Capítulo 27

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Los Smith nos han ocultado la verdad sobre su hijo desde hace tiempo. Actualmente el heredero del imperio de los Smith tiene 19 años, se ha caracterizado por tener numerosas aventuras y problemas con la policía.

Suzanne en una entrevista pidió privacidad a su pequeño, "Él solo pasa por una etapa, recuerden que todos fuimos jóvenes". A medida que estudiamos el carácter de Joe hemos llegado a la conclusión de ver una inestabilidad en sus emociones, pues sus extravagancias por decirlo así van más allá de lo normal. Desde firmar un contrato con su actual novia, él podía terminar la relación cuando quisiera pero ella no, además de estar al menos 18 horas con él y el resto con la familia de ella.

Sus padres no han comentado sobre esto, pero extraoficialmente se conoce que estuvo internado en un periodo de un año mientras decían que él se encontraba de viaje por el país. Fue declarado con una lesión cerebral, según fuentes estuvo en tratamiento por un año en el cual era necesario estar internado. Pero todo el proceso era de unos 4 o 5 años, lastimosamente Joe dejo la terapia y también los medicamentos.

Mi cabeza esta por estallar, tanta información por procesar, Joe es un enfermo mental. Oh dioses de las secretarias enamoradas de sus jefes y que están en el apartamento de su amigo no me dejes morir ante tal desastre. Si Orlando sabe de esto, él debe saber de esto. La chica que salía con Joe durante ese tiempo, ella puede darme información.

La puerta se abre y un grito desgarrador sale de mí. Alguien me tapa la boca.

-Shhh... Tranquila Ann solo soy yo.- Orlando descubre mi boca y lentamente paso sus manos por mis hombros hasta quedar cara a cara.

-Supongo que me asustaste.

-Ann has pasado por mucho, es comprensible que tus nervios estén descontrolados.

-Solo un poco.

-Pero que haces despierta a esta hora, yo solo iba por algo de café pero escuche algo de música en la habitación.- Demonios lo olvidaba, mi reproductor a un volumen perfecto para mí.

-Solo buscaba algún departamento- dije mientras cerraba la compu.

-Sabes que te puedes quedar aquí cuanto tiempo sea necesario.-Intente hablar, el rápidamente poso uno de sus dedos en mis labios haciéndome callar.- Solo duerme mínima, ya estarás mejor mañana.

Lo seguí con mi vista hasta que cerró la puerta, Orlando dormía solo en pantalones de chándal, es raro pero su espalda infectada en pecas, pequeñas, esparcidas por toda su espalda. Es algo seductor.

-¿Quieres algo de té?

-Por supuesto.

Orlando cocina, si como lo leyeron. Es divertido ver a un hombre en la cocina, haciendo tostadas, pequeños trucos para no quemarse.

-¿Puedes dejar de verme?

-¿Que? Estoy viendo esas tostadas, muero de hambre.- Oh por dios, mi vista estaba clavada en la espalda de Orlando. Como si no existieran las camisas.

-Oh claro. Entonces, ¿tienes alguna mascota?- Pregunta.

-No, pero me gustaría tener algo, estoy muy sola. En mi país tenía dos perritas.

-Te tengo una sorpresa Ann.

Mis ojos se abrieron como platos, hizo un gesto para que lo siguiera a su habitación, abrió y en su cómoda estaba una pequeña bola de pelos. Era un gato, mis preferidos.

-Oh por todos los cielos, esto es asombroso- Corrí hasta el pequeño hasta sostenerlo en mis brazos, lo coloque en mi oído de modo que su pequeña garganta estuviera en mis oídos. El ronroneo...

-Creí que sería perfecto, tu mi pequeña gata, necesitabas un gato.

Le di un pequeño golpe en el hombro, es lo más hermoso que alguien haya hecho alguna vez por mí.

-¿Cómo le pondrás?

-Olaf, será el pequeño Olaf.- En germánico significa glorioso, y por el momento, la persona que lo dio, es perfecto.

-Está bien, como tú desees gata.

En la pequeña intimidad del momento se oyó a lo lejos un celular, con un gesto Orlando lo fue a buscar, mientras yo seguía inspeccionando a Olaf. Era como de unos tres meses, su color de pelo es blanco con negro, los ojos son claros como el agua. Es hermoso.

Orlando trajo consigo el teléfono, dándomelo.

-Geovanna Stole- En la otra línea un varón de unos 26, con acento marcado hablaba.

-Sí, soy yo.

-Estamos hablando del New York times, tiene el trabajo.

Ohhhh fantástico. Esto es más de lo que pude haber fantaseado.

Abrace a Orlando tan fuerte mientras seguía escuchando las instrucciones del chico que llamo...


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