My Demons|| Dean Ambrose (Retaliation#2)

Capítulo 18- Mis demonios

—Buenas noches y sean todos bienvenidos a esto que es el evento más caliente del verano ¡Summerslam! —exclamó Michael entre los gritos de los fanáticos haciéndose presentes. —Esta noche me acompaña Jerry Lawler en lo que será una cartelera bastante variada, ¿no lo crees, Jerry?

—Así es, Michael. Esta noche promete ser explosivamente fantástica, las mejores super estrellas en la ciudad más grande y candente del verano. —sonrió hacia la cámara. — Hoy habrá una lucha título por título entre nuestro campeón de los Estados Unidos John Cena y el campeón de peso pesado Seth Rollins.

—No te olvides también que la Bestia encarnada Brock Lesnar se enfrentará al hombre muerto, The Undertaker. Ese combate promete muchísimo para mí si me lo preguntas.

—¿Sabes qué espero ver yo? —Jerry sonrió. —La condición en que el medio lunático se encuentra.

Ambos silbaron, a lo que yo solo solté un suspiro y moví mi cabeza de un lado a otro tratando de relajarme.

—Recuerda que son dos los combates que tiene el día de hoy. Uno con su amigo, Roman Reigns contra la Familia Wyatt y...

—Nuestro primer combate mixto en años. Dean Ambrose luchando cara a cara contra su ex novia, la bella Painkiller.

—¿Qué crees que esté pasando por la mente de la ex campeona de las Divas ahora mismo? Después de todo, mira...—comenzó a enumerar Michael. —Sufrió una lesión por él, perdió el campeonato que tanto le costó ganar por él...

—Será mejor que dejes de ver eso por ahora ¿de acuerdo?

Las manos de Natie me jalaron fuera del televisor, comenzando a caminar hacia cualquier sitio con tal de alejarnos de las opiniones de nuestros comentaristas de esa noche.

—Lo siento, Natie. —murmuré mientras caminaba jalado por ella.

—Descuida, cariño. Entiendo que debes estar nervioso.

La pelirrubia dejó de caminar, deteniéndose frente a mí y arreglando un poco mi sudadera.

—Pero debes buscar un mejor método de distracción que torturarte a ti mismo.

Solo asentí, sin embargo, mi mente seguía en algo que ese par dijo segundos atrás.

¿Qué habrá en la mente de Pain en esos instantes?

Por lo menos creía que no le dolería tanto golpearme luego de lo que pasó.

—No te veía desde el Viernes. —habló nuevamente mi amiga, devolviéndome a la realidad. —¿Dónde estuviste?

Abrí la boca, sin embargo tardé en decir algo que realmente sonara lógico.

—Uhm...estaba cansado. —me encogí de hombros. —Ya sabes, las fiestas con Rome a veces se vuelven algo muy loco.

Natalya arqueó su ceja, asintiendo con lentitud al entender.

—Claro, lo entiendo. Entiendo que lo único loco aquí eres tú si crees que me puedes mentir así.

Mierda.

Cerré los ojos y me quedé quieto en mi lugar, sabía que no había dado resultado.

Volví a mirar a la rubia, la cual se cruzó de brazos y me observó con molestia.

—Algo pasó con Pain ¿no es así? —bufé. —Sin mentiras, Ambrose.

Apreté los labios, evitando su acusadora mirada pero solo pudiendo hacerlo por algunos minutos.