"Síndrome De Géminis"

"Capítulo 4"

Aún me sentía agotado de todo lo sucedido ayer, creo que nunca había corrido tanto en mi vida como lo hice ayer y Natsuki, Natsuki tenía un dolor de cabeza que yo estaba atendiendo, después de todo había sido mi culpa que él estuviera en ese estado. Lo que más llegó a sorprenderme es el hecho de que no rexuerda como fue que terminó en nuestra habitación mas no le dije algo al respecto de lo sucedido, tal vez podia causar algo en él y eso a pesar de todo no me lo perdonaría.  Suspiré bajo y volteé a mirarlo, estaba dormido abrazado a lo que parecía ser un peluche de felpa, por lo que me puse en pie y salí de la habitación en dirección al comedor ya que pronto sería el medio día y lo peor de todo, había faltado a clases, siendo ésta la primera vez que faltaba por lo que tal vez me darían algún correctivo o algo peor mas ya no importaba. De camino al comedor pasé por el Salón de Clases de Itoki para entregarle las cuerdas de la guitarra que le había pedido a Natsuki, por suerte no las había olvidado y éste al verme me agradeció ya que parecía pronto tendrían que hacer una especie de prueba.

Al llegar al comedor me serví algo bastante liviano ya que debía mantenerme para mis escenas de acción las cuales estaba practicando para las próximas audiciones de una película que se darían en la ciudad, así fue como terminé  escogiendo un poco de pescado asado, algunas verduras, arroz y un poco de ensalada, también por el hecho de que mo tenía mucho apetito ya que lo que había pasado ayer me preocupaba y en sobre manera me intrigaba. Satsuki, así dijo su otra especie de personalidad que se llamaba, lo que no entiendo es que fue tan repentinp y sorpresivo, ¿Acaso el golpe fue lo que lo había hecho cambiar? ¿Desde cuando tenía esa personalidad? Volví a suspirar y me dispuse a almozar, lo necesitaba y mucho.

Al pasar de las horas decidí volver a la habitación a ver si Natsuki había despertado sorprendiendome al ver que era asi, se le notaba pensativo mientras observaba aún aquel peluche pero al percatarsr de mi presencia sonrió con entusiasmo y se acercó a recibirme.

-Syo-kun, me asusté cuando no te vi.

-¿Te sientes mejor?

-Aún me duele la cabeza, pero lo que me preocupa es que nos castigarán por faltar a clases.

-Iie, no importa, primero tu salud.

La sonrisa de Natsuki se amplió y sin avisar terminó abrazandome siendo ésta la primera vez que no me negaba y es que se lo debía luego de lo que había hecho, agradeciendo mentalmente que no lo maté o lo dejé en coma.

-Yo tomaré la responsabilidad,  Syo-kun. Después de todo es mi culpa que no fueras a clases.

-No es necesario, en serio.

Él me miró por unos instantes y suspiró derrorado, sabía que yo no iba a ceder tan fácilmente por lo que simplemente asintió y volvió a su cama para sentarse a la orilla de la misma.

-Natsuki, ¿Ayer no te sentiste extraño?

-¿De qué manera?

-No sé. . . Diferente.

-Sólo no recuerdo nada.

-Ya veo.

Esto será más difícil de lo que pensé.