo que eso sólo te alejaría aún más.

Me miraba sin decir una sola palabra, supuse que era mi tiempo de sacarlo todo, de tratar de explicarle las cosas y así tal vez, lograr ganarme su confianza.

- No quiero que te vallas Jungkook, si te vas a esa Universidad europea te tendré lejos y no... No podré remediar mis errores contigo y con Taehyung.

- Jimin no me incluyas en esto, sabes que con quien tienes que solucionar todo es con Tae, el te ama.

- No Jungkook él no me ama. Él me odia y con justa razón, con mi egoísmo sólo conseguí hundirlo en la miseria, ya estuve a punto de perderlo una vez, no me gustaría volver a pasar por lo mismo de nuevo y mucho menos contigo.

Lo miré, Jungkook guardaba silencio mientras me escuchaba, en verdad tenía ese deje de curiosidad en los ojos, brillaban con la noche. Sencillamente deslumbraba.

Quince acariciar su rostro pero temí que me volviera a rechazar.

- Que tanto daño le hiciste para que terminará así -murmuró ganando mi atención de nuevo, su mirada era tan obscura-, cuando lo conocí me pareció un chico muy solitario, él lo dijo, temía confiar en las personas y ahora, justo ahora lo entiendo. Jimin cuando entras en la vida de alguien sin saber corresponder sus sentimientos, inconscientemente causas más daño del que harías si sólo lo observases de lejos. Tú no puedes elegir si, con el tiempo, te convertiras en un buen recuerdo o simplemente el causante de su sufrimiento.

- Lo sé Jungkook. Cada día quiciera poder susurrarle al oído que estoy ahí, a su lado.

- ¿Lo ves? -Su voz parecía algo extraña, tenía esa sensación de que lloraria en cualquier momento- sigues sin verlo Jimin, lo que sentías por Tae sigue ahí. No lo has abandonado. Tal vez nunca lo hiciste.

- Te equivocas. Hace bastante tiempo ya... que lo abandoné todo.

Continúe sin mirar a tras, hablando sin esperar comprensión o compasión, solo viendo esas hermosas gemas negras que me miraban penetrantes.

- Taehyung era muy joven cuando lo conocí, era una chiquillo igual que yo pero sabes. Nunca fui igual al resto y supongo que eso en parte lo atrajo a mi. La primera vez que lo vi atrapó mi atención en segundos. Era tan lindo. Igual que tú.

Sólo continúe sin siquiera perder detalle de sus ojos. Me miraba impaciente, lleno de curiosidad, curiosidad y prejuicio.