Capítulo 4- Por el bien de los dos

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—Seth, tienes palomitas en la cabeza...—Murmuré conteniendo la risa frente a su expresión de niño regañado.

—¿¡Qué yo qué!?—Exclamó, pasando sus dedos rápidamente por sobre su despeinado cabello bicolor— ¡Dean!

—¡Yo no fui! ¡Te lo juro!

—¡Te estás riendo!

—Sí...—Logré decir, tratando de tragarme las carcajadas lo mejor que podía frente a mi mejor amigo.—Pero porque Roman fue el que saltó en medio de la película.

—¡Lo sabía!—Chilló, ahora en dirección al samoano que procuraba mantenerse en silencio delante del volante.— ¡Maldito seas, Rome!

—Lo siento, Sethie. Pero fue tu culpa. Te la pasaste chillando toda la película y finalmente me asustaste.—Se excusó Reigns, mirándonos a ambos a través del retrovisor.

—A mí la película me pareció muy cómica.—Dije con una sonrisa de lado, enredando mis brazos detrás de mi nuca mientras los dos miembros del equipo se quedaban en silencio.

—Dean, era una película de horror. 

No tardaron en explotar en carcajadas luego de que enseñara chistoso la lengua y le mostrara el dedo medio al conductor, el cual solo volvió a lo suyo mientras nos acercábamos al estacionamiento del coliseo.

Era la hora de que The Shield volviera a trabajar.

Seth siguió quejándose de algunas palomitas de maíz que le quedaban en el cabello, a lo que intenté quitárselas antes de que comenzara a golpear a Roman mientras este se estacionaba.

Una vez que el cabello de Rollins se encontró un poco mejor, o al menos para que dejara de molestar, bajamos de un salto de la camioneta. Nos dispusimos a caminar hacia el coliseo para prepararnos para aquella noche en la que, como siempre, haríamos lo que mejor sabemos hacer.

Patear traseros.

—Jonathan.

Aquella voz a mis espaldas me recorrió la piel como si me hubieran tumbado un cubo de agua helada encima, por lo que solo pude paralizarme.

Con el temor en el fondo de mi pecho, logré voltear lentamente sobre mis talones, encontrándome con aquellos ojos azules que recordaba tan similares a los míos.

Escuché como mis amigos se detuvieron también, pero eso no me impidió permanecer en mi lugar y tensar la mandíbula frente a la mirada de John Good.

Mi padre.

—Jonathan.—Repitió mi nombre con una sonrisa formándose en sus labios, pero esta vez no tuve más que un pequeño espasmo fácil de ignorar.—No creí que volvería a verte.

—Esa era la idea.—Hablé con dureza, sintiendo los pasos del par de miembros de The Shield acercándose a mis espaldas.—¿Qué demonios quieres?

El hombre de cabellera castaña abrió su boca, parpadeando un par de veces como si se hubiera quedado en blanco al instante en que volteé.

—Pues...quería verte, Jon. Saber qué estabas bien...

—Estoy respirando. Con eso estás satisfecho ¿Verdad?—Dije con la furia reflejada en mi voz, pero apretando mis puños con fuerza en el interior de mi sudadera.

Necesitaba ser fuerte, no volvería a dejarme caer por él...Nunca más.

Me dispuse a voltear, pero me encontré con la mirada de Roman y Seth sobre mí.

My Demons|| Dean Ambrose (Retaliation#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora