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- ¿Dónde estamos?.

Pregunté tratando de no caer en pánico.

- Es mi casa.

Contestó bajando del coche mientras lo rodeaba para abrirme la puerta, pensé que era una broma pero mis piernas  estaban temblando horriblemente, debía controlarme y dejar de demostrar miedo. Él estaba ahí frente a mi con el rostro serio, ya no sabía que hacer, no podía confiar en él y no podía saber lo que pensaba.

- No me mires así, esto fue idea de Jin.

- Mientes, Jin dijo que lo esperara en casa no que me trajeras aquí, no pienso bajar.

- Eso fue antes de que hablara conmigo, vamos baja, aún falta mucho para que llegue y además tengo hambre.

Me quedé en mi sitio mientras Jimin me miraba, odié la forma es que lo hacía, como si no hubiese forma de dejarme ahí.

- Vamos, no tengo todo el día.

Espetó algo frustrado y por su cara no me quedó de otra que bajar.

- Me prometiste que no abría riesgo.

Le recordé mientras lo seguía hasta la entrada de aquel departamento, definitivamente Jimin no era chico de hogar, seguramente vivía sólo.

- Jungkook, lo que prometí sigue en pie ¿de acuerdo? no pienso obligarte a hacer algo que no quieras.

Contestó con molestia mientras introducía las llaves en la cerradura, simplemente evitó voltear a verme 

- Antes no dijiste eso.

Le reclamé.

- Antes fue otra situación. 

- Lo que significa que lo harías, si pudieras aprovecharte de mi,  lo harías sin remordimiento.

Lo seguí hasta el pequeño recibidor mientras él seguía dándome la espalda, tenía ese resentimiento vivo en el pecho de lo que pasó la última vez y la culpa de no haber hecho algo para evitarlo.

- Jungkook eres como un pecado sin pena -volteó para verme a la cara- no tendría remordimiento alguno.

- Eres muy franco.

Eso se me salió de la boca, él estaba diciéndome que abusaría de mi si pudiera, y lo hizo mirándome directo a los ojos, sin siquiera titubear, extrañamente su franqueza no me causó miedo en absoluto.

- Lo soy, pero creí que eras un poco más callado y no paras de hablar.

- Te he dicho que no me conoces.

Me senté en el sofá, dado lo que me había dicho, era mucho más probable que cumpliese su promesa, aunque no sabía si lo que dijo de que había sido idea de Jin llevarme ahí era verdad. No podía ser de otra manera ¿no? En realidad no podía ser por otra cosa si él mismo habló con Jin.

Jimin salió de mi vista y tuve la oportunidad de observar el departamento, en realidad era algo pequeño, supongo que lo suficiente para una sola persona, no había nada que indicara familia, ni una sola fotografía de él o sus padres, las grises paredes parecían olvidadas.

- ¿Quieres comer algo?.

Lo escuché hablar pero no lo miraba así que me levanté y cruzando lentamente el pequeño recibidor pude ver la barra de la cocina y a Jimin justo detrás.

Estaba revolviendo cosas en una sartén y sostenía la espátula en la mano. Me di cuenta de que llevaba el uniforme del colegio, en realidad no podía creer tan fácilmente eso de que salió a buscarme, él no tenía ningún motivo para hacerlo.

Su nueva obsesión [Jikook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora