Su nueva obsesión [Jikook]

[51]

[NamJoon Pov]

Sentí el frío de la noche golpearme violentamente.

Estaba a unos pasos de la casa de Jimin.

Algo andaba mal y eso era más que evidente. 

Algunas patrullas estaban estacionadas afuera, pensé lo peor en esos momentos, posiblemente vigilaban.

No pude acercarme, sólo observé desde lejos.

Tenía que encontrar al hermano de Jungkook.

No podía creer que hubiese intentado hacerle daño. Lo hermanos son sagrados y Jungkook no se merecía nada de eso.

Jimin y SiYeong habían tenido suficiente. Ambos sufrieron y mucho pero, por alguna razón seguían pagando sus propios pecados.

No quería ver destruidos a los chicos que cuidaron de mi y de mi hermano, a quienes fueron parte de mi familia por un largo tiempo.

Me alejé de la casa de Jimin y pensé ¿a dónde podía haberse metido ese chico?.

Debía encontrarlo lo más pronto posible y evitar que hiciera una tontería más grande de la que ya había cometido.

Tan enfermo estaba que cayó en la desesperación de tomar algo que no le pertenecía. En la locura de desear a quien no debía.

Mi teléfono celular empezó a sonar y pude ver en la pantalla que SiYeong llamaba.

Contesté inmediatamente,  esperando a que me dijera que ya ha había arreglado todo.

Aunque no pudiera darle el perdón a Jimin, en verdad deseaba que se reconciliaran.

Como en los viejos tiempos.

- ¿Hablaste con Jimin?.

Pregunté y él se quedó callado.

No supe qué pensar al respecto.

- Hyung... Soy Taehyung.

¿Taehyung?.

Qué hacía él llamando desde el teléfono de SiYeong.

- Necesito verte Hyung, pasó algo malo.

Tragué en seco y pude sentir un pequeño escalofrío recorrerme la espina dorsal.

- ¿Qué quieres decir?, ¿dónde está SiYeong y qué haces contestando su móvil?.

Esperé ansioso su respuesta pero no la obtuve. Pude escuchar un pequeño sollozo de su parte y me asusté.

- ¿Dónde está Jimin?.

Pregunté temiendo lo peor.

Jimin podía convertirse en un mounstro en ocasiones y tuve miedo de que malinterpretara las acciones de SiYeong en torno a Jungkook.

- SiYeong murió -un frío dolor me golpeó la cien- Jimin lo mató -él vaciló dejando que me perdiera en sus palabras- Hyung... necesito tu ayuda.

El aire estaba helado.

Las pequeñas hojas de los árboles empezaban a teñirse de un color muerto, pero aún así, eran hermosas.

De alguna manera todo me pareció una mentira. De alguna manera aún pude mantenerme en pie.

- ¿Dónde estas?.

Le pregunté al chico que se había quedado en silencio. Mi voz aún sonaba firme, aún podía reconocerme a mi mismo.

- En casa de SiYeong. Hyung no puedo hacer esto sólo.