《Capitulo 27》

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Juro que nunca había visto a Natsuki de aquella manera, estaba alterado, enojado y eufórico. Fue como si el tierno y amoroso hombre del que me había enamorado hubiese desaparecido en un instante a causa de Ai que parecía estar disfrutando aquella situación.

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Esa mañana no quise separarme de el idiota de mi prometido ni un segundo y a él no parecía desagradarle la idea de que estuviera pegado como un chicle a cada lugar donde él iba. Natsuki cargaba a Haku en aquel momento entre sus brazos y a mi en su espalda, siendo una enorme ventaja que tuviera una enorme fuerza.

Aquel dia parecia transcurrir tan normal como siempre, despertar, preparar a Haku que quedaria a cargo de mis padres, prepararnos luego nosotros para dirigirnos al Instituto y seguir el dia como los anteriores. Bueno, se podria decir que hasta el momento todo iba lo mas normal posible hasta el llegar a nuestro destino, donde todo comenzo a tornarse extraño.

Me sentia observado a mas no poder al igual que Natsuki, que a pesar de mantener su gesto alegre de siempre podia notarse, o al menos yo podia notarlo, que se mantenia tenso a pesar de todo. Pero era inevitable, las miradas y murmullos iban y venian sin tan siquiera disimular. fue entonces que tuve que dejar a Natsuki en su salon donde apenas él entró nuevamente las miradas se enfocaron en nosotros. Noté que él trataba de ignorarlas y aún así saludaba cortésmente a todos, mientras yo....enronjecía al no saber que sucedía.

Al entrar a mi salón las miradas no cesaron pero a diferencia de las que le daba a Natsuki, las que me eran otorgadas a mi parecían más de repudio o asco, era triste y me hacía sentir ansioso, como no deseado.

La clase transcurrió tranquila e intenté distraerme en ésta buscando ignorar las nauseas que me provocaba estar en aquella situación, ¿A caso había hecho algo malo? O es que....acaso.....entonces me di cuenta y era muy malo. Me sobresalté y al notar nuevamente como la atención volvía a mi me excusé con el Sensei de sentirme mal para poder salir de clases, era mi momento.

Corrí rápidamente  los pasillos buscando desesperadamente a Natsuki, tan nublado de mis pensamientos que había olvidado totalmente donde quedaba su salón, tan sólo podía escuchar mis pasos en los vacíos pasillos hasta que di con aquel que menos buscaba.

—Oh, Syo-kun.

Ai se encontraba frente a mi con su característica inexpresión en su rostro no sabiendo si se alegraba por verme o algo distinto, tan sólo respondí a su saludo con una reverencia e intenté correr pasandole a un lado, si, lo intenté porque apenas pasé a su costado me sujetó con fuerza del brazo atrapandome luego entre la pared y su cuerpo, era obvio que yo no podía luchar contra su robótico cuerpo así que sólo le miré  desafiante.

—¿Qué quieres, Ai? ¿No me habías dicho que cambiaste?

—Oh, cambié, pero tú aún me perteneces...odio ver como Natsuki te toca...quiero ser yo quien lo haga.

Tales palabras me helaron, se supone que él no podía sentir emociones, ¿Acaso  sus circuitos se habían dañado?

—Tú estás mal, ¡Sueltame!

—Estoy en perfectas condiciones.

Quería gritar pero tenía sólo humillarme frente a aquel robot maniático y psicópata, ¿Qué había hecho para merecer esto? Con toda la fuerza que tenía intenté moverle lejos de mi, pero para mi mala suerte eran pocos los centimetros que lograba hacerlo, ahora, de la impotencia comenzaban a presentarse las enormes ganas de llorar al no saber que hacer, fue entonces, que antes de rendirme aquella idea llegó a mi mente.

—D-Dime, Ai...¿Qué pasa con toda la Escuela? ¿Porqué nos miran a mi y a Natsuki como si fueramos no deseados?

—Oh, ¿En serio? Talvez se me escapó un pequeño rumor de que tú y tu prometido son pareja....cosa que, ya sabes, es prohibido aquí. Así que piensa un momento, ¿Qué dirían todos si se dan cuenta que una pareja si es aceptada por Mr. Shining y no pueden las demás?

Quedé de piedra, esto era un problema muy grande porque la envidia masiva se haría presente de peor manera. Ambos saldríamos mal de ésta situación y lo que más me preocupó fue el hecho de que pudieran enterarse de la existencia de Haku lo cual haría que las cosas empeoraran. Suspiré decaído y realmente mal  aquella situación, desde que Ai puso su vista en mi siempre terminaban dándose éste tipo de situaciones  por mucho que intentase evitarlo. ¿Qué podía hacer ahora? Miré mis manos impotente y mis ojos también se cerraron con fuerza  intentando no llorar, sabía que podíamos salir de ésta...pero en éste momento no se me ocurría el como.

—Sé sólo mío y arreglaré t....

Lo callé de un golpe al rostro aunque sabía que aquello no le afectaría en nada.

—¡¡Estoy harto de ti!! ¿¡Porqué yo!? ¿Qué ganas con todo esto? Si quieres que deje a Natsuki eso nunca pasará por que él es a quien amo te guste o no, ¡¡Nunca  me separaré de  él aunque lo odies!!

Lo admito, estaba encolerizado, tanto, que  no me había percatado que los estudiantes habían salido de sus salones de clases hasta ese momento, todos escucharon lo que dije y ya no había tiempo de arrepentirme.

—...no me miren así, yo encontré con quien estaré toda mi vida y por eso nuestra relacion fue aceptada, no es algo pasajero....el día que ustedes conozcan el amor verdadero nadie va a prohibirles nada...

Y sin más me marché aún con murmullos tras de mi hasta que unos brazos me acogieron y me hicieron sentir protegido...fue entonces cuando lloré al sentir que talvez todo aquello podía haber terminado.

"Síndrome De Géminis"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora