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[Jin Pov]

Cuando Jungkook era pequeño, yo realmente me sentía feliz de ser su hermano.
Lo cuidaba y jugaba con él.

No sé en que momento cambió todo.

Me obsesioné.

Su rostro, su sonrisa, su cálida personalidad.

Cuando éramos pequeños yo sólo quería cuidarlo. Cuando lloraba sólo quería hacer que lo que lo hacía llorar desapareciera, quería que todo lo malo a su alrededor no significara nada.

Luego, cuando Jungkook se convirtió en un bello adolescente, ese chico, Taehyung, llegó para robarme toda su atención.

Lo odié desde el primer momento en que lo vi mirando a mi hermano; sus ojos brillaban y parecía observarlo de la misma manera en que  lo observaba yo.

Odié saber que desde ese momento, ya no podría mantenerlo lejos de los demás.

Mantuve mi distancia de él por un largo tiempo. Hasta que ya no pude más.

Y ahora, después de esperar por tanto tiempo, después de luchar contra mis celos y mi rabia por verlo con alguien más, por fin lo tuve en mis brazos, pude tenerlo conmigo pero... me lo arrebataron de nuevo.

*
*
*

- Jungkook no llores -me acerqué para abrazarlo- no llores pequeño, no te voy a hacer daño. Sólo quiero que me prometas que no vas a escapar. Que no te vas a negar a ir conmigo.

Lo levanté del piso y lo llevé hasta una esquina.

Su cuerpo estaba helado, odiaba lastimarlo pero no había otra manera. No quería que sufriera y él me había obligado a llegar a tal extremo.

Deseaba que me mirara.

- No llores pequeño.

Besé sus mejillas y él sólo volteó el rostro.

Su actitud hacia mi me estaba matando.

- Jungkook mirame.

Le pedí y él no lo hizo, busqué su rostro para secar sus pequeñas  lágrimas con mis manos.

Era un ser tan frágil, frágil e inocente.

Jungkook se veía diferente con todo aquello, era como el rojo vivo de las llamas en el infierno, como un refrescante vaso de agua en un día caluroso. 

- Lo vas a entender algún día Jungkook y cuando lo hagas te dejaré libre.

Susurré sobre sus labios, sediento por tocarlo y hacerlo mío.  Él cerró los ojos con fuerza al sentirme acariciarle.

Deslicé mis manos por su abdomen rosando la delicada tela de su ropa, pude sentir claramente como se tensó con el tacto de mis manos y no pude contenerme para besarlo.

Sus dulces labios tenían sabor a sal, pero eran deliciosos.

Quería más, quería reclamar lo que siempre me perteneció.

De sus ojos siguieron saliendo lágrimas así que me detuve.

- No quiero verte llorar.

Le dije y él ni siquiera levantó la vista.

Sus labios temblaban.

- Déjame ir Jin. Por favor.

Le acaricié el rostro y le sonreí.

Me levanté del suelo para ir a buscar algo con que cubrir su cuerpo helado.

Su nueva obsesión [Jikook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora